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8.800 toneladas de residuos tóxicos están a la intemperie en espera de que se autorice un depósito

Ocho mil ochocientas toneladas de residuos tóxicos de mercurio están a la intemperie junto a las instalaciones que la empresa estatal Minas de Almadén y Arrayanes posee en Ciudad Real, a la espera de que se autorice la construcción de un depósito. La empresa importó, entre 1981 y 1987, con el permiso de la Dirección General de Aduanas, 11.700 toneladas de esos residuos procedentes de empresas químicas europeas, a cambio de mantener el depauperado negocio del mercurio. Minas de Almadén construyó una planta de reciclaje de esos desechos, pero fallaron las previsiones y su capacidad se desbordó.

Enrique Fernández Mato, presidente de la empresa Minas de Almadén, dependiente del Patrimonio Nacional adscrito al Ministerio de Economía y Hacienda, reconoce que tanto la empresa como las autoridades de Castilla-La Mancha han actuado con cierta pasividad en el caso de las 11.700 toneladas de residuos de mercurio, cinz y cadmio importadas entre 1981 y 1987 por la empresa minera. En estos momentos se encuentran expuestas al medio ambiente 8.800 toneladas de residuos tóxicos, ya que el resto fueron enterradas o se reciclaron en la planta experimental construida en 1986, que tiene una capacidad de tratamiento de 1.000 toneladas al año, según Fernández.La iniciativa de la empresa de hacerse cargo de los residuos de mercurio de empresas europeas y españolas se hizo para tratar de sostener un negocio en declive. "Así manteníamos una serie de clientes a cambio de ocuparnos de sus desechos. La importación de los residuos de mercurio se hizo de forma totalmente legal, aunque aún no existía la actual ley de residuos tóxicos y peligrosos. Poseemos las licencias de importación concedidas entonces por Aduanas. Los desechos vinieron en camiones catalogados como residuos industriales. El fallo fue que la planta montada para tratar estos residuos no servía para reciclar tantos desechos", comenta el encargado de relaciones de la empresa, Enrique Calvet.

"La empresa Minas de Almadén y las autoridades competentes deberían haber tomado algunas iniciativas con mayor celeridad, como construir un depósito para los residuos. Si nos ayudan lo construiremos, pero estamos a la espera de que lo autoricen los responsables autonómicos, comenta su actual presidente. El proyecto de construcción de un depósito se hizo en 1989, tres años después de que las autoridades autonómicas tuvieran conocimiento de la existencia de los residuos. "Fue entonces cuando nos pusimos en contacto con la empresa y les facilitamos el nombre de varios gestores de residuos de Barcelona para que trataran de solucionar el problema", explica Pedro Aranguez, director general de Industria y Energía de la Junta de Castilla-La Mancha.

Construcción del depósito

La construcción del depósito puede ser aprobada en breve, una vez que la Consejería de Política Territorial de la Junta apruebe el estudio de impacto ambiental realizado por la empresa, según Aranguez. Este depósito, que cuenta con el beneplácito de las autoridades autonómicas, se construirá con hormigón y planchas de polietileno y tendrá tres módulos con capacidad para 11.751 metros cúbicos entre los tres, según la empresa.

La dirección general de Salud Pública de la Junta manchega realizó en 1988 y 1989 varios análisis para evaluar la posible contaminación de los abasteci mientos de agua potable de la zona, así como en las aguas y en peces del río Valdeazogue, y no encontró índices de mercu rio significativos. "Los análisis efectuados sólo superaron en una ocasión un microgramo por litro, que es el umbral exigido por la legislación europea y es pañola para el mercurio", comenta Mariano Martínez, jefe del servicio de sanidad ambien tal de la Consejería de Sanidad

Pedro Aranguez admite que los alcaldes de los pueblos cercanos a Almadén han mostrado su preocupación por la existencia de estos residuos y desean que el problema se solucione cuanto antes. Enrique Fernández, el presidente de la empresa, reconoce que el peligro de estos residuos es potencial y por eso se ha pensado en recubrir los bidones mientras se pone en marcha el depósito. Fernández cree que la población no está precupada por este hecho, "porque los residuos no han tenido un gran impacto contaminante sobre el río y el medio ambiente, aunque sí en pequeñas proporciones. Hay que tener en cuenta que por las características de la zona existe una pequeña contaminación natural", matiza.

La organización ecologista Greenpeace ha pedido explicaciones oficiales sobre los responsables de las importaciones y el almacenamiento "ilegal" del mercurio, y ha pedido que los residuos se devuelvan a las empresas de origen.

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