La 'joya' de la República

El pabellón diseñado por Luis Lacasa y Josep Lluís Sert para albergar la representación de la República Española en la Exposición Universal de 1937, celebrada en París, será levantado de nuevo en Barcelona siguiendo el proyecto elaborado por un equipo de arquitectos e historiadores encabezado por Juan Miguel Hernández de León. Este proyecto, cuyo desarrollo se iniciará en las próximas semanas, prevé la construcción de un edificio idéntico al original, salvando los problemas derivados del carácter efímero de aquél con la utilización de materiales más sólidos, la ampliación de las dependencias subterráneas de servicios y la instalación de un moderno sistema de climatización.

Con su presencia en París, la España republicana quiso mostrar al mundo, como señaló el entonces embajador, Luis Araquistain, que la guerra civil no le impedía encontrar "el tiempo y el estado de ánimo" necesario para presentarse a una manifestación de "la cultura y del trabajo"; actitud que el mismo representante diplomático opuso a la de "la minoría facciosa en armas, que sólo tiene tiempo y capacidad para destruir la vida y los valores humanos".España "construyó uno de los pabellones más interesantes de todo el conjunto de la exposición, una edificación pequeña (...), una joya de la arquitectura racionalista", como subraya la historiadora Josefina Alix en el catálogo de la exposición sobre el pabellón español realizada en 1987 en Madrid. Una joya enriquecida, además, con obras de los más importantes artistas de la vanguardia internacional de la época: Picasso, Miró, Julio González o Alexander Calder, entre otros.

Área olímpica

Esta joya de la República será levantada de nuevo en el área olímpica del Vall d'Hebron, en Barcelona, de acuerdo con un proyecto cuya elaboración ha exigido una detallada investigación técnica y documental."El proyecto original, si lo hubo", precisa el arquitecto Hernández de León, "se ha perdido". Este proyecto, si se hubiera contado con él, habría sido una ayuda insuficiente, en cualquier caso, para reconstruir el pabellón. "Tendría las características de los proyectos que se hacían entonces, cuando se introducían modificaciones sobre la marcha y se trabajaba contra reloj", señala el arquitecto.

El pabellón de Lacasa y Sert podrá ser reconstruido gracias a la documentación que se conserva en el Archivo Histórico Nacional, sección guerra civil, con sede en Salamanca, y en el Archivo Histórico de París. El proyecto elaborado por Hernández de León -en colaboración con los arquitectos Miquel Espinet y Toni Ubach, y la ya citada historiadora del arte Josefina Alixes fruto del análisis de decenas de fotografías y planos de trabajo, y de un importante fondo documental que, entre otros asuntos concernientes a la obra, detalla el proceso de construcción e incluye numerosas facturas, certificaciones y liquidaciones de obra.

Se realizó, con todo ello, "un proyecto de restitución filológica. En otras palabras, un proyecto que refleja al pie de la letra lo que fue el pabellón", señala el arquitecto. Y partir de ahí se elaboró el llamado proyecto ejecutivo, para el que el Ayuntamiento de Barcelona, promotor de la iniciativa, dio una sola indicación: el edificio no puede ser sólo un ornamento o una evocación de la República, sino que debe ser utilizable. En este sentido, y aunque la decisión se encuentra todavía en estudio, se prevé destinar el edificio a usos culturales -previsiblemente, sala de exposiciones o biblioteca-.

El fibrocemento o el cartón prensado, utilizados en la obra original, han sido sustituidos en el nuevo proyecto por materiales equivalentes, más sólidos. La estructura metálica será idéntica a la original, igual que los pavimentos o los colores predominantes: el blanco, el gris y el rojo.

Planta baja y dos pisos

El inmueble constará de planta baja y dos pisos, un patio y un subterráneo. Esta última estancia será mucho más generosa en superficie que la original y, además de un almacén, albergará la sala de máquinas. El edificio estará dotado de un nuevo sistema de climatización, ya que el Ideado en su día por Lacasa y Sert resultaría ahora insuficiente, tanto por el carácter permanente del edificio como por su localización en Barcelona.El vestíbulo dará acceso al patio posterior -que albergará un bar y un pequeño auditorio- y a una escalera que conducirá directamente al segundo piso. Otra escalera descenderá hasta la primera planta -que, como la anterior, tendrá una superficie de unos 330 metros cuadrados-, desde la que se saldrá al exterior. Se respetará así el sistema de circulación que permitió en su día a los visitantes acceder sin apreturas al modesto pero rico pabellón español. "Pocas veces se han aunado de manera tan perfecta", asegura Alix, "la arquitectura, las artes plásticas y populares, la fotografía, el cine, las publicaciones, el diseño publicitario, en un conjunto tan armónico y contando con escasísimos recursos tanto materiales como humanos".