Solchaga mantiene la promesa electoral socialista de crear 1,2 millones de empleos en esta legislatura
Como todos los años por estas fechas, el ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, acudió ayer a la sede del PSOE para explicar a la comisión ejecutiva del partido los Presupuestos del Estado para 1992. Tras este encuentro, el ministro aseguró que nunca había tenido queja del apoyo prestado por el PSOE a su política económica. También aseguró que el Gobierno mantenía la promesa electoral socialista sobre la creación de 1,2 millones de empleos en esta legislatura. Tras conocerse esta renovada promesa electoral, las fuerzas políticas y sociales mostraron su incredulidad.
En otra comparecencia en la sede del PSOE en los días anteriores a las elecciones generales de octubre de 1989 el ministro de Economía y Hacienda lanzó la promesa de creación de 1,2 millones de empleos hasta 1993. Desde septiembre del año 1989 hasta junio de 1991 se han creado 196.000 nuevos empleos, según los datos de la En cuesta de Población Activa. Así pues, le quedarían al Gobierno algo más de un millón de pues tos de trabajo a obtener en dos años y medio para cumplir su segundo compromiso electoral, tras los famosos y fallidos 800.000 empleos de 1982."Sigo siendo optimista respecto de la creación de empleo", afirmó, y basó sus im presiones en la creencia de que tras dos años de desaceleración económica, en 1993 habrá un "crecimiento mayor". No obs tante, matizó que ello "depen derá también de la evolución de los salarios ya que, si crecen mucho, los empresarios reducirán plantillas para salvaguardar los beneficios". Esta advertencia, habitual en su discurso, fue efectuada ayer por Solchaga tras una reunión de cerca de tres horas con la ejecutiva socialista.
Incredulidad
Tras conocerse la renovada promesa electoral socialista, las fuerzas sociales consultadas reaccionaron con incredulidad. El secretario de Comunicación de UGT, Miguel Ángel Ordóñez, señaló que "si este objetivo se cumpliera sería una buena noticia, pero estamos acostumbrados a que las previsiones del Gobierno en materias como la inflación o el empleo nunca se hagan realidad". La creación de 1,2 millones de empleos parece, según UGT, un objetivo poco alcanzable si se tiene en cuenta la desaceleración de este año. Lo que está claro, según Ordóñez, es que "España no rentabiliza en empleo el crecimiento económico que registra".
Por su parte, Ángel Campo, secretario de Comunicación de CC OO, señaló que la promesa del Gobierno "no tiene fundarriento". En su opinión, la tendencia es que disminuya la creación de empleo, según se ha demostrado a lo largo de este año. Según CC OO, es difícil que se cree empleo "sín que exista una política industrial y sectorial".
En opinión de Luis Gámir, responsable de Economía del Partido Popular, "no es posible que se creen tantos empleos en los próximos dos años y no es serio" lo afirmado por Solchaga "ya que estamos en los niveles de paro de l982". El problema, según Gámir es que el Gobierno está intentando crear una "euforia artificial para 1992". Con el Presupuesto expansivo y los tipos de interés a la baja "se está intentando crear una burbuja de crecimien to que fomentará el empleo pero también disparará la inflacion y hará necesarias prontas medidas de ajuste".
Izquierda Unida, según el diputado Ricardo Peralta, opina que "para crear 1,2 millones de puestos de trabajo, el PSOE necesitaría prorrogar la legislatura durante doce años por lo menos". Con la actual política "lo que se está consiguiendo es ralentizar el crecimiento y la creación de empleo". El objetivo de la reunión ce lebrada ayer en la sede socialista de Madrid era explicar al aparato del PSOE -sin la presencia del presidente del Gobierno Felipe González, y sin el vicesecretarío del partido, Alfonso Guerra- los Presupuestos del Estado para 1992. A juzgar por las declaraciones del ministro y de Francisco Fernández Marugán, responsable de Asuntos Económicos del PSOE, la reunión fue "sincera, arnable, positiva y constructiva", según este último.
Solchaga, por su parte, rechazó que "nunca he tenido queja sobre el apoyo que, como ministro, he tenido desde el PSOE". Otra cosa, puntualizó, lles que el militante socialista Carlos Solchaga coincida o no en unas cosas o en otras". En concreto, ayer el ministro obtuvo el beneplácito del partido para un presupuesto que "es muy austero donde puede serlo, reconoce los gastos sociales comprometidos y es de saneamiento para evitar modificaciones posteriores", según explicó.
También obtuvo apoyo, a juzgar por las declaraciones públicas, a su análisis sobre la situación económica. Según dijo, los países que valen como referencia para España se enfrentan con un retroceso económico lo que se va a traducir en un mayor déficit fiscal. En España también vivimos en una etapa de desaceleración económica, lo que no impedirá hacer el "esfuerzo" de mantener el déficit público sin aumentar los impuestos y sin recortar el gasto", según el ministro. El objetivo de déficit público cero quedaría para después de 1993.
En la inflación, España también se ha acercado a los demás países porque éstos han empeorado y aquí "los precios están bajando suavemente desde hace dos años". Se ha "mejorado bastante, pero no debemos conformarnos si queremos que nuestro país sea más competitivo", puntualizó. Desde este punto de vista, las medidas liberalizadoras anunciadas el pasado jueves "son neutrales".
Sin dramatismo
Solchaga quitó así "dramatismo" tanto a una reducción drástica e inmediata del déficit público, como a una lucha tajante contra la inflación o el déficit exterior. No obstante, dijo que la política económica no había cambiado y que "si existen discrepancias y éstas se plantean con cierta dureza es positivo porque significa que somos más exigentes". En referencia expresa a si su política se había acercado a las propuestas del presidente de Banesto, Marío Conde, afirmó que "si la política de ayer no coincidía con el señor Conde y la de hoy si, pues que se lo vayan a preguntar a él a otro barrio".
Respecto de la financiación autonómica el ministro señaló que era importante "hacer un esfuerzo para llegar a un acuerdo antes de l992". No desveló su posición sobre la cesión del IRPF a las comunidades autónomas porque "ímporta poco lo que yo piense". El Gobierno, añadió, "tendrá que tomar una posición".
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