Los científicos del Genoma Humano piden que sus investigaciones no se utilicen para discriminar a las personas
MARY KNUDSON (LAT) Los científicos estadounidenses del proyecto internacional Genoma Humano han pedido garantías legales para evitar que sus resultados puedan utilizarse para discriminar a las personas, por ejemplo, a la hora de buscar un trabajo o de hacerse un seguro de vida. También están discutiendo los problemas éticos derivados del programa, acerca de los cuales quieren alertar a la opinión pública.
El subcomité científico encargado de supervisar el mapa del genoma humano ha aprobado por unanimidad una moción pidiendo una regulación federal que impida que los patronos puedan negarse a dar empleo a alguien en quien se detecte un alto riesgo de padecer una enfermedad genética. Han pedido para ello a la Comisión de Igualdad de Oportunidades en el Empleo que se modifique la legislación vigente, de modo que se limiten los exámenes médicos de control de las condiciones físicas y mentales a la hora de obtener un trabajo. "Es evidente el interés económico de los patronos por descubrir a los individuos con potenciales incapacidades", ha declarado Nancy Wexler, destacada genetista estadounidense y presidenta del grupo de trabajo sobre implicaciones éticas, legales y sociales del programa Genoma Humano.
Cientos de investigadores de todo el mundo están ya enviando información a un banco de datos de la Universidad John Hopkins de Baltimore (EE UU) para confeccionar el mapa de genoma humano, que pretende identificar todos los genes, aproximadamente 100.000, que determinan en las personas todas sus características, desde el color del pelo o el peso hasta el riesgo de padecer enfermedades genéticas e incluso los rasgos de la personalidad. El mapa, que no se completará hasta dentro de 15 o 20 años, permitirá a los médicos obtener una especie de fotografía instantánea del material genético de un individuo mediante un simple análisis de sangre. Esta información, en manos del médico, supondrá la detección precoz, prevención y tratamiento de las enfermedades.
Pero los mismos científicos que defienden el carácter de revolución médica de esta investigación temen que los datos se utilicen con otros Fines. Las compañías de seguros, por ejemplo, o los patronos podrían rechazar a personas con enfermedades caras, es decir, dolencias de largo o costoso tratamiento. "¿Podría etiquetarse como potencialmente peligrosa a una persona cuyo material genético parece que le predispone a la violencia, antes incluso de que sea un adulto?", se pregunta Victor A. Mckusick, del hospital John Hopkins.
El premio Nobel James Watson, codescubridor de la estructura del ADN y director del proyecto Genoma Humano, prometió dedicar un 3% del presupuesto del mismo, unos 300.000 millones de pesetas, al estudio del impacto ético y social del programa.
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