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El buque japonés cargado de plutonio navega fuertemente escoltado por el Atlántico

El buque japonés Akatsuki Maru, que partió a última hora del sábado del puerto francés de Cherburgo llevando a bordo el mayor cargamento de plutonio (1,5 toneladas) que jamás se haya transportado por mar, se encuentra navegando por aguas del Atlántico rumbo a Japón, donde el plutonio será utilizado para alimentar un prototipo de reactor atómico. La salida del puerto francés fue accidentada, ya que el Akatsuki Maru tuvo que sortear las acciones de protesta de organizaciones ecologistas y más tarde un buque japonés de escolta embistió a otro de la organización Greenpeace.

El polémico viaje del buque japonés, que se había anunciado como supersecreto, se está realizando como si sé tratará del desplazamiento de un convoy estratégico durante la II II Guerra Mundial. Un buque de la Armada japonesa, el Shikishima, equipado con dos helicópteros y dos cañones de 35 milímetros, le sirve de escolta desde que abandonó el límite de las aguas territoriales francesas. Hasta ese momento había sido escoltado por dos embarcaciones de la Marina francesa.

Por otra parte, los movimientos del Akatsuki Maru, rebautizado ya por los ecologistas como Plutonic, son seguidos en todo momento por los satélites de comunicación y por el Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA), y mucho más de cerca por un molesto compañero de viaje, el remolcador Solo, de la organización ecologista Greenpeace.

Satélites espía

Un responsable militar estadounidense ha precisado, que encuentra adecuadas las medidas de protección sobre el cargamento, que combina acciones de tierra y aire con el seguimiento de los satélites espía. Esta operación excepcional de transporte ha sido preparada durante tres años por las autoridades japonesas, británicas, francesas y estadounidenses.

La ruta del barco se pretende mantener en secreto, aunque se cree que seguirá descendiendo por el océano Atlántico, rodeará el cabo de Hornos y seguirá por Indonesia hasta Japón, a donde llegará aproximadamente dentro de siete semanas para descargar el plutonio en el puerto de Yokohama.

Los enfrentamientos registrados entre ecologistas y miembros del Ejército francés en la noche y madrugada sábado, durante el proceso de carga del material radiactivo en el puerto militar de Cherburgo, se saldaron con varias de tenciones de miembros de Greenpeace, aunque posteriormente fueron puestos en libertad.

Poco después, cuando el barco ya se había hecho a la mar, el buque japonés de escolta Shikishima embistió al carguero Solo, de Greenpeace, que tiene previsto acompañar durante todo el viaje al Akatsuki Maru. Según un portavoz de la organización ecologista, la colisión se produjo hacia las tres, de la madrugada del domingo, a unos 80 kilómetros de las costas francesas. "Creo que sólo trataron de intimidarnos", añadió el portavoz de Greenpeace, "y no llegaron a causarnos daños". La organización ecologista se ha propuesto seguir al barco japonés durante toda la travesía, "cumpliendo en todo momento las normas internacionales de navegación en lo que se refiere al mantenimiento de las distancias", ha añadido el portavoz.

Los expertos y grupos ecologistas nipones que se oponen al cargamento de plutonio y a la importación de otras 30 toneladas en el futuro, dicen que con el material importado de Francia, más la producción propia, se almacenará bastante más plutonio del que Japón es capaz de consumir en sus reactores. En las próximas dos décadas, se generarán entre 80 y 90 toneladas de esta sustancia, y menos de 10 kilos son suficientes para fabricar una bomba como la que arrasó Nagasaki.

El programa de Japón hacia la independencia energética es ambicioso e intenta doblar la producción nuclear para atender el 50% de las necesidades nacionales. Se cuenta con 40 plantas nucleares y la preparación de otras 101 pero el aspecto más polémico del programa es la utilización de plutonio en un reactor rápido, actualmente en construcción. Teóricamente, este combustible es el más adecuado porque se reproduce en el proceso. Por esta razón, durante años, Tokio despachó a Francia y al Reino Unido el uranio consumido para su reprocesamiento en plutonio.

El Akatsuki Maru abre el calendario de recuperación del material reconvertido, cuya toxicidad recordó Jinzaburo Takagi, activista del Centro Ciudadano de Información Nuclear de Tokio. "El plutonio es tan tóxico que sólo un gramo puede causar cáncer en miles de personas y la reactividad se mantiene 24.000 años".

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