Muerto a tiros en Bogotá el líder de la izquierda Bernardo Jaramillo. La esposa de Jaramillo le protegió con su cuerpo
PILAR LOZANO El crimen desgarra una vez más a Colombia. Bernardo Jaramillo Ossa, uno de los más queridos y carismáticos líderes de la izquierda en los últimos años, fue asesinado ayer en Bogotá. De 35 años, era el candidato a la presidencia por la Unión Patriótica (UP), donde abanderaba la línea perestroika. No a la lucha armada, sí al socialismo democrático, fueron sus ideales. Fue tanta la rabia de sus seguidores que desde ayer a mediodía se decretó la ley seca en Bogotá por temor a posibles desmanes. El partido de Jaramillo anunció ayer en medio de la indignación popular que se retiraba de las, elecciones, mientras culpaba a un. ministro por el hecho. La UP asegura que este crimen es resultado de las irresponsables declaraciones del ministro de Gobierno, Carlos Lemos, que hace tres días afirmó que la UP es el brazo político de las FARC (guerrilla (le orientación comunista).
El atentado contra Bernardo Jaramillo, que el Gobierno colombiano atribuyó anoche al cártel de Medellín, ocurrió a las ocho de la mañana cuando el dirigente, su. esposa y sus guardaespaldas, llegaban a la terminal del puente aéreo, donde pensaban tomar un vuelo rumbo a la costa del Caribe. Jaramillo tenía planeado pasar unos días de descanso antes de entrar de llene, a la campaña para las elecciones del 27 de marzo.
"Bernardo saludaba a un grupo de admiradores en la puerta del terminal, cuando sentimos la balacera", contó con voz entrecortada uno de los guardaespaldas. El que le disparó a quemarropa fue un hombre joven, que esperó, leyendo los periódicos, la entrada del joven político en la terminal. "Cuando Jaramillo cayó al suelo, Mariela, su mujer, se lanzó sobre él para protegerle. Nosotros reaccionamos disparando contra los asesinos", contó también el guardaespaldas.
En el cruce de balas el sicario resultó herido, y fue detenido. Como la mayoría de los que en Colombia matan por dinero, es joven, apenas 21 años. En sus primeras; declaraciones dijo que fue a la terminal aérea para cumplir una cita con un desconocido. Allí, aseguró, un extraño le entregó una miniametralladora y le ordenó disparar contra el líder izquierdista.
Detector de metales
Jaramillo recibió cuatro impactos: dos en el pecho y dos en el abdomen. Como suele ocurrir en Colombia, nadie sabe por qué, ayer, precisamente a la hora del crimen, la máquina encargada de detectar metales instalada a la entrada de la terminal aérea, no estaba funcionando. Por esto, la miniametralladora que segó la vida de Jaramillo entró sin problemas.
Durante dos años Jaramillo fue presidente de la Unión Patriótica. Desde este cargo había pedido al Gobierno aclarar los crímenes cometidos contra su organización. Hace pocos días, en la etapa preelectoral, al arreciar la campaña de exterminio, Jaramillo había asegurado que detrás de estas muertes de los militantes de UP estaban miembros del Ejército y señaló como cómplice al presidente, Virgilio Barco.
"Carlos Lemos ha dado orden, de hecho, a los sectores sicariales que están eliminando a dirigentes populares que no comulguen con sus bárbaros criterios, para que intensifiquen su labor", dice una carta enviada hace dos días por la UP al fiscal general de la nación.
La muerte de Jaramillo cierra la esperanza de un futuro mejor para Colombia. Lo único claro de este crimen es que en esta oportunidad no se puede culpar al narcotráfico. Entre otras cosas Jaramillo fue desde siempre un enemigo de la extradición, por convicción política.
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