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ECOLOGÍA

Discursos bienintencionados y duras negociaciones monetarias en privado, en la conferencia del ozono

La destrucción de la capa de ozono es más rápida de lo previsto en el protocolo de Montreal de 1987, y la conferencia que en Londres estudia actualizar ese acuerdo escuchó ayer llamamientos para evitar el desastre ecológico. Los bienintencionados discursos públicos se desarrollaban en paralelo a unas duras negociaciones en privado sobre los límites temporales para eliminar tecnologías dañinas y sobre el coste de las medidas a adoptar. China y la India discuten con firmeza las condiciones de su participación en el acuerdo, que Nueva Delhi sólo asumiría si recibe toda la nueva tecnología gratis.

La conferencia fue inaugurada ayer en Londres por Margaret Thatcher, primera ministra británica, que se presentó como el adalid por antonomasia de la causa verde, a la que defendió con la fe de! converso. "Necesitamos actuar con más rapidez, marcarnos objetivos más altos y recortar los plazos para la reducción y futura eliminación de los clorofuorcarbonos (CFC) y halones", dijo la primera ministra británica, quien llamó a "extender el alcance del protocolo de Montreal para cubrir otras sustancias como el tetracloruro de carbono y el metil cloroformo que" dijo, "sabemos causan el mismo daño". Thatcher declaró: "Es obligación de los países desarrollados ayudarles (a los subdesarrollados) a obtener y adoptar tecnologías que les impidan cometer nuestros errores. Y una parte importante será el ayudarles financieramente para que hagan frente a los costes extras que eso implica". Acto seguido la primera ministra anunció que su Gobierno estaba dispuesto a contribuir con no menos de 9 millones de dólares (927 millones de pesetas) a la financiación de un programa de acción. [La República Federal de Alemania (RFA) está dispuesta a contribuir con 24 millones de dólares en la ayuda a los paises en vías de desarrollo, informa Efe.]China e India -países que cuentan con un tercio de la población mundial, no están dispuestos a renunciar al incremento de la calidad de vida derivada del uso de los CFC, en particular en la industria frigorífica- condicionan su adhesión al protocolo a que las naciones desarrolladas les presten ayuda económica necesaria para financiar los inevitables cambios tecnológicos y les ofrezcan las transferenc as tecnológicas que permitan sustituir los productos dañinos, como dice Wang Yangzu, jefe de la delegación técnica china, quien recuerda que su país sólo consume el 3% de la produccióm mundial de CFC. Pekín ha evaluado en 42,1 millones de dólares el coste inicial de la sustitución de los CFC y la conferencia está discutiendo la concesión de una ayuda de 40 millones, la misma cifra con que subvencionaría a la India.

Ayuda mínima

Maneka Gandhi, ministra de Medio Ambiente de la India, dice que la cuestión no son esos 40 millones sino las condiciones que el mundo desarrollado quiera asociar a la concesión de una ayuda que, por otra parte, ella considera mínima. "Necesitamos 350 millones de libras (unos 60.000 millones de pesetas) y nos ofrecen 40 millones de dólares (algo más de 4.000 milones de pesetas)", señaló ayer. "Si acceden a darnos la tecnología gratis entonces nos sumaremos al acuerdo". Otros 160 millones estarán a disposición del resto de los países en el trienio 1991-93, el mismo periodo de tiempo en que China y la India recibirían sus respectivos 40 millones.El control político de la inversión de esas cantidades es una de las barreras que los conferenciantes intentaban ayer salvar en privado. Washington rechazaba hasta hace unos días la sola idea de los fondos y ahora desea tener voz y voto en su administración. Se da por hecho la creación de una comisión tripartita con dos entidades de Naciones Unidas y el Banco Mundial para su administración bajo el control de un Comité Ejecutivo de 14 miembros, con algún tipo de garantía de presencia continua norteamericana, que adoptaría decisiones por una mayoria de dos tercios.

La postura que adopte la Comunidad Europea (CE) será clave para la declaración final de la conferencia. Los Doce constituyen el grupo industrial más fuerte. [La Comisión Europea aprobó ayer dos recomendaciones para reducir voluntariamente el uso de CFC en la industria del frío europea y en el sector de las espumas de plástico, informa Efe.]

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