El ritual de cada año
EL PAÍS, Las referencias a la situación política y social de Cataluña son habituales en los escritos de las diócesis de Tarragona, Solsona y Vic en vísperas del 11 de septiembre, Diada Nacional de Cataluña.
El 10 de septiembre de 1989, las hojas parroquiales que hoy son centro de polémica publicaban un editorial conjunto bajo el título La nostra Diada nacional en el que se decía: "[Cataluña está] muy lejos de haber conseguido con el actual Estatuto [de autonomía] aquel mínimo decoroso de libertades y de recursos que le permitan autogobernarse, según su legítimo deseo y de acuerdo con su milenaria historia". El texto recordaba las limitaciones que la legislación actual impone al calendario festivo tradicional catalán. "No somos ni libres para determinar ni las fiestas que queremos celebrar", porque ello está supeditado "al tradicional centralismo hispánico". "Por un lado", seguía, "nos imponen fiestas que para nosotros no significan nada, (...) y por otro, no nos dejan decidir libremente sobre nuestro calendario".
"No nos contentamos", añadía el texto, "con mendrugos, sean de fiestas, sean de competencias, sean de recursos económicos". "Somos una nación", concluía, "con todos nuestros derechos y todos nuestros deberes".
El 9 de septiembre de 1990, las mismas hojas parroquiales centraban su editorial en los millones de inmigrantes que viven y trabajan en Cataluña. En aquella ocasión les instaban "a convertirse" a la catalanidad, tomando conciencia de la voluntad de ser de Cataluña y "en agradecimiento, al menos, al gesto de haberlos acogido en casa". Los redactores recordaban una frase de san Pedro según la cual los cristianos no sólo deben dar razón de su fe, y añadían que también deben dar razón de su catalanidad.
"Existe un sofisma que puede engañarnos", decía el texto, "el creer que hoy es anacrónico y retrógado invocar a las pequeñas patrias". El editorial pedía a la Iglesia catalana que revisara sus estructuras para convertirse "en más catalana, más católica, teniendo en cuenta sus raíces milenarias en Cataluña".
Pese a que en los últimos años los redactores de la hoja han aprovechado la proximidad de la Diada del Onze de Setembre para expresar sus puntos de vista sobre la situación de Cataluña, hay que recordar que en 1987 se mostraron partidarios de que la fiesta nacional de Cataluña se trasladara del 11 de septiembre -fecha que conmemora la derrota de las tropas catalanas en 1714 frente a las de Felipe V, que habían puesto cerco a la ciudad de Barcelona en las postrimerías de la Guerra de Sucesión- al 23 de abril, festividad religiosa de Sant Jordi, patrón de Cataluña.
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