Colalucci estudia la recuperación de los murales de La Pedrera

Una comisión de expertos, en la que figura el restaurador italiano Gianluigi Colalucci, anunciará en el plazo de dos meses qué operaciones es preciso realizar para consolidar, primero, y restaurar, después, las pinturas murales que ornan los dos vestíbulos de La, Pedrera, edificio de Gaudí situado en la confluencia del paseo de Gràcia y la calle de Provença, en Barcelona.Junto con Colalucci -que dirige, entre otros trabajos, la recuperación de las pinturas de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina- forman parte de la comisión expertos vinculados a instituciones catalanas: Josep Maria Xarrié, responsable del Centro de Restauración de Sant Cugat, organismo dependiente de la Generalitat; el arqueólogo Eduard Porta, vinculado al Museo Arqueológico de Barcelona, que gestiona la Diputación; Joaquim Pradell, ex responsable del taller de restauración del Museo de Arte de Cataluña, y Enric Mira, jefe de obras e instalaciones de la Fundación Caja de Cataluña, entidad a la. que pertenece el edificio.

Infrarrojos y ultravioleta

Para elaborar su diagnóstico, los expertos examinarán las pruebas fotográficas realizadas con luz de mercurio y con rayos infrarrojos y ultravioleta, el resultado del análisis físico-químico de pequeños fragmentos de las pinturas y los datos obtenidos sobre el terreno durante la visita que realizaron al edificio el pasado sábado.Las pinturas se encuentran ubicadas, en su mayoría, en los dos vestíbulos de que dispone el edificio. El del paseo de Gràcia está decorado con pinturas -óleo sobre yeso- atribuidas a Iu Pascual, artista vinculado a la llamada Escuela de Olot, y el de la calle de Provença a Alexandre Clapés.

El conjunto pictórico -que en opinión del crítico de arte y asesor de la Fundación Caja de Cataluña constituye "una nota de color intensa en un edificio de gran carga formal- se completa con algunos dibujos de gusto novecentista situados en los patios interiores y realizados, al parecer, por Xavier Nogués.

Un primer análisis revela que entre el 60% y el 70% de las pinturas existentes en el edificio podrá ser recuperado. A la degradación del conjunto ha contribuido decisivamente su ubicación, ya que, como espacios abiertos y de paso, los dos vestíbulos sufren constantes cambios de clima -temperatura y humedad- y están expuestos a la contaminación ambiental. A ello se suma el hecho de que desde la inauguración del edificio, en 1912, las pinturas jamás hayan recibido ningún tratamiento de limpieza o restauración.

El proyecto de consolidar las pinturas forma parte del plan de recuperación integral del edificio, iniciado hace dos años, del que se ya han realizado las tres primeras fases: limpieza y restauración de la obra arquitectónica, iluminación de la fachada y recuperación de la llamada planta noble.