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Malestar en el Gobierno y la oposición por el desarrollo de los cursos de Moscú

El desarrollo del curso sobre la transición española celebrado en Moscú en coincidencia con la visita oficial del presidente del Gobierno, Felipe González, a la Unión Soviética ha causado un hondo malestar en medios gubernamentales en la medida en que "haya podido empañar la importancia de la visita de Estado". Por su parte, el portavoz del Grupo Popular, Rodrigo Rato, lamentó ayer "el fracaso del seminario sobre la transición, ya que es una etapa de España de la que sólo se debe sentir orgullo".

Estos medios gubernamentales, que coinciden con portavoces del Ministerio de Asuntos Exteriores, afirman que "el caos organizativo" ha sido la constante de ese seminario si bien achacan la principal responsabilidad a la parte soviética que, a su juicio, es una muestra de la "difícil situación" de ese país.Interlocutores pertenecientes al área gubernamental que regresaron anteayer, al igual que Felipe González, afirman que dicho curso, a la vista de los resultados, no debía haberse celebrado o al menos no tenía que haber coincidido con la visita oficial del presidente. El viaje oficial había sido minuciosamente cuidado en todos sus detalles tanto desde la presidencia como desde Exteriores.

Estos interlocutores no ocultan su irritación al haber comprobado que algunos días la jornada del presidente se ha visto empañada desde la perspectiva de la información con "anécdotas" del curso sobre la transición. No obstante, reconocen que el propio Felipe González, quien aceptó participar también en el curso, corrió el riesgo de que sus palabras en el seminario sobresalieran en detrimento de las actividades oficiales.

Desde el partido se pretende quitar hierro a la escasa brillantez del seminario, pero manifiestan que la organización "dependía de la Universidad Complutense". También la elección de los ponentes ha sido objeto de polémica entre los partidos políticos al considerar que no estaban todos los artífices de la transición.

Lo cierto es que asistentes al seminario comprobaron inmediatamente la escasa organización en virtud de pequeños detalles, si bien la verdadera conmoción la causó la escasa presencia de asistentes cuando se había manifestado previamente que "cientos de personas" se habían inscrito. A este respecto, el Ministerio de Relaciones con las Cortes ha salido al paso de las informaciones en torno al titular de ese departamento, Virgilio Zapatero, a quien se le atribuía una indisposición al comprobar que la sala donde iba a pronunciar una lección estaba prácticamente vacía. Portavoces de la Moncloa aseguran que Zapatero, hasta ayer todavía guardando reposo, realmente enfermó y fue el propio médico del presidente del Gobiemo quien le instó a que regresara en el avión presidencial a España, después de comprobar que estaba sufriendo hemorragias internas.

Por su parte, el vicesecretarío general del PSOE, Alfonso Guerra se mostró "muy satisfecho" por el desarrollo del seminario, informa Efe. "Nunca me he quejado de la falta de asistencia que, por cierto, fue la idónea, entre 30 y 80 personas", afirmó ayer.

El Instituto de Cultura y Ciencia Soviéticas ha iniciado gestiones para la devolución del dinero pagado por algunos de los participantes en los cursos de verano en Moscú, según un comunicado emitido ayer por los organizadores españoles. Los cursos han sido presentados, en un anuncio al público soviético, como un acontecimiento dirigido a los "teóricos del negocio, empresarios, banqueros, managers y toda, toda la gente emprendedora" en vísperas de la cumbre de los siete países más industrializados que se celebrará la semana próxima en Londres. El anuncio agregaba también que los cursos ofrecian la posibilidad de "hacer negocios mutuamente ventajosos".

Matrícula de 3.000 rublos

El reclamo indicaba que el precio de los cursos era de 3.000 rublos (unos 5.000 dólares al cambio oficial), para quienes vivieran fuera de Moscú y de 1.000 rublos (para los moscovitas) o 6.000 y 2.000 rublos, según los cursos fueran de una o dos semanas. El texto explicaba a los potenciales matriculados que las conferencias recibirían publicidad "no sólo en la televisión, la radio y la prensa de España, sino en los medios de comunicación de los países de los Siete".La parte española aclara que la matrícula a los ciclos de conferencias "era gratuita" y que "al conocer el precio abusivo aplicado unilateralmente por la parte soviética, se ha presentado una protesta y se han emprendido gestiones para la devolución del dinero pagado por algunos de los asistentes". El número de personas que han pagado se eleva a 38, según manifestó ayer Justo Villafañe, director del Instituto.

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