_
_
_
_
Reportaje:

El otro proceso a Companys

El hallazgo de una copia del sumario permite reconstruir el efímero Estado catalán proclamado en octubre de 1934

La aparición de una copia íntegra del sumario instruido en 1934 contra el presidente de la Generalitat Lluís Companys por los hechos acaecidos en Barcelona en la llamada Revolución de Octubre, permite reconstruir al detalle lo que pasó durante la breve existencia (tan sólo unas horas) del Estado catalán que proclamara Companys. El texto del consejo de guerra -que conservaba Mercedes Téllez Satué, de 82 años, hermana de un empleado del abogado de Companys- es una fuente documental directa para los historiadores e inédita hasta ahora a causa de la total oscuridad en que el Ejército mantiene aún los procesos instruidos durante la República, la guerra civil y el franquismo.El documento ratifica que el presidente Companys proclamó el Estado catalán dentro de la República Federal Española, en lo que él entendía como un intento de salvar el espíritu republicano y democrático del 14 de abril, ante la entrada de las derechas de la CEDA en el Gobierno de Madrid y la aparición de rastros de fascismo en Europa. El movimiento revolucionario tuvo una especial incidencia en Cataluña y en Asturias. En Barcelona, Companys asumió la responsabilidad de lo que pasó, actitud que compartieron especialmente los consejeros Ventura Gassol, Lluhí y Comorera.

Más información
La detención de Azaña

El general Batet, jefe de la IV División Militar, con sede en Barcelona, vaciló antes de ordenar a, sus fuerzas que intervinieran para abortar la declaración de la república federalista proclamada por Companys el 6 de octubre desde la sede de la Generalitat. Batet, de acuerdo con la sorprendente declaración que figura en el sumario, "recibió un télex del Gobierno de Madrid" que le decidió a lanzar las tropas contra el Palau de la Generalitat. En ningún momento consta que el general se dirigiera a la cúpula militar o a otras autoridades no civiles.

El documento contiene la relación completa de todos los procesados y de sus cargos; el distanciamiento del entonces diputado Josep Tarradellas y de muchos otros dirigentes; la reconstrucción de los hechos acaecidos desde el momento de la proclamación hasta la rendición de la Generalitat y el Ayuntamiento, y el número exacto de muertos y heridos.

Hay dos escenarios principales que enmarcan este relato histórico: la plaza de la República (actualmente de Sant Jaume), donde se produjo la proclamación de Companys; y los barcos militares Uruguay y Ciudad de Cádiz, atracados en el puerto de Barcelona, adonde fueron conducidos los detenidos.

El "Estado Catalán dentro de la República Federal Española" fue proclamado a las 20. 10 del 6 de octubre de 1934 desde el balcón del Palau de la Generalitat. Companys lo justificó por la situación de crisis que atravesaba la República española. Las apenas 10 horas de breve vida federalista que narra el proceso son un fiel testimonio de las contradicciones del presidente. La fuerte tensión hizo oscilar su péndulo personal entre el impulso de situar a Cataluña en la vanguardia de España en la lucha contra el fantasma del fascismo que amenazaba Europa y el finalmente impuesto sentido común, que le aconsejó rendirse al general Batet a las 6 de la mañana del día 7 "para evitar víctimas", una vez convencido de que la resistencia era inútil.

El antagonismo circunstancial y la fuerte personalidad de Companys y Batet, así como el respeto mutuo que se tenían, resaltan notablemente en distintos apartados del texto. Los respectivos destinos personales posteriores confirman la trágica paradoja de la historia, ya que los dos principales antagonistas de los hechos de octubre fueron los únicos que acabarían muriendo fusilados -esta vez en el mismo bando-, condenados por sendos consejos de guerra. El primero en comparecer ante un pelotón de ejecución franquista fue el mismo Batet, el 18 de febrero de 1937. El presidente Companys corrió la misma suerte el 15 de octubre de 1940.

El general Sebastián Pozas Perea, masón y liberal y hombre de confianza de Batet, abrió la fase instructora del consejo de guerra por rebelión militar. Pozas imprimió al texto un estilo flexible y legalista, que contrasta con la habitual chapucería de documentos militares del mismo estilo. Posteriormente, fue revelado por el coronel Pedro Escalera, que actuó con fuerza y dureza. Incluso llegó a someter a un segundo y frío interrogatorio, por escrito, a Batet, que ya empezaba a ser criticado sin miramientos por algunos sectores militares y fuerzas conservadoras, que le acusaban de haber dominado la revuelta de octubre sin hacer demasiado uso de la fuerza.

Además de este proceso militar contra los principales jefes institucionales de la frustrada rebelión de octubre, aproximadamente 3.000 personas más fueron detenidas y encarceladas en varios barcos atracados en los puertos de Barcelona y Tarragona.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_