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Sombras sobre el Parlamento Centroamericano

Denuncias de que el ex presidente guatemalteco Cerezo utilizará la Cámara para burlar a la ley

La megalomanía es una de las tarjetas de presentación que con mayor frecuencia identifica a políticos y gobernantes del Tercer Mundo. Los empobrecidos centroamericanos parecen ya resignados a ser espectadores del estreno, hoy en Guatemala, de una obra faraónica, el Parlamento Centroamericano (Parlacen). Sus dos principales impulsores -el ex presidente guatemalteco, Vinicio Cerezo Arévalo, y el que fue su número dos, Roberto Carpio Nicolle son acusados por otro ex vicepresidente, Francisco Villagrán Kramer, de promover una Cámara que no sirve para nada con el único objetivo de obtener inmunidad por las irregularidades cometidas durante su mandato.

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El Parlacen, supuesto instrumento de unificación regional (que pretende dotarse de un edificio valorado en 5.000 millones de pesetas) arranca tuerto y manco, porque ni Costa Rica ni Nicaragua terminan de adherirse, lo que parece alejar la posibilidad de un futuro ingreso de las otras dos naciones de la región: Belice y Panamá.En opinión de Villagrán Kramer, Cerezo y Carpio "se aprovecharon de la buena fe y buena voluntad de los europeos por ayudar a la reconstrucción de Centroamérica, por brindar un vigoroso apoyo a estos países y mostrar con ello una presencia activa en la región. Esto hizo que se comprometieran a sostener financieramente ese Parlamento y a brindar las facilidades necesarias para la construcción de su sede. Los Gobiernos y pueblos europeos, entre ellos los españoles, financian algo inútil".

Una de las primeras acciones del actual presidente de Guatemala, Jorge Serrano, fue anunciar la reestructuración de la Organización de Estados Centroamericanos (ODECA), uno de los organismos claves del frustrado intento integracionista de los años sesenta y que podría privar de todo sentido al Parlacen. Según Kramer, "dentro de la ODECA existe una figura que es el Consejo Legislativo, que interesaría articular porque sería un consejo de cinco Estados, y no de tres. Es más, sería un órgano muchísimo más barato de sostener y al que se podrían dar mayores atribuciones de las que goza el Parlacen, que se reducen al planteamiento, análisis y recomendación sobre asuntos políticos, económicos, sociales y culturales de interés común".

El ex vicepresidente Villagrán Kramer no ve ninguna posibilidad de que, de momento, se incorporen al Parlacen Nicaragua y Costa Rica, aunque si "podrían sumarse al mecanismo legislativo previsto en la ODECA. Lo que, definitivamente no quieren estos dos países es servir de juego a los intereses del ex presidente de Guatemala".

"Soy víctima del canibalismo político"

"La propuesta del Parlamento Centroamericano nace en mi discurso de toma de posesión de 1986, cuando nosotros de ninguna manera estábamos pensando en salir del Gobierno, sino en iniciar todo un proceso democrático", explica a EL PAÍS el ex presidente de Guatemala Vinicio Cerezo Arévalo."No logro comprender cómo una persona con un pensamiento muy bien formado jurídica y políticamente en cuestiones internacionales sea uno de los más grandes críticos del Parlamento centroamericano", agrega al comentar la postura del ex vicepresidente Francisco Villagrán Kramer respecto al Parlacen.

Cerezo se manifiesta partidario de que en Guatemala todos los ex presidentes gocen de inmunidad, "para no ser objeto de vendettas de carácter político o de carácter personal", circunstancia de la que dice ser víctima.

Según el ex presidente, la integración de Costa Rica y Nicaragua en el Parlacen no ha podido hacerse efectiva todavía porque ambos países "tienen problemas constitucionales internos para celebrar elecciones en estos momentos, pero lo harán más tarde. Sin embargo, participan ya en calidad de observadores y han manifestado su voluntad de incorporarse al foro regional".

Sobre los cuatro juicios abiertos contra él, entre ellos uno por la compra de helicópteros para el Estado Mayor Presidencial con un sobreprecio que supuestamente benefició a su círculos personal y familiar más cercano, Cerezo asegura: "En América Latina está de moda otra vez tratar de destruir a los líderes democráticos. Creo que lo que le ocurre a Alan García en Perú es un juicio político. Lo mismo paso con Carlos Menem en Argentina. En mi caso, me quedé en Guatemala para hacer frente todas las acusaciones y voy a demostrar que no cometí ninguna anomalía. Tal vez fracasé en mis relaciones con la empresa privada, lo que provocó dilemas económicos de carácter estructural, o no llenar las expectativas de los guatelmaltecos, pero hicimos un Gobierno completamente honesto y lo voy a demostrar".

Sin embargo, el ex presidente asegura que no se propone dimitir como diputado centroamericano. "No tengo necesidad de hacerlo", asegura, "porque yo mismo me encargaré de ventilar cada caso ante la opinión pública. ¡El que nada debe, nada teme!".

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