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Entrevista:

"Me obsesiona que España se vuelve europea"

Pregunta. ¿Cómo se ve a Europa desde América Latina?Respuesta. Una cosa es cómo se ve desde allí y otra cómo lo veo yo. Los europeos se creen que el centro del mundo es Europa. Los latinos sabemos que Europa sólo nos perdona aquello que hacemos a semejanza de Europa. Cualquier otra cosa que hagamos que no se parezca a Europa está. mal. España seguía aislada porque no participaba en operaciones europeas; ahora que mandó sus barquitos al golfo ya es Europa, ya ha pasado el examen. Hace 500 años envió tres barquitos en busca del camino de las Indias 3, cambió el mundo. Me obsesiona la idea de que España se vuelve europea. Es como si la madre de uno se va a dormir a otra casa. España debe mantener con Europa todos sus compromisos, pero esto no debe afectar a sus relaciones con América Latina. El pleito entre España y América Latina no es de ahora ni va a acabar nunca; son como las grandes broncas de familia. Lo más alarmante en las relaciones entre España y América Latina son las amenazas de represalias. económicas a Cuba por la crisis de las embajadas. Yo entiendo la tensión y espero que se arregle porque me parece ridículo. Lo más alarmante es el síntoma: cada vez que nos portemos mal, Europa nos castigará con represalias económicas, lo que ya hace Estados Unidos desde hace mucho tiempo. Mi amigo Luis Yáñez amenaza con retirar la ayuda de dos millones de dólares a Cuba por el problema de las embajadas 3, pide a la Comunidad Europea que siga el ejemplo. Eso sí es alarmante.

Eurocentrismo

P. ¿Cómo ve usted la evolución de los países del Este?

R. El eurocentrismo y egocentrismo de: Europa puede afectar también a los países del Este. Me gustaría saber cuál es la verdadera posición de Europa en lo que se refiere el Este. Los regímenes de esos países tenían que derrumbarse, y ha demorado demasiado, pero ¿qué pasará ahora? ¿Qué condiciones les pondrán? ¿Que adopten la fórmula triunfante en Europa? Ser solidarios con esos países es no dejar que salgan de una dependencia para caer en otra; es dejarles que encuentren su propia identidad. Durante mucho tiempo hemos pensado que eran países iguales, ahora vemos que en realidad son muy distintos. No sabemos cómo son, y ellos tampoco saben como son. No han logrado desarrollar una cultura política. Por ejemplo, el presidente de Checoslovaquia, Vaclav Havel, a quien admiro mucho, fue a México y. dijo: "Estados Unidos ha salvado dos veces en este siglo a Europa", y eso lo dijo en un país que tiene 3.000 kilómetros de frontera con Estados Unidos, al que EE UU le ha arrebatado la mitad de su territorio y que vive bajo la continua amenaza de su potente penetración cultural. Fue también Checoslovaquia quien invitó a Pinochet, porque le consideraba el paladín del anticomunismo. Afortunadamente, descubrieron a tiempo quien es Pinochet y no llegaron a cursar la invitación.

P. ¿Cómo se vive en Cuba esa creciente presión de los cambios en el Este?

R. Creo que Cuba necesita profundos cambios democráticos en su sociedad. Pero no necesariamente los que tratan de imponerle desde fuera. Me alarman mucho los análisis mecánicos: en Europa del Este cayeron los regímenes marxistas, pues también debe caer en Cuba. Es muy diferente cómo se ve y juzga desde fuera a cómo se ve desde dentro. Cuba tiene tremendos problemas que se pueden agravar, porque después de 30 años del bloqueo voluntario de EE UU ahora empieza el bloqueo forzoso de la Unión Soviética. Ahora la URS S no dispone de suficientes recursos, o no los puede dedicar a Cuba. Creo, no obstante, que mientras se mantenga Gorbachov llegará ayuda a Cuba y creo también que Gorbachov tendrá suficiente tiempo para hacer lo que cree que debe hacer. Fidel Castro está preparando a Cuba para lo peor, económicamente hablando, y, pese a lo que se cree fuera, tiene la gran solidaridad de su pueblo. Fidel no va a caer, y el pueblo cubano no se volverá contra él. Además, en Cuba se vive una nueva realidad y se está produciendo un proceso de apertura del que no se habla afuera. La gente habla abiertamente, discute la situación, en el partido, en las reuniones de base... Existe una verdadera rebelión popular contra el aparato burocrático del partido, que hay que democratizar y corregir. Pero no es una rebelión contra el socialismo ni contra Fidel, que por primera vez recibe críticas, pero no en el sentido de tumbarle. No le va a pasar lo que a Ceausescu. Cuba está viviendo una nueva revolución.

