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La CE mantiene reservas sobre una intervención militar aérea en Bosnia

Lluís Bassets

Los Doce se mostraron ayer de acuerdo en la aplicación estricta de la exclusión de vuelos militares en Bosnia-Herzegovina, siempre que se garantice la ayuda humanitaria a las poblaciones civiles, así como el caracter de la misión de las fuerzas desplegadas bajo bandera de las Naciones Unidas. Por otra parte, los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, se reunieron ayer en Nueva York para estudiar el texto de un proyecto de resolución.

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El último Consejo de Ministros de este año de la Comunidad Europea no adoptó ninguna nueva resolución sobre la guerra de los Balcanes y aceptó en líneas generales la posición comedida de la presidencia británica, que suscribe la necesidad de hacer respetar la zona de exclusión de vuelo mediante la intervención de una fuerza aérea de la OTAN, pero pide algo más de tiempo antes de tomar decisiones irreversibles y, más en concreto, un plazo de advertencia a Serbia superior a los 15 días sugeridos por EE UU.El ministro británico de Exteriores, Douglas Hurd, aseguró ayer que la Comunidad está trabajando en la elaboración de las medidas prácticas necesarias para el "aislamiento total" de Serbia. Hurd confirmó que los Doce habían analizado la situación que vive la antigua Yugoslavia y el acuerdo general fue pedir a Serbia "cambios rápidos en su política" porque "no les queda mucho tiempo".

Major se entrevistó el domingo con el presidente George Bush en la Casa Blanca y fue algo más lejos de lo habitual al expresar el apoyo de su país a un eventual control militar de la prohibición de volar sobre Bos

nia-Herzegovina. En este sentido, el Reino Unido recibió ayer el apoyo de una parte importante del Consejo de Ministros, en su nueva posición, más próxima a la intervención militar en la ex-Yugoeslavia.Las Naciones Unidas prohibieron el vuelo sobre Bosnia el pasado octubre, con un resultado desigual. Más de 200 aparatos, principalmente aviones de pequeñas dimensiones y helicópteros, han sido detectados en misiones de apoyo. No se han localizado en cambio vuelos en misión directamente ofensiva.

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Los temores españoles

Tanto el Reino Unido como España consideran que, si el Consejo de Seguridad decide autorizar a una fuerza aérea para, que haga respetar la prohibición, cambiará radicalmente el carácter y la situación de los cascos azules que se hallan ahora en misión de apoyo para la ayuda humanitaria. España tiene sobre el terreno a más de 700 legionarios y paracaídistas. La propia ayuda humanitaria, imprescindible con la llegada del invierno, puede quedar en peligro, según fuentes españolas.

En el peor de los casos, el derribo de un aparato serbio por parte de fuerzas de la OTAN significaría la participación directa de países europeos en el conflicto, cuestión que buena parte de las diplomacias de los Doce están lejos de observar como un paso sin trascendencia.Los países comunitarios, a pesar de sus reservas, apoyan la escalada de amenazas contra Serbia y no se oponen sobre el papel a una vigilancia del espacio aéreo bosnio. Hasta el momento, sin embargo, piden más tiempo y más reflexión sobre el caracter de la decisión, así como un estudio detallado sobre la misión futura de las fuerzas ya desplegadas.

La eventualidad de una intervención militar occidental en los Balcanes viene siendo debatida desde hace exactamente diez días en distintos foros internacionales europeos, empezando por la cumbre de los Doce en Edimburgo, que formuló una seria amenaza a Serbia, pasando por la CSCE (Conferencia para la Seguridad y la Cooperación en Europa), la conferencia de paz en Ginebra y las reuniones del Consejo Atlántico de la OTAN y del Consejo de Cooperación del Atlántico Norte (OTAN y el antiguo Pacto de Varsovia).

En todas ellas ha ido avanzando la idea de una intervención y, sobre todo, de acrecentar la amenaza y la presión psicológica sobre Serbia y su dirigente, Slovodan Milosevic, pero no se ha tomado ninguna resolución efectiva, que exige, entre otras cosas, la aprobación del Consejo de Seguridad.

Los embajadores de los cinco países miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU -es decir, Estados Unidos, Rusia, China, Gran Bretaña y Francia- se reunieron ayer en Nueva York, en la sede francesa, para estudiar un proyecto de resolución que permita, si fuera necesario, el uso de la fuerza para garantizar el cumplimiento de la prohibición de volar sobre Bosnia-Herzegovina.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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