_
_
_
_

Un congreso de expertos pide un 'estatuto del cuerpo humano' contra el mal uso de los avances médicos

Milagros Pérez Oliva

Expertos y presidentes de comités de bioética procedentes de diversos países se pronunciaron ayer en Budapest (Hungría) por la necesidad de establecer, con carácter universal, un estatuto del cuerpo humano que impida un uso pernicioso y discriminatorio de los avances médicos. Los participantes denunciaron la compra de órganos humanos en los países pobres para trasplantarlos a pacientes ricos y la utilización de test genéticos con fines ajenos a la salud, y se citó como ejemplo que en Estados Unidos estos análisis son habituales en el 20% de los contratos laborales.

Más información
Ciudadano portador

La mayoría de los países avanzados poseen regulaciones internas que impiden el comercio de órganos. Pero, en los últimos años, el descenso en la mortalidad por accidentes de tráfico a causa de las medidas de seguridad vial ha comportado una disminución en las donaciones esperadas, precisamente cuando los avances de la medicina han permitido ampliar el número de pacientes susceptibles de ser trasplantados. Ello está provocando una enorme presión para conseguir órganos.Varios de los ponentes del encuentro, patrocinado por el Consejo de Europa, afirmaron que personas de países pobres se están viendo abocadas por razones económicas a convertirle en donantes vivos de órganos. Según Vijay Kaushik, miembro del Instituto de Filosofia y de la Academia de Ciencia de Rusia, "la venta ilegal de órganos es ya una práctica enraizada en muchos países., en vías de desarrollo. Se busca en los arrabales y las aldeas a pobres que vendan partes de su cuerpo. En casos extremos, pacientes viejos y enfermos son tratados como animales para obtener sus órganos. Recientemente, una organización mafiosa de empleados de la sanidad y médicos del Instituto de la Lepra en Agra han sido acusados de practicar extracciones fraudulentas de riñones y ojos para ser trasplantados a personas ricas"."Si no lo evitamos, podemos llegada la situación de que el mercado del cuerpo humano se practique sin provocar siquiera indignación", advirtió Giovanni Berlinguer, hermano del fallecido secretario general del PCI.La mayoría de los países desarrollados han regulado también que no se puede intervenir en las células germinales, es decir, aquellas que transmiten la herencia genética. Pero estas regulaciones son ya insuficientes, según la jurista Noële Lenoir, miembro del Consejo Constitucional francés a sus 44 años y única mujer del alto tribunal: "Si no establecemos un código universal, no podremos evitar que experimentos aquí prohibidos se realicen en otros países sin legislación sobre bioética".

Stefano Rodota, diputado italiano del Partido Democrático de la Izquierda y profesor de Derecho Civil, alertó sobre el, creciente uso de los test genéticos por parte de empresas y compañías de seguros con fines discriminatorios. "En Estados Unidos se calcula que en aproximadamente el 20% de las ofertas de empleo se practican test genéticos. De generalizarse esta práctica, se podría discriminar a determinados trabajadores por razones genéticas, lo que reduciría las mejoras en las condiciones de trabajo, ya que podrían ser excluidos los. más vulnerables".Para Marcel J. Mélancon, director del grupo de investigación en genética y ética de Quebec, la informática constituye una amenaza para esta confidencialidad, pues las compañías de seguros están muy interesadas en tener esa información. Lo cual puede tener, según Stefano Rodota, consecuencias como la privación de cobertura sanitaria a personas con afecciones genéticas, lo que las excluiría también de poder obtener créditos e hipotecas, pues. cada vez más los bancos exigen seguros de vida vinculados a los préstamos.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_