Interior no desautorizará a los facultativos que juzgaron 'afeitados' toros de Victorino Martín
El ganadero exige una rectificación pública del ministerio y la destitución del veterinario Manuel Sanz
Victorino Martín ha manifestado que no lidiará su ganado en España mientras el Ministerio del Interior no declare públicamente que él no ha afeitado ningún toro, ni en Las Ventas, si no se destituye a Manuel Sanz como veterinario de la plaza. El asesor para asuntos taurinos del ministro, Carlos Briones, afirma que este departamento no hará la declaración pública exigida por el ganadero, pues incurriría en prevaricación.Las astas de dos de los toros de Victorino lidiados en la pasada feria de Granada y las del cuarto de la corrida de la Prensa de Madrid estaban afeitadas, según los análisis efectuados en la Escuela Nacional de Sanidad. Los realizaron Manuel Sanz y Ángeles Moya, veterinarios, designados por la Administración, en presencia de los que representaban a la Unión de Criadores de Toros de Lidia y a Victorino Martín, que era precisamente su hijo. El veterinario de la Unión de Criadores consignó en acta que se apreciaba en las astas "falta de biometría que puede ser debida a eventos naturales" y el hijo del ganadero que no estaban manipuladas.
Victorino Martín se manifestó indignado por los resultados y declaró a este periódico que jamás ha tocado ni un pitón en 30 años de actividad ganadera. "Por el contrario", decía, "he luchado siempre contra el fraude, e incluso el año en que seleccioné las corridas para Las Ventas hice una gran labor en beneficio de la fiesta, rechazando las reses sospechosas que pretendían colar algunos ganaderos".
Añadía Martín: "Tras consolidar un prestigio con mi limpia trayectoria y haber lidiado 90 corridas en Madrid garantizando la integridad del toro, sería estúpido que yo mismo fuera a afeitar mis reses. Mi honorabilidad se ha visto dañada, y como no estoy dispuesto a consentirlo, no lidiaré en España mientras el Ministerio del Interior no reconozca públicamente que jamás he afeitado un toro. Ni tampoco en Las Ventas mientras siga Manuel Sanz de veterinario en esa plaza. De momento, Briones ha prometido que una comisión del mínisterio se trasladará a mi ganadería para investigar si allí se afeitan las reses".
Considera Victorino Martín que Sanz es el principal responsable de su desprestigio, por dictaminar el afeitado de sus reses. Al indicarle que lo hizo conjuntamente con Angeles Moya, manifestó: "Esa señora firma lo que le dice Manuel Sanz; y, en cambio, los otros veterinarios estaban en contra del dictamen". Preguntamos al ganadero: ¿No le parece desorbitado exigir la destitución de un facultativo sólo por lo que usted considera un error? "Quizá sea un error, pero por sus actitudes más me parece una cuestión personal".
Enumera Victorino esas actitudes: "Ha declarado públicamente muchas veces que yo no afeito, luego incurre en una contradicción sospechosa; en el jurado de la Organización Colegial Veterinaria que me premió por el toro más bravo de la feria de San Isidro última intentó impedir ese premio por todos los medios; desde el callejón de Las Ventas protestaba cuando al toro le dieron la vuelta al ruedo; en el reconocimiento veterinario de la última corrida de la Prensa rechazó varios de mis toros".
Manuel Sanz responde así a. estas acusaciones: "En, efecto, creo que no afeitó, sino que arregló pitones rotos o escobilladados, pero mi opinión no cuenta ante la evidencia de los análisis. Es verdad que en aquel jurado voté en contra de su toro, pues no había sido bravo, y lo mantengo. Jamás he protestado de nada en la plaza, y eso de que lo hice contra su toro es un disparate".
"En la corrida de la Prensa" continúa Manuel Sanz,"el equipo veterinario, del que yo formaba parte, rechazó tres reses por defectos en los pitones o falta de trapío. Siempre que hay toros así en Las Ventas, se rechazan, sean o no victorinos. Precisamente en el reconocimiento previo de aquella corrida, el presidente, Tomás Tejero, anunció, por indicación de los veterinarios, que enviaría a análisis las astas de varios de los toros que se iban a lidiar".
Sanz comenta que fue amigo íntimo de Victorinó Martín y que éste consideraba irreprochables sus análisis hasta que dictaminó "manipulados artificialmente" tres victorinos lidiados en Granada el año 1988, y entonces empezó el ganadero a descalificarle.
Babelia
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