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Semprún deja pendiente la colección del Reina Sofía, la reforma del cine y la ley del mecenazgo

Jorge Semprún abandona el Ministerio de Cultura con tres asignaturas pendientes: el debate sobre las características de la colección del Centro de Arte Reina Sofía, la reforma de las subvenciones al cine y la ley del mecenazgo. Desde su puesto en el Consejo de Ministros, Semprún ha desarrollado su actividad en dos frentes: la gestión de las competencias de su departamento, condicionada por un presupuesto que consideraba insuficiente, y la labor política, que ha ejercido de una forma atípica y casi siempre polémica. Ayer acudió al Reina Sofía con el nuevo ministro, Jordi Solé Tura, a inaugurar una exposición.

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El giro copernicano que Semprún ha dado a las relaciones entre su Ministerio y las Administraciones autonómicas ha dado importantes frutos, sobre todo en Cataluña, con cuyo consejero de Cultura, Joan Guitart, firmó un acuerdo de colaboración con notable contenido económico y sobre todo político. Un documento similar se negociaba en estos momentos con Andalucía.Pero más allá de estos acuerdos, el equipo de Semprún ha dinamizado el funcionamiento del Consejo del Patrimonio y ha modificado la distribución territorial de las inversiones del Ministerio de Cultura, que, pese a todo, tienen en Madrid su principal beneficiario.

El ajuste presupuestario derivado de la crisis del Golfo ha limitado el crecimiento de los recursos del Ministerio, lo que, a su vez, ha obligado a aplazar, en unos casos, y a ralentizar en otros, importantes proyectos, entre los que destaca el plan de seguridad de los museos.

Si se exceptúa la reforma del llamado decreto Miró, aún no concluida, Semprún no ha promovido iniciativas legislativas o normativas de importancia. La llamada ley del mecenazgo ni siquiera ha sido debatida por el Consejo de Ministros, aunque, según altos cargos de la Administración, el acuerdo entre los ministerios de Cultura y de Economía y Hacienda ya se ha traducido en un proyecto acabado de inminente tramitación. Pero los objetivos de esta iniciativa contrastan con los del proyecto de ley del Impuesto sobre el Patrimonio.

De otro acuerdo interministerial -esta vez entre Cultura, Educación y Asuntos Exteriores- deriva el proyecto de ley de creación del Instituto Cervantes -órgano de difusión del castellano en el mundo-, cuya discusión parlamentaria ha provocado una leve polémica al rechazar los socialistas que la nueva institución se ocupe también del gallego, el vascuence y el catalán.

En algunos temas puntuales, la gestión del equipo encabezado por Semprún sí ha logrado sus propósitos, como en el caso de la negociación con Cataluña sobre el reparto del legado Dalí, y en otros, como la ampliación del Prado o la definición del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, ha avanzado, aunque sin lograr soluciones definitivas.

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