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Con las peonadas a cuestas

Padul, una localidad granadina marcada por el fraude en el Plan de Empleo Rural

En Navalvillar de Ibor, en plena comarca cacerefia de Villuercas, la mayoría de los vecinos -son 640 habitantes- temieron hace dos años que su medio de vida, el cuidado de las cabras, se acabase con el coto de caza ele 2.300 hectáreas que había pertenecido a un marqués y que la Junta excpropió con polémica incluida. El asunto está pendiente de un fallo judicial, aunque ellos continúan acudiendo al monte con sus animales. También están a la espera de los tribunales alrededor de 300 jornaleros de la localidad granadina de Padul, acusados del fraude de la peonadas. Son dos puebos de España que tratan de sobrevivir. El primero, catalogado por Bruselas como bolsa de pobreza.

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En Padul, pueblo granadino situado a 15 kilómetros de la capital, donde más de 300 subsidiados agrícolas, de los más de 6.000 habitantes, pueden ser procesados por el juez a cuenta del fraude de las peonadas, las mujeres siguen acudiendo al ayuntamiento cuando los jornales no llegan a los 60 requeridos para cobrar la subvención por desempleo, aunque ya nadie echa firmas de favor y el ruego no sirve. Pero van por si acaso. Aquello supuso un escándalo que trascendió bastante y sin embargo ninguno de los dos partidos mayoritarios, IU y PSOE, está dispuesto a comentar el caso en la campaña. "No creo que haya alguien tan insensato para utilizar el tema electo ralmente ", dice Fernando Muñoz Pérez, alcalde y candidato por IU.Pero si lo del campo supuso un mal trago con el campus la cosa no ha ido mejor. Padul tenía la esperanza de que la Universidad de Granada instalara en el término municipal la facultad de Ciencia de la Salud y construyera un hospital. Las autoridades municipales ofrecieron tres millones de metros cuadrados a la universidad y antes convencieron a sus propietarios de la conveniencia de vender porque con el campus se acabaría de una vez el paro.

Se trataba de olvidar las sementeras y las fatigosas y tan poco compensatorias faenas agrícolas y que Padul convirtiera gran parte de sus tierras cle cultivos en oficinas, bares, hoteles y bloques de ecIficios de alquiler, pero la Universidad discriminó a Padul y eligió a Armilla.

Mientras tanto, en el ayuntamiento los braceros, sobre todo mujeres, siguen yendo cuando las peonadas son insuficientes. Juan Manuel Pérez, teniente de alcalde, las recibe una a una, pero no les puede mejorar la expectativa. En los casos peores manda a la mujer y a la familia a la "vivienda asistida", que es el pudoroso nombre que recibe el comedor de caridad.

"Cuando estalló el escándalo del subsidio, como lo llaman los que quieren escandalizarse, si hubieran convocado elecciones, habría influido sobre la gente sencilla. Hoy la gente está convencida de que el culpable no soy yo. Fue lamentable que la situación de Padul se pretendiera disimular cortando en seco el chollo de las firmas, un chollo que no sólo era para los parados sino también para los políticos que se aprovecharon de su poder", dice el alcalde. "Yo, cuando vienen a por firmas al ayuntamiento, al menos les digo la verdad. En realidad falla el sistema y hay que sustituirlo", prosigue.

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Antonio Nievas, candidato del PSOE, cree que en lo de las falsas peonadas no hay culpables y piensa que el pueblo por tanto no tendrá razón para abstenerse.

De los beneficiarlos del subsidio, un 60% o más son mujeres muchas de ellas, por la edad, incapacitadas para trabajos que requieren mucha fortaleza. Sin embargo, los fondos que el Ayuntamiento de Padul recibe con cargo al Plan de Empleo Rural para fomentar el empleo se destinan a trabajos de construcción y ¿cómo emplear de albañil a una mujer con más de 55 años? Los trabajos menos pesados, como la limpieza de jardines o el blanqueo de edifícios, han sido suprimidos pues tras ellos se amparaba buena parte del fraude. La única solución es acudir a las campañas de temporada o pensar que aún es posible que venga la universidad y que el campo se abone por vez definitiva con asfalto, casas y abundancía.

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