P. ¿Quién le queda a Cuba?

R. Le queda todavía la solidaridad de América Latina y del Tercer Mundo. La situación económica de Cuba no es peor que la de Argentina o Perú. Y quedamos nosotros, los latinoamericanos, que debemos promover la integración de toda Latinoamérica y resolver nuestros problemas como podamos. Y ahí debe estar también España. Esperamos que esté, que no nos olvide, ahora que los españoles se volvieron ricos y nos dejaron pobres. Los cambios en la Europa del Este se produjeron porque Gorbachov puso las condiciones para ello. Cuba y toda Latinoamérica están en la órbita de Estados Unidos. Y debe ser Estados Unidos quien ponga las condiciones para un cambio real en lugar de perseguir demonios.

P. ¿Cuáles son esos demonios?

R. Estados Unidos necesita siempre tener demonios. El primer demonio fue el comunismo; luego, el narcotráfico; hubo otros demonios más pequeños, como Noriega, Daniel Ortega y el sandinismo y Fidel Castro, claro. Acabó con el demonio Noriega, y qué pasa: Panamá está peor que nunca, no existe. Acabó, con presiones, con guerra..., con Ortega, y qué pasa: Nicaragua está peor que nunca, y Violeta Chamorro se sostiene por el apoyo de los sandinistas, si no ya habría caído. Y queda acabar con el demonio Fidel. Y sin darse cuenta todos juegan al juego de Estados Unidos. Europa juega al juego de Estados Unidos. La imagen de que Fidel puede caer es eurocéntrica. Fidel es el único que puede dirigir el proceso de cambio en Cuba. Sin él será el caos, y el caos no interesa a nadie.

P.¿Y la crisis del golfo Pérsico?

R. Acabo de llegar de Estados Unidos y allí existe la impresión de que EE UU no ha enviado sus fuerzas al golfo porque Sadam Husein haya invadido Kuwait, que detrás de semejante follón desproporcionado hay algo más. Pero la única explicación es demasiado esquemática: Estados Unidos no puede mantenerse sin una economía de guerra.

P. Historiadores que han participado en Madrid en el Congreso Internacional de Ciencias Históricas han señalado que continúa la leyenda negra de la conquista española. ¿Qué opina usted?

R. No es leyenda negra. Es historia negra y esa es la historia de cualquier conquista, no sólo de la española. Y lo que los españoles dieron a latinoamérica no lo ha dado ningún otro conquistador a ningún otro país. Se metieron en Latinoamérica, se mezclaron. Bueno, quizá lo hicieron porque eran más cachondos.

P. También se ha dicho que es mejor recordar el quinientos aniversario de la conquista de América que celebrarlo.

R. Lo van a celebrar con actos conmemorativos y festivos. En cambio, sería formidable iniciar con ese motivo un proceso de integración económica y cultural. Pero para 1992 España va a estar en la Comunidad Europea, no en Iberoamérica.

P. En el encuentro que acaba de celebrarse en México sobre la libertad se han dicho cosas bastante fuertes. Usted ha sido acusado de castrista y Neruda de estalinista. ¿Qué les pasa a ustedes, los intelectuales, que cuando se reúnen acaban criticándose los unos a los otros?

R. Yo, como dice Graham Greene, no soy un intelectual. Soy un novelista, y los novelistas no son intelectuales, sino sentimentales y emocionales. En e mundo latino nos pasa la desgracia de que todas nuestras palabras tienen una gran resonancia, porque, de alguna manera, nos hemos convertido en la conciencia de nuestra sociedad. Y vea qué desastres armamos. Eso no pasa en Estados Unidos, y es una suerte.

