"Los países de la cohesión y la Comisión formamos una piña", afirma Matutes

Abel Matutes ha dedicado muchísimos esfuerzos desde la Comisión Europea a los Balcanes como encargado de la política mediterránea de la Comunidad Europea (CE). Pero en enero dejará de ocuparse de las violaciones del embargo a Serbia y del bloqueo ilegal practicado por Grecia sobre Macedonia. "Voy a regresar a la cocina de la Comunidad". Con vistas a la cumbre de Edimburgo, que comienza hoy, Matutes confía "en la piña que forman los cuatro países de la cohesión y la propia Comisión", y asegura que José María Aznar y el Partido Popular (PP) defienden también el fondo de cohesión y una política similar para la CE.

Abel Matutes no desea pronunciarse sobre el reconocimiento de Macedonia. "Es una cuestión que afecta a la competencia de los Estados y, en consecuencia, no entraré en ello". Pero parece claro que, en sintonía con todos los socios menos Grecia, el español que se ocupa de los Balcanes quisiera una solución rápida a la cruel situación de esa nueva república.La intervención norteamericana en Somalia no sugiere ideas especiales a Matutes para la antigua Yugoslavia, pues "es un conflicto de naturaleza muy distinto al del Golfo o al de Somalia" "En los Balcanes, la orografía, la mezcla de grupos en combate y la geopolítica del conjunto no permiten pensar en intervenciones del mismo tipo", asegura "La tarea no sería nada fácil. No sería suficiente tomar la decisión de intervenir". Pero sugiere la posibilidad de una mayor intervención europea: "No excluyo que se pueda incrementar notablemente el número de observadores de la ONU y de los Estados de la CE, principalmente en las zonas donde la tensión va en aumento".

Respecto a la cumbre de Edimburgo, Matutes milita en las mismas filas que el presidente Jacques Delors. "El paquete Delors II no es sólo una cuestión presupuestaria, sino también el desarrolló del Tratado de Maastricht", asegura. Según su punto de vista, la segunda propuesta de Delors, alargando a siete años el paquete con el objeto de doblar los fondos estructurales, "es el mínimo exigible para el acuerdo y cuenta con todo el respaldo de la Comisión".

Matutes espera que Edimburgo "no se salde con un fracaso, pues la Comunidad Europea debe ser capaz de dar una señal al mundo sobre su voluntad de seguir progresando hacia una mayor integración, que es la única manera de afrontar con éxito los grandes desafíos que se nos plantean". Valora además muy positivamente la posición española: "España ha conseguido formar una piña, en la que no veo fisuras, en torno al tema presupuestario, y su posición coincide básicamente con la de la Comisión Europea".

El 'caso danés'

Matutes comenta con satisfacción las críticas de varios dirigentes democristianos europeos al documento británico sobre Dinamarca y subraya que los puntos de vista de los populares españoles sobre la construcción europea son también los mismos. "En el PP hay la misma comprensión del tema del fondo de cohesión que pueda haber entre los socialistas". Aunque matiza: "Esto no significa que no haya que hacer todo lo necesario para fortalecer nuestra economía. Los problemas de empleo, calidad de vida o infraestructuras no se resolverán sin una economía, competitiva y fuerte".

Sobre su inmediato futuro en la nueva Comisión Europea, cuya composición y reparto de carteras se conocerá dentro de pocos días, prefiere "regresar a competencias internas, más en la cocina de la Comunidad Europea, y liberarme así un poco del movimiento y de los viajes". Numerosos indicios apuntan a que la responsabilidad de los transportes y de la energía será el próximo encargo que reciba de Delors. Matutes asegura que todavía no ha empezado a hablar de ello con el presidente, pero deja transparentar su interés por estas cuestiones, entre las que se hallan las grandes redes transeuropeas.

El comisario viajero Abel Matutes puede convertirse así en el comisario del tren de alta velocidad.