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El 83% del crecimiento de la población mundial se registra en las ciudades

"La humanidad camina hacia un nuevo orden urbano", ha dicho Jyoti Shankar Singh, alto funcionario del Fondo de Población de las Naciones Unidas (FNUAP), que presentará hoy en Madrid el informe elaborado por este organismo especializado de la ONU sobre el estado de la población mundial correspondiente a 1992. Se apoya al hacer esta afirmación en el dato de que el 83% del crecimiento de la población, que ya ha comenzado a producirse en este decenio, corresponderá a las zonas urbanas.

Las Naciones Unidas expresan una vez más en su informe anual la preocupación por los problemas ecológicos, económicos, sanitarios y, en general, de calidad de vida que afectan a buena parte de los 5.480 millones de personas que ha alcanzado la población mundial a la altura de 1992. En el último año, la población ha aumentado en unos 90 millones de habitantes."El futuro es urbano", repite Singh, jefe de la División Técnica y de Evaluación del PNUAP, "especialmente en los países en desarrollo". En la actualidad, la mayoría de las migraciones de los países en desarrollo tienen como destino las ciudades. Además, "este crecimiento desmesurado de las zona urbanas se nutre no, sólo de su propia población, sino también de los excedentes que proceden de las zonas rurales".

El aumento de la población urbana resulta preocupante para los analistas de las Naciones Unidas "porque, aunque tradicionalmente las ciudades han sido centros de comercio, ciencia y cultura, una vez superado un cierto umbral de población tras un crecimiento urbano acelerado, se han registrado consecuencias negativas en términos de criminalidad, hacinamiento y contaminación".

Dificultades

Desde el punto de vista del desarrollo sostenible, concepto acuñado ya para la próxima Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro, las ciudades modernas plantean serias dificultades sobre todo en los países en vías de desarrollo.

Producen, por ejemplo, una nula o escasa proporción de los alimentos, combustible y agua que necesitan los habitantes; consumen enormes cantidades de energía y materias primas para el transporte, las comunicaciones y la construcción, así como en la producción y embalaje; generan ingentes cantidades de residuos sólidos y peligrosas concentraciones de residuos contaminantes en el aire y en el agua.

En 1950 sólo 20 de cada 100 personas vivían en ciudades. La población total de las zonas urbanas del mundo sólo sumaba 734 millones de habitantes y sólo dos ciudades -Londres y Nueva York- albergaban a más de ocho millones de personas. En 1990 la población urbana del mundo se había triplicado hasta alcanzar los 2.390 millones de habitantes y 45 personas. de cada 100 vivían en las ciudades. Actualmente existen 20 megaciudades, con más de ocho millones de habitantes cada una; 14 de ellas se encuentran en países en vías de desarrollo.

El futuro se anuncia todavía más urbano. Durante la década de los noventa, el 83% del crecimiento de la población mundial corresponderá a las ciudades. La población de las ciudades se incrementará en 81 millones, de personas cada año, cifra equivalente a otras 10 ciudades del tamaño de Moscú, Delhi, París o Lagos. Se calcula que entre el 2020 y el 2025 el incremento de la población urbana será casi de 100 millones de habitantes anuales.

Además de cargar las tintas sobre la nueva cultura urbana, el informe sobre el estado de la población mundial lanza este año un llamamiento en favor de una acción inmediata para lograr un equilibrio entre los patrones de población, de consumo y desarrollo, logrando una distribución más equilibrada de la riqueza que permita por lo menos acabar con la pobreza absoluta, ayude a satisfacer las necesidades humanas, sin olvidar velar por la protección del medio ambiente. De las proyecciones globales que se hacen en el informe se desprende que a mediados de 1992 la población mundial alcanzará la cifra de 5.480 millones de habitantes; en 1998 sumarán 6.000 millones. A lo largo del próximo decenio se registrarán incrementos anuales medios de 97 millones de habitantes, los más altos de la historia. Casi la totalidad de este crecimiento se producirá en África, Asia y América Latina. El mundo desarrollado verá disminuir su proporción de población del 23% que tenía en 1990 al 13% que tendrá en el año 2050.

La predicción media más probable implica que la población mundial prácticamente se habrá duplicado en el año 2050, en el que se alcanzará 10.000 millones de habitantes. A partir de entonces, la población probablemente continuará creciendo durante otro siglo, hasta alcanzar los 11.600 millones de habitantes en el año 2150.

Tamaño de las familias

Si se cumplen las hipótesis más optimistas, la población mundial alcanzará su nivel máximo a mediados del próximo siglo para descender a continuación. Pero el crecimiento de la población podría desviarse en sentido contrario, es decir, alcanzaría los 12.500 millones en el año 2050 y llegaría a 20.700 millones un siglo más tarde.

"Lo que suceda", se especifica en el informe, "dependerá en gran parte de las medidas que se adopten en la próxima década para reducir el tamaño de las familias". Cualquier retraso en este sentido podría traducirse en una diferencia de casi 4.000 millones de habitantes de la población mundial en el 2050 equivalente a la población total del mundo en 1975.

Para Singh, un punto importante del informe del FNUAP es el hecho de que por primera vez se establezca la relación entre desarrollo económico y tasa de crecimiento. "También es importante el papel cada vez más activo de la mujer en los problemas de población y la estabilización en la demanda de servicios de planificación", añade.

Desarraigo, pobreza y medio ambiente

La población desarraigada cada vez, es mayor en el mundo. El número de emigrantes a otros países se eleva a 70 millones. La mayor parte procede de países en vías de desarrollo. Más de un millón de personas emigran cada año de un país a otro y un número casi equivalente solicita asilo.También aumenta el número de refugiados. Muchas personas abandonan sus hogares huyendo de la guerra o por temor a las persecuciones. Según datos de las Naciones Unidas, 17,3 millones de refugiados dejan su país al año, y se estima en otros 17 millones el número de desplazados internos. Un 85% de estos refugiados vive en los países pobres. Especiales repercusiones en materia de refugiados ha tenido la guerra del Golfo, según los datos aportados por el Fondo de Población de las Naciones Unidas.

Otro tipo de desarraigo procede de las condiciones de vida infrahumana. La aceleración del crecimiento de la población humana viene unida a la extensión de la miseria. En la actualidad hay 212 millones de personas más que en 1970 que viven en condiciones de pobreza absoluta en el mundo, lo que supone que el 21% de la humanidad (es decir, 1. 156 millones de personas) se mueve en la pobreza más extrema. Por otra parte, hay 60 millones más de niños sin escolarizar, 65 millones más de analfabetos y 50 millones de desnutridos.

Otra amenaza directa para la vida de la humanidad es la creciente ocupación de tierras. La vida silvestre ya no tiene donde refugiarse. Aun en el caso de cumplirse la previsión demográfica de bajo índice de crecimiento, hasta el año 2050 deberán ocuparse otros 4,5 millones de kilómetros cuadrados para cubrir las necesidades de tierras agrícolas y no agrícolas. Si se cumple la proyección demográfica alta, la pérdida potencial se elevaría a 5,9 millones de kilómetros cuadrados.

Pero la amenaza más grave, según la ONU, posiblemente esté asociada al calentamiento global del planeta, que hará retroceder los límites de las zonas habitadas en relación a los polos y hacia las zonas más altas de las laderas montañosas.

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