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116 playas y 44 ríos y lagos, no aptos para el baño

El informe de la CE se elabora a partir de los datos enviados por el Ministerio de Sanidad y Consumo español, que, a su vez, son aportados por las comunidades autónomas, responsables de efectuar los análisis de las zonas de baño. El correspondiente a 1991 revela que los índices de salubridad han mejorado dos puntos respecto a 1990 y seis puntos respecto a 1989, fecha en que un 16,24% de las zonas de baño costeras no eran aptas para el baño. Aún siguen existiendo en algunas zonas costeras del País Vasco, Asturias, Galicia, Cataluña, Valencia y Andalucía importantes puntos negros.El reverso de la medalla lo constituyen las playas de las provincias de Alicante, Baleares, Melilla, Murcia y las islas de Tenerife, La Gomera, El Hierro, La Palma y Fuerteventura. Gerona, Huelva, Cantabria, la isla de Gran Canaria y Almería están casi en la situación ideal, aunque en la última provincia de las citadas el informe hace constar que en muchos casos no se han realizado un número de muestreos suficientes que permitan emitir un dictamen.

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Cloacas interiores

El número de zonas controladas (las playas grandes pueden tener más de un punto de control) ascendió el pasado año a 1.290, 113 más que en 1990. En otras 26 no se recogieron muestras. Con los muestreos del anterior informe resultaron no aptas para el baño 107 playas españolas. En 199 1, con un número mayor de puntos analizados, el total de playas no aptas era de 116.

El control de la contaminación refleja la acumulación excesiva en las aguas de sustancias microbiológicas (coliformes, estreptococos fecales, salmonelas y enterovirus) y partículas físico-químicas (fosfatos, colorantes, residuos de petróleo y aceites, transparencias, sustancias tensoactivas, fenoles y otras sustancias contaminantes). Una concentración superior a la autorizada en las aguas de alguna de estas categorías sirve para desatar la señal de alerta.

Con respecto a 1990, el informe señala que el pasado año, además de un mayor número de playas controladas en España, se produjo un índice del 90% de los puntos controlados conformes en materia de detritus orgánicos y un 91% en lo referido a sustancias inorgánicas. Sin embargo, pasaron de 207 a 438 las zonas en las que la presencia de estreptococos fecales era peligrosa y de cero a 18 los lugares en los que se detectaron salmonelas.

También en dos puntos se detectaron enterovirus, mientras en 1990, según los datos oficiales, no existía ese problema. El informe no identifica geográficamente ninguno de estos casos. De acuerdo con el baremo de la CE, los lugares más peligrosos son aquellos en los que se dan las dos contaminaciones juntas.La edición del IX informe de la Comisión Europea sobre la calidad de las aguas de baño en 1991 estuvo precedida este año por la incertidumbre. El hecho de que los datos -por culpa del retraso de los Gobiernos en comunicarlos a Bruselas- se refieran siempre a un año anterior y el impacto que su publicación tiene sobre el turismo ha hecho dudar al Ejecutivo de la CE sobre la conveniencia de presentarlos para evitar conflictos.

Conflictos nacionales

Fuentes comunitarias manifestaron hace unos días que "ésta era una de las competencias a devolver a los Estados miembros en aplicación del principio de subsidiariedad aprobado en la cumbre de Maastricht". Se trataba a la vez de evitar las fricciones con los autoridades nacionales, como la que el pasado año protagonizó el Reino Unido. Finalmente, la Comisión Europea dio luz verde, amparada en el dato positivo de que el 87% de las zonas de baño costeras controladas en la Comunidad respetan los valores máximos de contaminación autorizados en la directiva de 1976.

El efecto que la obligación de control ha tenido en la mejora queda más limitado en las zonas de baño interiores (aguas y ríos), donde el porcentaje de cumplimiento es sólo del 70%. La información procede de las autoridades de cada país, y en el caso de España no consta ningún lugar el que por su peligrosidad se haya prohibido el baño.

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