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UNA NUEVA EUROPA

Italia y la URSS firman un acuerdo de no agresión

ENVIADO ESPECIALEl presidente soviético, Mijaíl Gorbachov, firmó ayer en Roma un tratado de amistad italo-soviético, recibió nuevas pruebas del apoyo italiano a su política, entre ellas créditos por casi 6.000 millones de dólares, y se entrevistó con el papa Juan Pablo II. La URSS e Italia rubricaron también ayer, en el marco del tratado bilateral, un pacto de no agresión similar al concluido en Bonn hace 10 días. Éste tendrá una vigencia de 20 años y compromete a ambos Estados a no prestar ayuda militar a ningún país en un hipotético conflicto armado con cualquiera de los firmantes.

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El pacto de no agresión firmado por Mijaíl Gorbachov y el primer ministro italiano, Giulio Andreotti, deja prácticamente sin contenido los antiguos compromisos de alianzas militares de ambos Estados. Establece una línea telefónica directa entre Roma y Moscú y pone especial énfasis en el intercambio de información militar, incluyendo la manera de convertir las industrias militares en industrias para usos pacíficos.Coincidiendo con la firma del tratado de no agresión, la URSS anunció ayer la próxima disolución del Pacto de Varsovia.

La cumbre de la Conferencia de Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE) que comienza hoy en París supone "la superación de los bloques militares", manifestó Gorbachov en el palacio del Quirinal poco antes de concluir su breve visita a Roma. "En esta era del todo nueva somos socios en la construcción de Europa", señaló.

El primer ministro italiano, Giulio Andreotti, calificó de "hito histórico" el tratado bilateral, habló de los "nuevos vínculos de cooperación política y económica en Europa" y expresó la firme voluntad de Italia de progreso en grandes proyectos de infraestructura paneuropea "en esta nueva realidad sociopolítica", en esta nueva Europa".

Gorbachov mantuvo una larga entrevista con el jefe del Estado italiano, Francesco Cossiga, y con el primer ministro Glulio Andreotti mientras se celebraban sendas entrevistas entre los ministros de Asuntos Exteriores y de Defensa de ambos países.

Con el Papa, Gorbachov estudió tanto la nueva libertad religiosa instaurada por las reformas en la URSS como el viaje del Juan Pablo II a este país, el primero de un pontífice a la Unión Soviética. Fuentes vaticanas calificaron de extremadamente cordial el encuentro, pero descartaron la posibilidad de que el viaje papal a la Unión Soviética pueda realizarse antes de 1992.

Estas fuentes aseguran que ahora es la Santa Sede la que retrasa la fecha del viaje hasta tener una clara valoración de la situación de los católicos en toda la URSS y no sólo en las grandes ciudades. Problemáticas cuestiones como las demandas de la Iglesia ucraniana, dependiente de Roma, tanto en igualdad de derechos con la ortodoxa como en lo que respecta a la devolución de su patrimonio, confiscado en el pasado, siguen pendientes de solución. Juan Pablo II dio especiales muestras de cordialidad hacia Gorbachov, saliendo a su encuentro en el Vaticano antes de la entrevista entre ambos, que se prolongó durante 45 minutos.

En su visita a la capital italiana, de poco más de ocho horas, Gorbachov recibió en Roma el premio Fiuggi, de la fundación de igual nombre, dotado con cerca de seis millones de dólares, por su política a favor de la paz.

[Momentos de tensión se vivieron ayer en las inmediaciones del Quirinal cuando Giuseppe Hrisata, un anciano ex combatiente de la II Guerra Mundial, lanzó octavillas al paso de la comitiva de Gorbachov en protesta por la concesión del premio Fiuggi y requiriendo la restitución de los restos de los soldados italianos muertos en Rusia, informa Efe].

A última hora de la tarde, Gorbachov emprendió viaje a París, donde hoy participará en la apertura de la cumbre de la Conferencia de Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE).

Gorbachov llegó a Roma acompañado de los ministros de Asuntos Exteriores, Edvard Shevardnadze, y de Defensa, Dimitri Yasov, que manana estarán asimismo presentes en la firma en París del acuerdo para la reducción de armas convencionales en Europa logrado en las negociacionesde Viena.

Yasov anunció en Roma la disolución del Pacto de Varsovia, hecho que ya nadie cuestionaba, pero que la dirección soviética no había aceptado explícitamente hasta ayer. "El Pacto de Varsovia va a dejar de existir", declaró Yazov, que aseguró que la URS S no se considera ya enfrentada a la OTAN, "sobre todo como organismo político".

Italia se convirtió ayer en el segundo Estado europeo, tras la República Federal de Alemania, en el apoyo financiero a la Unión Soviética. Con créditos a la exportación de cinco billones de liras y créditos directos de dos billones, el Gobierno italiano garantiza así apoyos financieros de hasta siete billones de liras, casi 6.000 millones de dólares a la URSS.

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