David Owen busca el apoyo de los combatientes a un plan para desmilitarizar Sarajevo.
El mediador europeo y copresidente de la conferencia de paz, el británico lord Owen, ha decidido prolongar 24 horas más su estancia en Sarajevo para asentar las bases de un importante acuerdo. Owen aseguró ayer haber alcanzado un compromiso marco con las partes enfrentadas para la desmilitarización de Sarajevo. "Yo creo", aseguró el mediador ante los periodistas, "que tenemos el marco para la desmilitarización de Sarajevo. No dudo que habrá dificultades y reveses, pero al menos tenemos un acuerdo"."Si conseguimos que éste [acuerdo] funcione en Sarajevo, podremos extenderlo al resto del país", añadió.
Aunque no hay detalles del pacto, parece ser que Owen ha logrado persuadir a musulmanes, croatas y serbios para crear cuatro comisiones de trabajo.
Los asuntos a tratar en los comités son cuatro: desmilitarización de las zonas próximas al aeropuerto; recuperación del funcionamiento de los servicios esenciales de la ciudad, como agua o electricidad; creación de un sistema de patrullas y el establecimiento de unas reglas para ejercer la ayuda humanitaria.
Los comités de trabajo quedarán coordinados bajo el mando del general Phillipe Morillon, jefe de los cascos azules en Bosnia-Herzegovina, y que incluirá a los jefes militares de las tres partes en guerra. Owen justificó este hecho: "Lo que parece claro es que no nos podemos mover un paso sin la autorización militar".
Vuelven los aviones
Un ejemplo de ello es la imposibilidad de restablecer el suministro eléctrico de Sarajevo. Todos los intentos realizados por los cascos azules han sido abortados por las milicias serbias.
El acuerdo, dice el mediador, "debe ser lo suficientemente robusto como para poder sobrevivir a un deterioro de las relaciones" entre los fírmantes.
Lord Owen se reunión ayer con Radovan Karadzic, líder de los serbios de Bosnia, y con Ratko Mladic, comandante militar de las milicias serbias.
Por otra parte, el puente aéreo internacional para llevar la ayuda humanitaria a la población de Sarajevo, sitiada por las milicias serbias desde el pasado mes de abril, se reanudó ayer tras 21 días de suspensión. El primero en volver a tomar tierra fue un avión británico. En el aeropuerto de Butnir son esperados en las próximas horas otros 20 aviones, según informó un portavoz del Alto Comisariado de las Naciones Unidas para los Refugiados.
Los vuelos humanitarios fueron suspendidos el 1 de diciembre como consecuencia de dos incidentes separados. En el primero, un avión norteamericano resultó alcanzado por disparos de armas de infantería. Tres días después fue alcanzado un segundo en el que viajaba el general francés Phillipe Morillon, comandante en jefe de las fuerzas de las Naciones Unidas en Bosnia-Herzegovina.
El transporte por avión de la ayuda humanitaria a Sarajevo ha venido encontrando múltiples dificultades desde que el pasado 1 de septiembre fue derribado un aparato italiano en una confusa acción que los serbios atribuyeron a los bosnio-croatas y en la que murieron los cuatro tripulantes.
La ayuda internacional es esencial para los habitantes de Sarajevo, que carecen de energía eléctrica desde hace dos semanas y sufren graves interrupciones en el servicio de agua.
En el frente militar, las armas no callan. Los musulmanes y croatas acusaron ayer a los serbios de proseguir su presión militar sobre los barrios de Sarajevo de Vogosca, Rajlovac, Sokolovic y Zuc. Las otras zonas de la capital estaban, hasta última hora de la tarde, tranquilas.
Los serbios aseguran que estos ataques se producen en represalia por los ataques sobre Hadzici, ciudad situada al sur de la capital, donde se están produciendo violentos combates. Las mismas fuentes afirman que hay combates alrededor de la localidad de Foca, de mayoría musulmana, situada en Bosnia oriental, que meses atrás ya fue ocupada por las milicias serbias. En los combates han muerto más de 30 civiles serbios, aunque no hay fuentes independientes de confirmación.
Las fuerzas croatas de autodefensa, por su parte, denunciaron ayer la reanudación de los ataques a Travnik, en Bosnia central, tras una semana de calma, y contra la meridional Mostar, que llevaba dos semanas en calma.
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