'Don Canuto'
Knut Ahnlund vive solo en una casa rodeada de plantas en las afueras de Estocolmo. Su mujer fue la primera doctora de ingeniería nuclear que hubo en este país y su padre fue un historiador que goza de un prestigio universal. Él fue profesor de Literatura danesa hasta 1969, pero las revueltas de Mayo del 68 cambiaron el sesgo de la Universidad y él prefirió dedicarse a la investigación. Desde entonces, fue nombrado miembro del comité de la Academia sueca y ahora es académico de pleno derecho. En su casa se alternan los libros de Julio Cortázar con los de Cela, a los que ha traducido, y en el jardín planta tomates y otros vegetales. Es un hombre modesto, a quien sus amigos consideran un sabio despistado, y mantiene en su actitud habitual la cordialidad que es proverbial en esta tierra.Ayer, Don Canuto ultimaba la traducción de una obra de Cela al sueco. "Del Miño al Bidasoa, qué es la obra que estoy traduciendo ahora, presenta alguna de las características de Cela: parece fácil de percibir para el traductor, pero luego su estilo es tan español y tan profundo que resulta muy complicado adaptarlo a nuestro propio estilo. Es muy difícil. Tanto como la traducción que he hecho de Mazurca para dos muertos, que ha publicado recientemente la editorial Atlantis. Aunque parezca una inmodestia, debo decir que estoy muy satisfecho del trabajo que hice con esa penúltima novela de Camilo José Cela".
Knut Ahnlund ha trabajado en la investigación previa a la concesión del Nobel para Neruda, Aleixandre y García Márquez. A Neruda lo adora, y dice que "su obra es tan grande que ha sido incluso habitada por cosas que son deplorables, pero que son salvadas por su genio". Aleixandre era, para él, "el patriarca de una generación de poetas cuya obra había que dar a conocer al mundo, y su premio fue justo". ¿Hubiera sido premiado igual si no hubiera entrado en el tiempo en que ya había muerto Franco? "Sí", dice Knut Ahnlund, "por supuesto que sí".
¿Y lo hubiera sido si, por ejemplo, Aleixandre hubiera sido fascista? "Por supuesto que no, siempre que eso se hubiera evidenciado en su obra. Y, por ejemplo, no se lo hubiéramos dado nunca a Louis Ferdinand Celine o a Ezra Pound". García Márquez le parece "una prosa depurada y genial, llena de misterio", y Cela es, para Don Canuto, "un escritor que merecía ser conocido en Europa, por el calado hondo de su obra literaria y por la gran variedad de sus registros".
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