Los combates entre croatas y musulmanes impiden la entrada en Mostar de convoyes de ayuda
El frágil acuerdo que debía permitir ayer la entrada de 200 toneladas de ayuda humanitaria en el barrio musulmán de Mostar se rompió. El recrudecimiento de los combatesentre croatas y musulmanes durante la noche del lunes al martes convirtió en una tarea imposible salvar el cerco que mantiene atrapados entre 30.000 y 50.000 civiles. Sin unas mínimas condiciones de seguridad para la caravana que debían escoltar los cascos azules españoles y sin pacto sobre las condiciones para el intercambio de cadáveres, las negociaciones se fueron al traste. Por la noche, sin embargo, dos aviones estadounidenses lanzaron 13.000 paquetes de comida sobre la asediada capital de Herzeeovina.
Las aeronaves, dosC-130, sobre volaron el sector musulmán de Mostar y dejaron caer las cajas con alimentos preparados, según confirmaron por la noche funcionarios del Departamento de Defensa en Washington. Esta iniciativa siguió a los llamamientos del Alto Comisiona do de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) una vez que se supo que los 19 camiones con 200 toneladas de alimentos tampoco entrarían ayer en la capital de Herzegovina, asediada por las milicias croatas desde hace tres meses. La portavoz del ACNUR, Sylvana Foa, pidió en Ginebra a los países occidentales que lanzaran víveres desde el aire para paliar la dramática situación de la población musulmana. "Es el último recurso. Les esta mos pidiendo que se muevan lo más rápidamente posible", dijo.
Los mandos de la Agrupación Canarias, encargada de escoltar los 19 camiones, tenían previsto retomar hoy las negociaciones entre croatas y musulmanes para permitir la entrada del convoy en la ciudad.
Como ocurre siempre en esta guerra, nadie sabe quién reinició las ofensivas en el casco urbano de Mostar en la noche del lunes y la madrugada de ayer. Pero lo cierto es que el intenso intercambio de fuego alcanzó mayor virulencia que en las pasadas jornadas e incluso tres impactos de artillería alcanzaron el pequeño hospital musulmán de Mostar, donde se hacinan más de un centenar de heridos. "Cualquier pretexto sirve aquí para romper una negociación", sentenció ayer el coronel Ángel Morales, jefe de la Agrupación Canarias.Todo preparado
A las cinco de la tarde de ayer, con los blindados preparados, las tropas en situación de alerta y los camiones de ACNUR con 200 toneladas de alimentos y me dicinas apostados en la carretera los negociadores tuvieron que morderse la lengua y esperar a que la tentativa de entrada en Mostar sea hoy posible.
En medio del aumento de las hostilidades, la falta de acuerdo sobre el intercambio de cadáveres entre el HVO croata y la Armija bosnia aparece como una anécdota más de un conflicto donde la cadena de mando militar no funciona y cualquier sargento puede obstaculizar el paso de un convoy.
El macabro tira y afloja sobre el intercambio de cadáveres ame naza con impedir también hoy la entrada de la caravana humanitaria en Mostar. Como cualquier coartada sirve, los dos bandos en conflicto tampoco vieron ayer con buenos ojos la presencia en Medjugorje, cuartel general de los españoles, a 30 kilómetros de Mostar, del responsable civil de Unprofor, Cedric Thornberry.
Pero en cualquier caso, las en carnizadas batallas entre croatas y musulmanes no ofrecían ayer la más mínima seguridad de que el convoy no fuera tiroteado o bombardeado. Los jefes de los camioneros civiles de ACNUR exigen siempre como condición previa la existencia de un mínimo alto el fuego que proteja la vida de sus empleados.En la actualidad la ciudad de Mostar y sus alrededores están salpicados de minas y de trampas mortales, mientras los francotiradores han proliferado tanto en la capital de la Herzegovina que comienzan a adquirir la misma trágica fama de sus colegas de Sarajevo.Mostar se ha convertido en el termómetro de las negociaciones de paz y en una dramática moneda de cambio para los políticos. Niños, ancianos y adultos del barrio musulmán, sitiado desde hace más de dos meses, habrán de esperar a que los señores de la guerra decidan dar luz verde al paso de alimentos y de medicinas.
Mientras, la calma relativa en la situación bélica de Sarajevo, la capital bosnia, fue rota ayer tarde cuando un proyectil cayó sobre la ciudad vieja y mató a dos personas e hirió a otras siete, según informaron fuentes médicas del hospital de Kosevo, a donde las víctimas fueron trasladadas. La semana pasada, 14 personas resultaron heridas en un ataque de mortero.
La situación bélica en la ciudad había mejorado en las últimas semanas al trasladarse el frente de guerra a otras zonas de la república a pesar del plan de paz aprobado en Ginebra y en fase de consulta por las partes beligerantes.
Por otro lado, el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya tiene previsto examinar hoy las demandas de genocidio presentadas por los Gobiernos de Bosnia y de la nueva Yugoslavia (Serbia y Montenegro), informa Efe. El tribunal internacional celebrará una audiencia pública en la que se escucharán los testimonios de las dos partes y la petición de ambos de que se adopten medidas de protección para sus respectivas poblaciones.Traslado de heridos
Mientras tanto continúa la evacuación de enfermos y heridos desde Sarajevo a hospitales europeos. Ayer llegaron a Ancona, en Italia, los dos primeros aviones con enfermos que serán acogidos en centros sanitarios se este país, informa Karmentxu Marín.
En los dos aparatos viajaron 18 heridos e igual número de familiares. Todos ellos fueron sometidos a un primer reconocimiento en el hospital de campana montado en el mismo aeropuerto por la Cruz Roja italiana, para ser luego llevados a diversos hospitales, por el momento, del centro-norte del país. El paciente más joven era un chico de 14 años.
A bordo de uno de los aviones viajaba Enrico Mara, el funcionarlo del Ministerio de Asuntos Exteriores italiano que se ha ocupado de los preparativos del puente aéreo, a raíz de la decisión del Gobierno de Roma de acoger en centros hospitalarios de este país a 454 heridos, de los que 266 serán niños.
Mara informó de que no todos los heridos, pese a la guerra, quieren dejar su país y de que en el avión algunos de los transportados vinieron llorando por abandonar Bosnia.
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