El mundo no es ajeno

Los tres ministros decidieron oficializar con su presencia el Instituto Cervantes, que trasciende las competencias de cada departamento y se convierte en asunto de Estado. Francisco Fernández Ordóñez lo expresó sin tapujos: "No hay política exterior sin política cultural. España es hoy una primera potencia cultural y lingüística. Las encuestas sitúan el español como la segunda lengua vehicular del mundo. En 1992 conmemoramos el hecho de que, hace cinco siglos, Nebrija escribió la primera gramática española y nuestro idioma pasó a ser universaV.Jorge Semprún resaltó "el carácter multiforme y polifacético con que nace el Instituto". "No se trata de revitalizar la lengua del Imperio sino de difundir una lengua democrática. Lo más universal que podemos ofrecer como cultura al mundo es la experiencia democrática de España. El Instituto acometerá además la pluralidad de las culturas españolas. Si por ejemplo Tápies acude a algo organizado por el Cervantes, nadie va a escandalizarse porque la lengua literaria de Tapies será el catalán".

Javier Solana no quiso aventurar nada sobre nombramiento de altos cargos hasta que no haya ley (el proyecto puede presentarse al Parlamento en breves días). "Los recursos económicos" -dijo- "serán importantes. Para 1990, se trata de poner en común diferentes partidas dispersas por distintos ámbitos de la Administración. Para 1991 y 1992, calculamos un presupuesto de entre 5.000 y 6.000 millones". Solana señaló que la puesta en marcha del Instituto supondrá cambios "cuantitativos y cualitativos" en la política de difusión del español. "Ya existen los diplomas de español como lengua extranjera en el mundo y les queremos dar mayor realce. El propósito es integrar a profesores españoles en el sistema educativo de otros países: el experimento funciona ya en California".

Para redondear el acto, hubo copa con caras famosas como Manuel Alvar, Juan Marichal o Francisco Nieva.