Por otra parte, me cuesta imaginarme un encuentro en el que Dante hablara de economía de mercado. Los que nunca hemos sido estalinistas, los que nunca hemos sido comunistas, tenemos una gran libertad de pensamiento. Pasa que algunos antiguos estalinistas tienen tal cargo de conciencia que se han ido al otro extremo, convirtiéndose a un nuevo tipo de fundamentalismo democrático. Y en el siglo XXI no debe existir ningún tipo de fundamentalismo. Respecto al congreso de México han trascendido más hechos aislados que los temas allí tratados. No siempre trasciende lo más importante. Es el caso del silencio de Colombia. Colombia tuvo el triste privilegio de ser noticia de primera página en todos los periódicos por el número de muertos diarias. Desde que no hay muertos no hay noticia, pero si se produjera una nueva matanza volvería a primera.

"Se paró la matanza"

P. ¿Qué pasa ahora en Colombia?

R. Ahora sí ha sucedido algo que merece ser publicado. Desde hace un mes se paró la matanza. No sabemos por qué. Y queremos saber qué pasa. Ahí está la verdadera noticia. Ése sí sería un buen reportaje. Incluso cuando la policía colombiana mató a Gustavo de Jesús Gaviria los narcoterroristas han mantenido la tregua. Hace seis meses, contra el consejo de todos mis amigos, viajé a Colombia. Hicieron que me moviera en un coche blindado acompañado de ocho guardaespaldas.

Así lo hice hasta que me escapé y empecé a vivir esa vida cotidiana absolutamente normal, en la que el terror es algo habitual, en la que se sabe que uno sale a cenar pero no se sabe si volverá. Una noche supimos, por ejemplo, que habían colocado un camión con 400 kilogramos de dinamita a diez calles de nuestra cosa. Nos impresionó, pero seguimos durmiendo como si no pasara nada. Lo desactivaron antes de que estallara. Si no lo hubieran hecho ¿qué habría pasado? No lo sé. Ha habido en Colombia un terror inmenso, cotidiano. Ahora, que la tensión empieza a ceder, surge un verdadero temor, como cuando a uno se le quita el dolor de muelas y teme dormirse porque al despertarse le puede volver a doler. Uno se dice: esto no es posible. Algo grave debe suceder.

P. ¿Qué futuro le ve a Colombia?

R. Elegimos a uno de los presidentes más jóvenes de la historia de Colombia y ha logrado crear un liderazgo que el. país necesitaba. Creo incluso que nos lo inventamos entre todos porque lo necesitábamos tanto. Y ahora hay mucha esperanza. Se va a hacer una nueva Constitución y el país empieza a despertar a la esperanza. Creo que vendrán años buenos en que se podrán hacer muchas cosas.

'No ganaré el Cervantes"

Pregunta. Usted llegó a Madrid el viernes por la mañana y una de las primeras cosas que hizo, en cuanto hubo descansado, fue hacer saber al presidente del Gobierno, Felipe González, que estaba usted en España. ¿Le verá?Respuesta. Es muy probable. No quise que se enterase por la Prensa de que yo estaba en Madrid.

P. En realidad, ¿a qué ha venido usted a España?

R. A ver a los amigos, a pelear con ellos. Que se están pasando tanto que se han ido para Europa [afirma entre carcajadas].

P. Usted vivió siete años en Barcelona y ha pasado también largas temporadas en Madrid ¿piensa en la posibilidad de instalarse algún día en España?

R. No. Ya viajo a España para ver a mis amigos. Con mucha frecuencia. Mi idea es integrarme cada vez más en Latinoamerica y, sobre todo en Colombia, a la que creo esperan años muy buenos. Mi idea es volver al pueblo.

P. El Nobel es uno de los pocos premios que usted ha aceptado.

R. Sí y no estoy dispuesto a aceptar ninguno más. No más premios.

P. ¿Cambió su vida el Premio Nobel? ¿Le alejó de su trabajo habitual?

R. No. Yo no doy conferencias, no voy a la presentación de mis libros, nunca he asistido a un homenaje, ni antes ni después del Nobel. Tampoco acepto nombramientos de doctor honoris causa. Por una razón muy sencilla, no se puede decir no a una universidad pequeña y sí a una importante, como Harvard. Así que dije no la pequeña y también dije no Harvard. Jamás me ha faltado un minuto para escribir, incluso cuando me dieron el Nobel escribí en Estocolmo mi artículo semanal.

