_
_
_
_
_

La OLP respalda en Túnez la paz con Israel

"El sol de la independencia brillará pronto sobre todo el territorio de nuestra querida patria" dice Yasir Arafat

Israel y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) llegaron ayer a un histórico acuerdo de paz por el cual se reconocen mutuamente. El acuerdo fue negociado enParís en los últimos días, y es el prolegómeno de otro no menos histórico, el de la autonomía de Gaza y Jericó, cuya firma por las dos partes está prevista el próximo lunes en una solemne ceremonia en Washington, en la que el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, será testigo de excepción. 'El reconocimiento mutuo coincidió ayer con el regreso a los territorios ocupados de 189 palestinos de los deportados por Israel el pasado mes de diciembre. Aún quedan unos 200 más en el Campo del Retorno.

Más información
París, última etapa
España se felicita por el "paso histórico" hacia la paz
Un saludable efecto dominó
Primer adiós al Campo del Retorno
La paz empieza a imponerse en la tierra del odio
El Gobierno de Rabin reconoce a la OLP tras un áspero debate con la ultraderecha en el Parlamento
El presidente Clinton elogia la valentía de Rabin al dar un paso arriesgado

La Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y el Gobierno de Israel han llegado a un acuerdo de paz. El pacto, en el que . se establece el reconocimiento mutuo, fue rubricado pasada la medianoche de ayer en Túnez por el máximo dirigente de la OLP, Yasir Arafat, que recibió el respaldo del Comité Ejecutivo de la central palestina tras una reunión de más de cinco horas.El anuncio fue hecho público a los cerca de 300 periodistas que aguardaban en el recibidor del hotel Hilton de Túnez por uno de los colaboradores de Arafat, Basam Abu Sharif, que calificó la reunión de "positiva", sin más precisiones. Ayer mismo Arafat se mostró dispuesto a asistir a la firma oficial, prevista el próximo lunes en Washington.

El documento en el que se recoge el acuerdo entre la OLP e Israel fue negociado en secreto en los últimos días en París en una serie de sesiones maratonianas que culminaron ayer a última hora de la madrugada, mientras en Túnez se reunía el Comité Ejecutivo de la central palestina. El texto del acuerdo llegó a la capital tunecina a mediodía, horas después de que se cerraran los debates de París. El documento viajó en la cartera del ministro de Exteriores noruego, Johan Joergen Holst, que ha venido actuando como mediador y correo. El texto, ya firmado por Arafat, fue llevado por el mismo emisario a Jerusalén, donde hoy será rubricado por el primer ministro, Isaac Rabin.

A la misma hora en la que el documento secreto - abandonaba la capital francesa y volaba hacia el Magreb, Yasir Arafat enviaba un mensaje de optimismo y entusiasmo a los habitantes de las zonas ocupadas. "El sol de la independencia brillará próximamente sobre todo el territorio de nuestra querida patria", aseguraba en un lírico mensaje.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Confusión inicial

Pero la llegada del documento a Túnez, lejos de provocar entusiasmo, generó una ceremonia de la confusión, promovida por algunos de los colaboradores de Arafat que trataban de demostrar así su protesta por haber sido marginados de la negociación. Por ejemplo, mientras la prensa internacional anunciaba el acuerdo y la inminente rúbrica, el propio ministro de Exteriores de la OLP y a su vez jefe del departamento político de la central, Faruk Kadumi, desmentía en un ataque de ira la noticia, y aseguraba "desconocer" que Israel y los palestinos hubieran llegado a un acuerdo.

La situación fue aclarada horas más tarde por Abed Rabbo, el portavoz oficial de la OLP y mano derecha de Arafat, quien en unas escuetas declaraciones a la prensa reconoció el principio de acuerdo, la llegada del documento a Túnez y su firma inminente. Pero Rabbo reconoció también que la aplicación del documento está supeditado al cumplimiento de dos puntos conflictivos.

La primera de las condiciones impuestas por Israel para el reconocimiento de la OLP es el cese de la Intifada. La segunda es la anulación de aquellas referencias que hay a la lucha armada en la carta nacional palestina. El primer punto, el cese de la lucha popular o Intifada, podrá ponerse en marcha de manera paulatina y gradual. El segundo necesita el refrendo del Consejo Nacional Palestino o Parlamento, configurado por cerca de 600 miembros y que puede tardar meses en reunirse.

El reconocimiento mutuo de Israel y la OLP posibilitará jurídicamente el pacto autonómico para las zonas ocupadas de Gaza y Jericó. Este pacto empezó a ser estudiado el miércoles por la noche por la dirección o Comité Ejecutivo de la OLP en una reunión celebrada, a puerta cerrada en un destartalado chalé de la calle Yugurta, en el barrio de Menzah, uno de los más elegantes y residenciales de Túnez.

Este Comité Ejecutivo, minado por las deserciones y la polémica, tuvo su primera sesión de trabajo el miércoles y continuó en la mañana de ayer los dolorosos debates. Sólo 13 de los 18 miembros que lo integran se reunieron en Túnez bajo la presidencia de Arafat. El viejo líder palestino, cansado y más lacónico que nunca, había llegado el miércoles a la capital magrebí entre grandes medidas de seguridad. Cuatro de los miembros del Gobierno de la OLP se dieron de baja de la reunión, esgrimiendo razones políticas. El primero fue el escritor Mahmud Darwich, quien abandonó la central a mediados del pasado mes de agosto, cuando conoció indirectamente la existencia de las negociaciones secretas. A continuación lo hizo Chafic al Hout, el mítico representante de Beirut. Hace pocos días, en vísperas de esta reunión, los representantes de las facciones prosirias se sumaron al boicoteo, y anunciaron que no asistirían a los debates de Túnez.

La última ausencia, la única justificada, es la del padre Elías Jury, que reside en Ammán y se encuentra en un delicado estado de salud. A pesar de su situación, los consejeros de Arafat se habían planteado en las últimas horas la posibilidad de trasladarlo hasta Túnez, si hubiera sido imprescindible su presencia para obtener el quórum de 12 miembros exigido para que los acuerdos del Comité Ejecutivo sean válidos.

A las ausencias hay que sumarles las disidencias. Algunas de ellas han sido expresadas de manera abierta y clara en las últimas horas, como la manifestada por Mahmud Ismail, el dirigente del Frente de Liberación Árabe, de obediencia proiraqui, quien ha desautorizado al Comité Ejecutivo y asegura que una decisión de estas características debería haber sido adoptada por el Consejo Nacional o Parlamento.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_