Machado motiva en Turín un debate sobre la existencia de un 'pensamiento literario' español

"Y esto de la filosofía, ¿cuándo va a terminar?, ¿cuándo volveremos a hablar de poesía?", preguntaba Rafael Alberti, con su melena blanca, su bastón y una camisa rojo escándalo. En el congreso internacional sobre Machado que se clausura hoy en Turín, el debate sobre el pensamiento filosófico de Antonio Machado levantó uno más amplio sobre lo que Julián Marías llamó un pensamiento literario.

Durante el congreso se produjeron ciertas intervenciones más bien duras entre los que consideran a Machado también -un filósofo -como Oreste Macrí o Antonio Sánchez Barbudo- y los que, como dijo Jorge Urrutia, consideran que el pensamiento filosófico de Machado no va más allá de la lectura de un manual de texto. Sabina de la Cruz, viuda de Blas de Otero., presentó ayer una carta inédita del poeta.Con su intervención, Urrutia se situaba en la línea defendida por Domingo Ynduráin de intentar no caer en la hagiografía de Machado. Ynduráin provocó, sin embargo, la ofendida réplica de varios congresistas -como Antonio Sánchez Barbudo, que conoció a Machado, o Francisco Jiménez Landy, de la Institución Libre de Enseñanza- al comentar la que fue a su juicio nociva influencia en el poeta de la Institución Libre de Enseñanza o al ironizar sobre ella como una "asociación de boys scouts". José Agustín Goytisolo defendió el congreso como un lugar de debate libre en el que es posible decir lo que se quiera y Félix Grande recordó la importancia de la Institución Libre de Enseñanza en la familia de Machado.

Pensamiento literario

Este debate era en cierto modo onda de uno anterior, estrictamente académico, suscitado por una densa y extensa ponencia de Julián Marías en la que negaba a Machado un pensamiento filosófico en beneficio de un pensamiento literario, de por lo menos tanto valor como el primero y de intensa si bien desconocida tradición española. "La obra de Machado es tanto más valiosa cuanto más estrictamente poética es, y en la medida en que se aparta de la poesía decae y desmerece", dijo Marías. "Podríamos decir que lo que en él no es poesía nos interesa por ser obra del poeta Machado".Según dijo Marías, cuatro pensadores influyeron decisivamente en Machado: Unamuno y Ortega, de cerca, y Bergson y tardíamente Heidegger, pensador en primer plano a causa de la reciente demostración por Víctor Farías de sus conexiones vitales e ideológicas con el nazismo, y del que Machado escribía: "Un alemán de primera clase, de los que nada tienen que ver, cualquiera que sea su posición política, que yo me complazco en ignorar, con la Alemania de nuestros días, la aborrecible y aborrecida Alemania del Führer...".

Antonio Sánchez Barbudo, que trató a Machado en los tiempos inmediatamente anteriores a su exilio, desarrolló la idea de que el pensamiento filosófico de Machado es "sobre todo una continuada reflexión sobre su poesía" y "se corresponde perfectamente a lo que fue el hombre Machado y a su ética y política".

En numerosas intervenciones se tomó parte en favor de la existencia de un pensamiento filosófico puro de Machado; de su inexistencia; o se adoptó una postura intermedia, como la de Víctor García de la Concha, que habló de un pensamiento poético basado en la antinomia.