P. ¿Y si ganara usted el Premio Cervantes?

R. No ganaré el Cervantes. Creo que antes de otorgarlo, consultan.

P. Usted ha escrito novelas maravillosas que han dado la vuelta al mundo, pero también artículos y reportajes. ¿Piensa seguir cultivando este género?

R. Durante tres años mi oficio fue el de escribir artículos. Uno cada semana. Se han publicado en un volumen de más de 600 páginas. Y es muy probable que aproveche ese largo viaje a Japón con tantas escalas para escribir algunos artículos.

P. Usted escribió un interesante artículo, que fue publicado por este periódico, sobre los efectos de ese viento que llaman Tramuntana. ¿Volverá usted algún día a Cadaqués?

R. Soy muy supersticioso. Ese viento obsesivo -puede ser terrible. Sopló durante días y días y lo que es peor parecía que nunca fuera a parar. Y, además, la sensación opresiva de que no se puede salir del pueblo. Sólo hay dos caminos: por mar y por esa estrecha cornisa que rodea la montaña. Cuando paró el viento encontramos, frente a nuestra casa, a un hombre que se había ahorcado. Parece irreal pero fue así. Creo que no volveré a Cadaqués.

"Me voy por entre las tiendas"

Pregunta. Usted viaja a Japón por el camino más largo: Nueva York, Madrid, Barcelona, París, Moscú, Tokio y, de relreso a México, Honolulu, Los Angeles, México DF. Muchas etapas para un solo viaje. -Respuesta. Tengo pánico al avión, me paso el tiempo mirando por la ventanilla con la esperanza de que no se caiga. Así que programo los viajes en etapas máximas de ocho horas de vuelo y escalas de casi una semana. Así tengo tiempo para ver a los amigos. Como decimos en Colombia me voy por entre las tiendas, que quiere decir ir parando en todas las ventas para tomar un trago. Llegas borracho pero muy feliz.

P. El motivo de ese largo viaje es un encuentro con Akira Kurosawa que realizará la adptación cinematográfica de la novela El otoño del patriarca.

R. Kurosawa me mandó decir muchas veces que quería hacer algo conmigo. Japón es el país donde mejor circulan mis libros. Me interesó mucho, pero no sabía que podíamos hacer. Un día se me encendió la chispa y pensé en que podría adaptar El otoño del patriarca. Y se lo mandé decir. Se produjo un largo silencio. Pregunté. Entonces me hizo saber que él es un hombre muy viejo y que no se veía con ánimos de ir a rodar al Caribe. Yo le contesté que podía hacerse en Japón y ahora vamos a hablar de ello.

Margen para la creación

P. Usted no permitió que se llevara al cine Cien años de soledad pese a que ha tenido ofertas millonarias. ¿Por qué no pone obstáculos a la adaptación de El otoño del patriarca?

R. Admiro muchísimo a Kurosawa y sé que hará una trasposición poética tan grande que tendrá que ser una aventura mítica. Por eso me interesa tanto. Sólo por eso. Por mí no dejaría que ninguna novela mía se lleve al cine. Otra cosa es que yo escriba para el cine o la televisión. La novela deja al lector un margen para la creación. Es el lector quien pone cara y corazón a los personajes, es él quien acaba el libro. La imagen positiva del cine no da cabida a la creación.

P. ¿En qué trabaja usted actualmente?

R. En mis memorias. Nada de novela por ahora. Trabajo a ratos y no lo hago de una manera sistemática. Recojo cosas que no quiero que se olviden. Tengo miedo de que algún día no tenga tiempo para ello. No escribo siguiendo un orden cronológico sino como artículos independientes. Mi estancia en Barcelona, por ejemplo, que duró siete años, recuerdos de mi infancia o el Premio Nobel.

P. ¿Qué recuerda de esa larga estancia en Barcelona?

R. Llegué a Barcelona en 1967, poco después de escribir Cien años de soledad. No conocía España y me acostumbré muy rápidamente a Barcelona. Era todo muy tranquilo; mis hijos estudiaron el bachillerato en Barcelona y aprendieron el catalán. En esa época no veía la presencia del franquismo. Ahora sí sé lo que era, como lo envolvía todo. Convirtió la ciudad en una especie de convento.

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