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Alberto Oliart: "Frente a las multinacionales ningún cine nacional europeo puede subsistir"

El presidente de la Fundación Procine pide una política global para el audiovisual español

Para Alberto Oliart (Mérida, 1928) no existen causas perdidas. Si un día se dejó la piel para editar un libro con el que saldar las deudas del fallecido Carlos Barral, hoy está dispuesto a hacer lo mismo por el cine español. Ex ministro de Industria y Energía, Sanidad y Defensa, Oliart es desde diciembre presidente de la Fundación Procine, entidad que agrupa a los más importantes productores españoles. El cargo no es honorífico y Oliart tiene un diagnóstico muy claro de lo que le sucede al cine español y un remedio aún más claro: una política global de la Administración, que invierta la iniciativa privada y que se impliquen las televisiones, porque, dice, "frente al poder de las multinacionales ningún cine nacional europeo puede subsistir".

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¿Qué le pasa al cine español? "En 1976 tenía el 30% del mercado nacional y entonces la industria norteamericana -las multinacionales- era tan fuerte como es hoy. Lo que pasa es que entonces había una política muy decidida de protección. Llega el momento magmático de la transición democrática y esa política global deja de existir. No hay un único culpable, todos somos responsables de ello. Y a mí, que he sido ministro en Gobiernos de UCD, me tocará parte de esa responsabilidad. Supongo que sufrimos la conmoción de la libertad y no nos dimos cuenta de que, como no protegiéramos al cine, iba a desaparecer"."El verdadero problema es que hoy ningún cine nacional europeo puede subsistir frente al poder de las multinacionales, sobre todo de las norteamericanas, si no existe una política global e apoyo. Y debe existir porque SI algo define la identidad nacional de un país es su lengua, y en el caso de España hay que hablar de lenguas, y los medios audiovisuales son imprescindibles para la formación de una lengua. Son parcelas que no se pueden ceder a las multinacionales. Hay un espíritu de creación que corresponde a sociedades determinadas: Estados, naciones, autonomías".

Lo primero, negociar

La primera tarea que se ha planteado Oliart es negociar con la Administración esa política global para que se coordinen las competencias hoy dispersas en varios ministerios. "En lo que afecta al cine tienen competencias el Ministerio de Transportes y Comunicaciones, de quien depende la televisión; Presidencia del Gobierno, de quien en parte también depende, y sobre todo, Economía y Hacienda, y también, claro, Cultura". En opinión de Oliart, el Ministerio de Cultura, al que llueven todas las protestas, no puede hacer nada solo. "Creo que en estos momentos existe la conciencia y la voluntad de hacerlo. Las tres o cuatro conversaciones que he tenido con el ministro, con otras personas de la Administración, con el director del Instituto del Cine (ICAA), me lo han confirmado. La cuestión es acertar".En lo que compete a la Administración, para Oliart no son tan importantes las subvenciones como que se pongan los instrumentos para que se cumplan las leyes: cuota de pantalla, informatización de taquillas, que se regule la televisión por cable y los vídeos comunitarios. "Hay una norma que establece la cuota de pantalla: un día como mínimo de exhibición de películas comunitarias por cada dos días de películas de terceros países, y un 20% como mínimo de películas comunitarias en la televisión. Esa norma no se cumple y parece que le es difícil a la Administración hacerla cumplir. Pues bien, que dicte una normativa que no sea imposible cumplirla". La primera reivindicación de la Fundación Procine fue el control de taquilla y dio incluso un plazo de tres meses para que se cumpla. "El director del ICAA, Juan Miguel Lamet, nos decía el otro día que cree que se termina 'en dos años. ¡Hombre, que haya un plan de urgencia para acabarlo! Sólo con que se cumpla la normativa se está ayudando al cine. Creo que uno de los problemas de la economía española es que la Administración no es al ciento por ciento eficaz".

El tema de la televisión y del 20% de cuota de pantalla para el cine español obsesiona a Oliart. "Diría que es mucho más importante la política de televisión que todas las subvenciones. Las televisiones españolas, calcula Procine, se han gastado por producciones ya hechas o de futuro, sobre todo norteamericanas, alrededor de 100.000 milones de pesetas en un año. Imaginemos que entre todas dedican el 10% al cine español. Son 10.000 millones de pesetas". Y, además, está convencido de que el cine español en televisión gusta tanto como el extranjero. "Yo no sé qué éxito tuvieron en su época las películas de Joselito o de Paco Martínez Soria, pero ahora en la televisión arrasan".

Cultura y Estado

Oliart pide más política global y eficacia que dinero. "En estos momentos no podemos pedir subvenciones. Puedo pedir que hagan un esfuerzo para ponerse al día en lo que deben, pero pedir más dinero cuando todos tenemos que ayudar a salir de este impasse económico en que nos encontramos, con el paro para arriba, no me parece correcto. Cuando hablo con la gente de la Administración, les digo que no pido más dinero, aunque sí que lo tengan presente en su política a medio plazo".Ollart está convencido de que "la cultura no es una obligación del Estado. La cultura la crea la sociedad. El Estado lo que tiene que hacer es dar los cauces por los que circule libremente la cultura". En lo que se refiere al cine, está claro para Oliart que es imprescindible la inversión de la banca, en especial desde que el Banco Hipotecario dejó de dar al cine créditos a muy bajo interés. ¿Pero cómo se convence a un banquero de que es rentable invertir en una película española? "No se debe pensar en invertir en una película, sino en la financiación de un negocio audiovisual. Es importante para ello que se creen grandes unidades de producción, y ya se está gestando alguna iniciativa en este sentido, avalada por varias entidades bancarias. Tampoco podemos descartar a las fundaciones de los bancos, que hasta ahora se han dedicado más a las artes plásticas, a la música y edición de algunos libros. Voy a intentar convencerlas de que financiar una película es una obra muy importante".

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