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Incredulidad y desazón en Beirut

En las aulas y los corredores del Instituto Cultural Hispánico de Beirut lo que hay, desde hace algunos días, es incredulidad y desazón. Los rumores que circulan en la capital libanesa han resultado ser ciertos: el centro, que sobrevivió a los embates de 16 años de guerra civil, ha sido condenado a cerrar sus puertas en tiempos de paz. Es una noticia que para muchos libaneses tiene el familiarmente estremecedor efecto de una bomba.La decisión adoptada por el Instituto Cervantes (IC) pondrá :fin al funcionamiento de una de las pocas instituciones culturales que a lo largo de casi 40 años demostraron su invariable compromiso con un país amigo de España, así como el extraordinario coraje y dedicación de su personal.

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Mientras los extranjeros abandonaban Beirut en los peores días de la guerra, un puñado de profesoras y profesores mantuvieron el centro como un baluarte de la cultura española en un modesto edificio de la calle de Baalbek, en el barrio central de Hamra. Cuando la ciudad quedó dividida en sectores de cristianos y musulmanes, el centro se las arregló para seguir funcionando a ambos lados de la línea verde. Entonces había un compromiso con Líbano.

Resumiendo un sentimiento común, el embajador español Fausto Navarro ha descrito la medida como "una bofetada gratuita" a los libaneses. Abofeteados se sienten muchos, porque incluso el procedimiento ha sido todo menos un ejemplo de tacto: la decisión de cerrar el centro de Beirut fue adoptada en noviembre pasado, pero su directora en funciones, María Cruz de la Torre Juana, fue informada formalmente por el secretario general del IC, Javier López Facal, recién el 12 de abril. "El cierre", dice la carta del IC, "se debe a limitaciones presupuestarias". "Somos los primeros en lamentar esta dolorosa decisión".Condiciones auspiciosas

Paradójicamente, las condiciones actuales difícilmente podrían ser más auspiciosas para alentar las actividades de España en un país donde existe inagotable interés por el idioma español. Entre los múltiples indicadores de la recuperación de Beirut después de la guerra está el veloz desarrollo de las actividades culturales, y el centro está, sin duda, en la vanguardia. En los dos trimestres de este año, el Centro Hispánico de Beirut ha logrado recaudar más de 28.000 dólares de las 657 matrículas. Esto ha permitido contratar profesores y atender todos los gastos administrativos.

"En un país de unos tres millones y medio de habitantes, el número de alumnos que aprende español en el centro no es, ni mucho menos, escaso", afirma Cruz de la Torre, apuntando que en la convocatoria de mayo de 1992, 66 alumnos del centro se inscribieron para el Diploma de Español como Lengua Extranjera (DELE). La carta al Instituto también observa que Líbano, a pesar de ser el país más pequeño del mundo árabe, tiene mayor número de candidatos que cualquiera de ellos.

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