Jaramillo: "Encabezo la lista de asesinatos"
El dirigente de la Unión Patriótica estaba convencido de que lo matarían
Bernardo Jaramillo Ossa tenía 35 años y la fuerza y el futuro de un gran líder político. Si alguna vez hubiera llegado a la presidencia, su bandera hubiera sido, quizá, luchar por una sociedad más civilista. Pero él sabía que una condena a muerte pesaba sobre su cabeza. El 8 de noviembre dijo a un entrevistador de EL PAÍS: "Justo antes de viajar a Madrid, la policía colombiana me comunicó que estaba en primer lugar de una lista de futuros asesinatos políticos, encontrada a un grupo paramilitar". "Hay que depurar las fuerzas armadas", dijo entonces, y añadió que éstas estaban "profundamente infiltradas y vinculadas con los paramilitares, y lanzar una guerra contra estos grupos para eliminarlos".
Era tanta la certeza que tenía Bernardo Jaramillo de que tarde o temprano iba a ser asesinado, que en un reportaje había hablado de cómo le gustaría que fuera su entierro: repleto de claveles y con un acordeón interpretando el tango que más le gustaba: Volver. Jaramillo será enterrado el próximo sábado.Este joven político asesinado ayer en Bogotá pensaba que uno de los graves problemas de Colombia es la gran incidencia que tienen los militares en las decisiones de Estado. Lo dijo siempre, sin temor; una de sus cualidades, que lo identificó en su corta vida política, fue la sinceridad y la energía al decir verdades.
Desde las tribunas públicas, donde fue admirado como emotivo orador, Jaramillo Ossa atacó con igual vehemencia a los militares que apoyan e instigan a los grupos paramilitares que han sembrado el terror en Colombia que a los dirigentes guerrilleros, a los; que pedía insistentemente que abandonasen sus prácticas delictivas, ente otras, el secuestro y el impuesto revolucionario.
Cambio de ideas
Pero no siempre pensó así. Cuando se empezó a perfilar como líder, al asumir la presidencia de la Unión Patriótica, hace dos años y medio, tras la muerte de Jaime Pardo Leal, en un discurso en la plaza de Bolívar de Bogotá dio su apoyo públicamente a la lucha armada. Su intervención fue duramente criticada. El trajín político y los cambios en el mundo le llevaron a convertirse en uno de los abanderados del ala perestroika dentro de la UP. Una de sus últimas batallas la dio precisamente con tra las tesis ortodoxas del Partido Comunista, fuerza mayoritaria en la UP. "La gran tragedia de los comunistas es que nos he mos marginado de las masas; he mos impuesto tesis, y eso no funciona. Lo que ha pasado en los paises comunistas es una campana de alerta" para todas las fuerzas revolucionarias, dijo recientemente.
Bernardo Jaramillo fue uno de los colombianos que más se alegraron por el apoyo que obtuvo el M- 19 en las urnas el pasado 11 de marzo. Uno de sus sueños era construir un gran bloque que se la jugara por el socialismo democrático y le hiciera frente al monopolio del bipartidismo en Colombia.
"No hay ideología que valga una guerra. Cuando decimos que a la paz no se llega por medio de la guerra es porque creemos en la negociación y el diálogo. La guerra ha fracasado". "Yo sí creo que el origen de la UP, ligado al movimiento guerrillero, ha jugado en su contra. Pero pienso que ese hecho nos tiene que llevar a reflexionar y a cuestionar no ese origen mismo, sino la carencia de una democracia real en este país". "Estoy convencido de que la perestroika es la única alternativa que nos queda. La izquierda colombiana no puede seguir arrastrando el lastre del estalinismo", eran algunos de los pensamientos de este joven luchador por la paz.
Jarnaríllo Ossa nació en Manizales, ciudad de la zona cafetera en el centro del país. Allí estudió Derecho. Tenía dos hijos y hace un año contrajó matrimonio por tercera vez. Fue representante en el Congreso en la pasada legislatura y había sido elegido senador en las pasadas elecciones. Aunque alguna vez confesó que sus primeras batallas las dio cuando era un colegial por tener mejores laboratorios y profesores bien pagados, su vida política la construyó como abogado laboralista en Urabá, una de las zonas de mayor conflicto social en Colombia. Por eso ayer los 20.000 trabajadores bananeros de esa región decretaron un paro de- 48 horas. A nivel nacional también los maestros decidieron demostrar su impotencia y su dolor suspendiendo las actividades escolares por dos días. Jaramillo es la víctima número 67 de la UP en lo que va de año. En cinco años de vida del movimiento se ha perdido la cuenta del número de víctimas... Pasan de los 1.000.
"Yo siento miedo por muchas cosas: a equivocarme en lo que planteo; me da miedo también que mis actuaciones vayan a dañar a otras personas, pero a la muerte no le tengo miedo", afirmó en una entrevista concedida a la revista Cromos. "Los hombres nacimos para morir", fue una frase que repitió muchas veces cuando se le preguntaba si temía por su vida. Por las amenazas le tocó aprender a vivir entre guardaespaldas. Por esta razón también tuvo que abandonar el hobby que más le gustaba: bailar. "He tenido que volver a mi antigua afición: leer", dijo en una de sus últimas entrevistas. Ese mismo día confesó que uno de sus sueños era volver a su casa como cualquier hijo de vecino, sin la protección de 15 hombres armados.
Otra de sus pasiones, además de las mujeres, eran los gatos. Su apartamento está inundado de gatos hechos en todos los materiales. También tenía la costumbre de adornar con gatos sus cartas de amor, y se distraía en las largas sesiones en el Congreso dibujando estos animales.
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