Los italianos Ferreri y Bellochio ganan entre abucheos los primeros premios
Victoria Abril obtiene el Oso de Plata a la mejor actriz por la película 'Amantes'
ÁNGEL FERNÁNDEZ-SANTOS ENVIADO ESPECIAL, Se mascaba ayer por la mañana el escándalo en los pasillos del Kongresshalle, donde la prensa ha sido aislada en esta edición de la Berlinale: Golpe de mano de los italianos. Presentaban cinco películas a concurso, caso insólito, y se llevaron los dos primeros premios y el destinado a la mejor dirección: Oso de Oro a La casa de la sonrisa, de Marco Ferreri, que provocó los primeros abucheos; Premio Especial del Jurado a La condena, de Marco Bellochio, en el que a los abucheos se añadieron risotadas de burla, y Ricky Tognazzi, mejor director por Ultra, que oyó silbidos. Hubo silencios y aplausos para Victoria Abril, premiada como mejor actriz.
Lo que resta del reparto de galardones es el que sigue: la rusa Satanás comparte con La condena de Marco Bellochio el Premio Especial del Jurado; el director estadounidense Jonathan Demme, por su trabajo en El silencio de los corderos, comparte el premio a la mejor dirección; el actor británico de origen nigeriano Maynard Eziashi se lleva el Oso de Plata a la mejor interpretación masculina por su actuación en Mr. Johnson, la película de Bruce Beresford ambientada durante los años veinte en una antigua colonia del África británica.Finalmente, el jurado internacional inventó dos premios, lo que es interpretado por muchos periodistas acreditados como un indicio de cambalache destinado a dar gusto a todos: un Oso de Plata al norteamericano Kevin Costner por ser al mismo tiempo productor, director e intérprete de Bailando con lobos, y tres sorprendentes, por desacostumbradas, menciones especiales: a la película francesa El pequeño criminal, al filme iraní Mordedura de serpiente y al chino El eunuco.
Jurado
El jurado internacional estuvo presidido por el cineasta alemán Volker Schlöndorff y compuesto por la directora belga Chantal Akerman, la realizadora estadounidense Laurie Anderson, el director español José Luis Borau, la actriz francesa Judith Godreche, el guionista ruso Yuri Klepikov, la actriz alemana Renate Krössner, el director italiano Gillo Pontecorvo, el productor británico Simon Relph, la productora sueca Catharina Stackelberg y el director rumano Mircea Veroiu.
Sin refrendo
Contra lo que resulta habitual, ningún miembro del jurado del certamen, con excepción de su presidente, acudió a la sala de prensa para refrendar con su presencia la lectura de la lista de premios.
Esto es interpretado aquí como una manera un poco torpe de escurrir el bulto por su parte y una expresión indirecta de posibles disensiones dentro del grupo, puesto que, si eludían el enfrentamiento con la prensa, es presumible que fuera a causa de que ésta no iba a ser indulgente con ellos e indagaría si se han visto obligados a llegar a arreglos y transacciones, tal como ocurrió, entre otros casos, hace cuatro años en el Festival de Cannes y el pasado septiembre en el Festival de San Sebastián.
Existen muchos precedentes de presiones y manipulaciones a los jurados en este tipo de festivales, donde entran en juego enormes intereses económicos y no menos intereses de imagen política.
En cualquier caso, esta edición del Festival Internacional de Cine de Berlín, tal vez la peor celebrada en muchos años, se clausuró anoche en la sesión de gala celebrada en el Zoo Palast berlinés -donde se proyectó el nuevo filme del cineasta italiano Ettore Scola El viaje del capitán Fracassa- bajo el signo de la sospecha, inevitable a tenor de la, inimaginable hasta que fue leída, lista de premios.
Que esta sospecha esté fundada o no lo esté es cosa que -al igual que ocurrió en los casos antes citados y en otros- se irá averiguando poco a poco, a medida que las filtraciones personales de los componentes del jurado acaben, como siempre, produciéndose.
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