El largo viaje
Para llegar a sus posiciones actuales, el hombre que encarnó a Federico Sánchez en la época de la clandestinidad comunista española y que ahora es Jorge Semprún, ministro de Cultura, ha tenido que hacer un extenso recorrido "lleno de sacrificios y de errores". El autor de El largo viaje lo dijo ayer, con cierta envidia, para compararse con la trayectoria de Octavio Paz, "que desde muy joven está en estas posiciones que yo comparto hoy". El centro de esa coincidencia es la creencia en la democracia "como valor que ha superado a lo largo de la historia embates igualmente virulentos de la izquierda y de la derecha".Octavio Paz había dicho que el porvenir del vacío actual es oscurísimo, "pero la literatura lo puede aliviar". El vacío, dijo su colega español, es sobre todo acusado en el Este, "pero la enseñanza principal es que ese vacío ha dado ocasión a que el sistema democrático se consolide como la única respuesta posible".
Paz había dicho que la función crítica del intelectual podría darle al poder su verdadero sentido. Ese ejercicio crítico del intelectual, añadió el actual ministro de Cultura, "también se puede verificar desde el poder, si no se prescinde de la función ética".
La poesía, la literatura y el pensamiento, dijo Paz, son la base en la que se puede hallar de nuevo la esperanza en la resurrección de las ideas. "Leer a Shakespeare puede ser tan útil como leer a Maquiavelo o a Marx". En momentos de mayor desesperación, añadió Semprún, eso es posible: "Ocurrió cuando las dictaduras se unieron para embestir contra la democracia, y entonces escribieron Orwell, Azaña, Broch a favor de la convivencia democrática de los pueblos. Esos son los referentes que deben triunfar al contemplar el vacío en el que estamos".
Babelia
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