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LA PROTESTA ASTURIANA

Más de 100.000 personas se manifestaron en Oviedo

Calles vacías, pueblos adormecidos, silencio en la mina. Por no haber, no hubo ni misa. Hasta los sacerdotes se sumaron ayer a la jornada de huelga general con el lema Todos por Asturias. Los sindicalistas no tuvieron trabajo: nadie había abierto. El Principado paró de cabo a rabo. Ni un sólo vestigio de que ayer hubiera sido miércoles al norte de] puerto de ajares, al menos hasta la tarde, cuando en Oviedo más de 100.000 personas pidieron en a calle la reindustrialización de Asturias.

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La mañana se despertó con nubes que dejaron paso a un día de sol y frío. A las 9.30, un centenar de militantes de Comisiones Obreras se manifestaba por el centro de la capital. "Así, ni un paso atrás, huelga general", gritaban. Lo hacían por entretenimiento: el paro era total.Oviedo no se despertó de verdad hasta las cinco de la tarde, cuando unas 100.000 personas, según los organizadores (125.000, a juicio de la policía, y 200.000 según otras fuentes), se congregaron en manifestación. A la cabeza iban los dirigentes de los sindicatos convocantes, UGT y CC OO .Con los secretarios generales de ambos, Nicolás Redondo y Antonio Gutiérrez, las planas mayores de las organizaciones, llegadas de toda España.

También acudieron políticos como Julio Anguita (IU) y Antoni Fernández Teixidó (CDS) . Ausentes estuvieron los responsables del PSOE, aunque destacaba la asistencia del miembro de la ejecutiva socialista y secretario del sindicato minero de UGT José Ángel Fernández Villa. El PSOE y el PP eran contrarios a la huelga general. La marcha terminó con todos los manifestantes entonando Asturias patria querida, Fernández Villa se marchó una vez concluida la protesta escoltado por una guardia pretoriana.

Entre los manifestantes, al menos dos de la veintena de mineras de Hunosa, María Luisa Rivero y Pilar García. " Ye como un día normal de huelga, pero hasta la gente que no lo ha hecho nunca hoy lo ha hecho porque ve no hay salida y tenemos que unirnos todos", afirmaba Pilar.

Transportes parados

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Y Asturias seguía parada. La flota pesquera permaneció amarrada; las comarcas mineras estaban en silencio: ni el chirrido metálico de las jaulas ni el golpeteo seco de las vagonetas de hulla; en las áreas industriales se elevaba apenas el humo de algunas chimeneas que delataban la actividad de los servicios mínimos de mantenimiento; los centros educativos y establecimientos comerciales permanecieron cerrados, en su mayor parte con carteles alusivos a las razones del paro; algunas emisoras de radio interrumpieron sus programas informativos para emitir el himno regional como testimonio de adhesión a la huelga; el tráfico, muy escaso, se limitó a vehículos particulares y no transitaron camiones, vehículos industriales ni autobuses, salvo 200 autocares que desde distintos puntos de la región partieron hacia Oviedo a primera hora de la tarde con manifestantes. Los taxis tampoco operaron, salvo para urgencias en los hospitales.

En Langreo, el pozo María Luisa fue una sombra de otros días. Las linternas estaban colgadas en el vestuario. De los 546 mineros del primer relevo sólo trabajaron 16, incluidos un bombero, un ingeniero y varios vigilantes. Era la plantilla mínima para velar por la seguridad.

Los efectos de la huelgona comenzaron a notarse ya en la madrugada del miércoles. Aunque en Oviedo algunos bares seguían abiertos después de las 12 de la noche, lugares como Mieres y Langreo aparecían desiertos.

No hubo misa en las iglesias. Tampoco fútbol: el partido del Sporting de Gijón con el Steaua de Bucarest se ha retrasado a hoy. En los hoteles se servían comidas casi clandestinas.

Las grandes superficies comerciales cerraron por propia iniciativa y los piquetes no llegaron a actuar en ellas, a diferencia de lo ocurrido en diversas ciudades españolas durante la huelga general del 14 de diciembre de 1988. No funcionaron los ferrocarriles. Los trenes con destino a Asturias no pasaron de León. Sólo abrieron las cafeterías de varios hospitales y la del aeropuerto de Asturias, donde sólo se suspendieron dos de los cinco vuelos programados entre Asturias y varias ciudades españolas. Ayer no salió a la calle ninguno de los cinco -periódicos asturianos y la prensa nacional no llegó a Asturias.

Despliegue policial

La vigilancia policial fue discreta. El Ministerio del Interior desplazó a dos unidades de intervención (antidisturbios) del Cuerpo Nacional de Policía -115 agentes- y de la Guardia Civil -40- a Asturias. Estos refuerzos se unieron a una plantilla de las Fuerzas de Seguridad en la región que suma unos 2.500 agentes. Al margen de los efectivos desplegados" para reprimir posibles brotes de violencia, los servicios de información peinaron la zona en búsqueda de datos para conocer con antelación las intenciones de los huelguistas para prevenir posibles incidentes.

Vehículos policiales mantuvieron protegidas la sede social de Hunosa, las de los sindicatos y los centros oficiales. En las cuencas mineras patrullas de la Guardia Civil recorrieron desde la media noche las vías de comunicación y las principales poblaciones, que a lo largo de la madrugada y toda la jornada de ayer mantuvieron una calma absoluta. Lo mismo ocurrió en ciudades de gran tradición industrial como Gijón y Avilés.

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