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La defensa del español reúne a millares de manifestantes en Puerto Rico

La imposición del inglés como lengua cooficial divide a la sociedad de la isla

Alrededor de 100.000 puertoriqueños se lanzaron ayer a la calle con banderas patrias y pancartas alusivas a la permanencia del español como idioma único y oficial en la isla, en una de las mayores manifestaciones organizadas en Puerto Rico. Lo que inicialmente se presentó como una protesta contra la imposición del inglés como idioma oficial en esta isla caribeña se convirtió en un impresionante acto de fe nacionalista, que dejó entrever los sentimientos de rechazo que provoca Estados Unidos en un amplio sector de la sociedad.

La bofetada que el nuevo gobernador, Pedro Roselló, le dio recientemente al idioma que desde hace 500 años viene siendo la base fundamental de una cultura propia y distinta en esta ex colonia española se volvió ayer contra él y también contra los legisladores que el viernes aprobaron en el Senado el proyecto que eleva al inglés, en detrimento del español, como lengua oficial del Gobierno. Puerto Rico es desde ayer una sociedad dividida y de muy difícil reconciliación, en la que están salido a relucir en estos días, como secuelas de la protesta linguística, su alto índice de criminalidad, con 75 asesinatos en lo que va de año vinculado a las drogas en la capital.Intelectuales, artistas, políticos y legisladores de la oposición, sindicatos, organizaciones sociales y políticas, la Iglesia católica y otras confesiones, los ex alcaldes de San Juan, maestros y estudiantes, asociaciones de vecinos y de municipios, académicos, deportistas y ciudadanos en general acudieron ayer a la llamada que el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) hizo, a modo de manifestación, por las calles de San Juan, en defensa del español, la lengua patria según se estima y se siente aquí.

Todo fue pacífico y musical, corno es costumbre en la región caribeña, pero los gritos llevaban un mensaje claro: "No queremos perder nuestra identidad. Somos un pueblo y una única cultura. El español es nuestra lengua materna. Fue el idioma de nuestros antepasados y será el de nuestros hijos. No nos pisotearán nuestros derechos ni nuestra historia ni nuestro futuro".

El viejo San Juan, totalmente reconstruido y remozado en su estructura colonial, fue escenario de esta manifestación masiva contra los nuevos gobernantes de la isla, pertenecientes al Partido Nuevo Progresista (PNP). La concentración, iniciada a las diez de la mañana, partió del parque Sixto Escobar, en Puerta de Tierra, y llegó hasta el impresionante Capitolio, símbolo oficial de este Estado asociado a Estados Unidos y en cuyas escalinatas se celebró un acto final en defensa del idioma, en el que participaron con un mismo mensaje -no al inglés como idioma de Puerto Rico- políticos, artistas e intelectuales de renombre.

Entre los manifestantes, sin ningún tipo de disimulo, había bastantes simpatizantes del Partido Nuevo Progresista, promotor de esta iniciativa y que por mandato gobernará la isla en los próximos cuatro años. Estos militantes fueron los más aplaudidos porque no sólo se sumaban como cualquier otro ciudadano a esta protesta popular sino que lo hacían en contra de los intereses de su partido. La victoria, según los organizadores de la manifestación, era ayer aún mayor porque se había conseguido romper la disciplina del partido en el Gobierno.

Además de Roselló fue su secretaria de Educación, Anabella Padilla, la que concentró las iras de los manifestantes. Padilla se ha pronunciado recientemente por incluir en el futuro el inglés en las escuelas como vehículo fundamental de la enseñanza, lo que afectaría a un total de 50.000 escolares y a 30.000 empleados, entre maestros, funcionarios y trabajadores de la enseñanza. Al no estar confirmada aún en su cargo los manifestantes pidieron ayer su retiro a casa.

Los nuevos gobernantes puertorriqueños, encabezados por Roselló, buscan la integración de Puerto Rico como un Estado con los mismos derechos dentro de la Unión Americana, lo que le convertiría en el número 51. Estados Unidos se ha mostrado siempre reticente a este proyecto por lo que Roselló pretende ahora presentar a Puerto Rico, que en 1991 oficializó el español como idioma oficial en toda la isla, como un Estado donde también se pueda hablar el inglés de la misma forma que en Illinois o en Arkansas. Ello permitiría eliminar obstáculos para lograr sus pretensiones.

Roselló cuenta también con la presión de los sectores financieros de la isla, que exigen el inglés como idioma oficial, ya que le trastorna la tramitación de sus negocios, fundamentalmente dirigidos hacia Estados Unidos. Sin embargo, en la isla con poco más de tres millones de habitantes sólo habla inglés el 20% de su población.

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