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SANIDAD

Sanidad excluirá de la Seguridad Social fármacos de uso muy común, como antigripales y vitaminas

Fármacos de uso muy común, como los complejos vitamínicos, los antigripales inespecíficos, los colirios y los descongestivos nasales serán clasificados como "especialidades farmacéuticas publicitarias" y quedarán excluidos de las prestaciones de la Seguridad Social, según un decreto que tiene ultimado Ignacio Lobato, director general de Farmacia. Como consecuencia de ello, las relaciones entre el Ministerio de Sanidad y Farmaindustria pasan por uno de sus peores momentos.

"Hemos analizado las experiencias de otros países de la Comunidad Europea (CE) para controlar el gasto en medicamentos y hemos optado por establecer unos grupos o subgrupos de fármacos susceptibles de exclusión. Son productos para síntomas menores que en otros países se encuentran clasificados dentro de las llamadas especialidades farmaceúticas publicitarias", dice Ignacio Lobato. El presidente de Farmaindustria pone en duda que ese objetivo de reducir el gasto se consiga y considera más eficaz medidas disuasorias, como un aumento en la aportación que corre a cargo de los beneficiarlos de la Seguridad Social. Esta es de un 40%, excepto para los pensionistas que no abonan nada."Para que el sistema sea financiable hay que buscar fórmulas con imaginación porque el sacar a los descongestivos nasales de la receta de la seguridad social supone un ahorro de apenas 500 millones. Pero la gente que acude al médico quiere salir de la consulta con una receta y los productos nuevos son más caros que los que llevan muchos años en el mercado", dice Antonio Vila Casas, presidente de Farmaindustria.

Ignacio Lobato coincide con Vila Casas al señalar que cada día aparecen medicamentos "más eficaces y más caros", pero prefiere hablar de "racionalización" del gasto más que de "disminución" del mismo cuando se refiere a los objetivos del nuevo decreto. "Hay que ser realista, nuestro país está en una tasa media de consumo. Racionalizar el gasto no quiere decir disminuir, sino controlar. Lo que queremos es disminuir la tasa de crecimiento anual, que los dos últimos años ha sido del 18%", dice Lobato.

Un portavoz de Farmaindustria afirma que aceptarán las medidas que propone la administración si ese decreto va acompañado de una revisión de los precios de los medicamentos. Pero fuentes de esa organización definen la relación que mantienen con Farmacia sobre ese conjunto de temas como un "diálogo de sordos". Ignacio Lobato afirma, en cambio, que está dispuesto a "la negociación hasta el agotamiento. Yo solamente les pediría que estuvieran razonablemente descontentos. No pido que me aplaudan, sino que tengan en cuenta cuales son nuestras dificultades y nuestras obligaciones".

'Mare mágnum'

"No tiene nada que ver la exclusión de algunos medicamentos con un aumento simultáneo de los precios", continua Lobato, "hay unos avances sociales que se deben consolidar y en este sentido la directiva de la CE sobre la trasparencia de los precios de los medicamentos es un instrumento muy bueno. Hay productos infravalorados, productos baratos y muy eficaces y estamos dispuestos a hacer un esfuerzo para que en esos casos concretos no haya una limitación de precios".Otro punto de conflicto es el registro y autorización de medicamentos. La organización que defiende los interés de la industria farmaceútica en España afirma que desde hace un año hay 95 productos que han pasado los trámites necesarios para su autorización y están pendientes de la firma del director general de Farmacia para que se les conceda el número de registro sanitario. "Estos productos se están utilizando como moneda de cambio en las negociaciones, o bien se concede el registro en unas condiciones arbitrarias, autorizando la distribución exclusivamente en los hospitales", dice un portavoz de farmaindustria.

Este es el caso de la Litroproyetina, un fármaco indicado para el tratamiento de las anemias que sufren los pacientes sometidos a diálisis. "Se ha autorizado hace unos 15 días como medicamento de uso hospitalario, cuando prácticamente todos sus usuarios se encuentran en régimen ambulatorio. Se da también el caso de un mismo antibiótico, la amikacina, que se encuentra -según las diferentes autorizaciones dadas a los laboratorios- comercializado simultáneamente para uso hospitalario y ambulatorio.

"El supremo ha anulado recientemente una orden del Insalud y, como consecuencia de ello se ha producido una laguna legislativa con respecto a los fármacos de uso y diagnóstico hospitalario. Hay un maremagnun de productos que tenemos que definir su uso, pero no se puede decir que las autorizaciones sean arbitrarias. Clarificar esto es el objetivo del Prosereme V (programa de revisión de medicamentos), que afectará a unos 50 principios activos y en el que ya estamos trabajando, concluye Lobato.

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