El temor a Tiananmen
La presión checoslovaca y el visto bueno de Gorbachov abrieron el muro de Berlín
La nueva dirección de la República Democrática Alemana (RDA) abrió los pasos fronterizos el 9 de noviembre para evitar que el cierre de la frontera con Checoslovaquia provocara un levantamiento popular y un baño de sangre. "No había más remedio. Económicamente, es una catástrofe de consecuencias imprevisibles [la apertura de las fronteras a Occidente], pero la alternativa era la plaza de Tiananmen", manifestaron a EL PAÍS fuentes del partido comunista (SED, en el poder).
La llamada línea Pekín -sector duro de la dirección comunista a la que se había vencido el 9 de octubre en Leipzig, cuando había preparado una masiva represión sangrienta de la tradicional manifestación del lunes- tenía pen sado utilizar las multitudinarias concentraciones en la calle que habría provocado la noticia del nuevo cierre de la frontera con Checoslovaquia para incrementar la represión."Dada la inmensa indignación de la población, incluidos muchos comunistas, contra la dirección, la situación habría sido in controlable. Un nuevo revés en la situación de crispación existente habría provocado un baño de sangre". Dichas fuentes señalan aue la decisión fue tomada en común por Egon Krenz, jefe del partido; el nuevo primer ministro, Hans Modrow; y el hasta hace días jefe del SED en Berlín, Günther Schabowski.
Llamaron a Moscú, hablaron personalmente con Gorbachov y, con su visto bueno, decidieron la apertura, conscientes de los enormes riesgos que albergaba. Los peligros eran, en primer lugar, de orden público. "Pudo pasar cualquier cosa cuando grupos de jóvenes fascistas y del lumpen, en su mayoría borrachos, intentaron romper una plancha del muro desde Occidente", explican. "Superado este riesgo llegan los gravísimos problemas económicos", añaden las fuentes.
Ultimátum de Praga
El régimen de Checoslovaquia envió en la noche del miércoles al jueves un ultimátum de Praga a las autoridades de Berlín Este en el que se advertía que se cerraría unilateralmente la frontera común si la RDA no ponía fin de inmediato al flujo masivo de sus ciudadanos, a través de territorio checoslovaco, hacia Occidente.
Tras las manifestaciones de finales de octubre en Praga, en las que miles de ciudadanos pidieron el cese del régimen de Milos Jakes, las autoridades checoslovacas llegaron a la conclusión de que sólo una medida drástica po día poner fin al impulso que los acontecimientos en la RDA están dando a la oposición democrática en Checoslovaquia. El continuo flujo de alemanes orientales por su territorio había creado no sólo una corriente de solidaridad con éstos, sino también mayor decisión de conquistas similares en la lucha por el pluralismo.
Queda así en la más dramática evidencia la interacción de las reformas democráticas en el bloque socialista: un Estado aferrado a la ortodoxia obliga, por intereses de autopreservación, a otro a realizar su más revolucionaria acción liberadora.
Un profesor de la universidad de Leipzig integrado en el movimiento de protesta de esta ciudad confirma que hasta las tres de la tarde del 9 de octubre estaban en marcha los preparativos para una acción ejemplar de intimidación durante la manifestación de ese lunes.
"La línea Pekín estaba decidida a disparar contra los manifestantes", asegura esta fuente. "Fue el sector reformador, mayoritario en Leipzig, el que logró bloquear esta acción. No fue Krenz, como se ha dicho. Éste sí tuvo un papel en este sentido, más tarde, en Berlín. Entonces encarriló el relevo de Honecker".
Un dato anecdótico en las relaciones entre el SED emergente de la era Honecker y los partidos comunistas hermanos es la carta enviada por el ya ex jefe del Partido Comunista Búlgaro Todor Yivkov a Krenz, para protestar enérgicamente por los acontecimientos que se desarrollaban en Berlín Este.
La carta, enviada por Yivkov a Krenz días antes de la propia defenestración política del anciano líder búlgaro, atacaba los cambios impuestos por los sucesores de Honecker. Llamaba a enérgicas medidas" para salvar el socialismo en su frontera con Occidente en Alemania, que, según señalaba, es especialmente importante, a la vista de los "graves sucesos" en Hungría y Polonia.
La denominada línea Pekín ha quedado totalmente descabalgada del poder, según estas fuentes del SED. La purga ha adquirido un ritmo vertiginoso en toda la Administración y la resistencia de la misma es mínima. Dada la práctica identidad entre este sector, partidario de una intervención violenta contra las manifestaciones populares, y los grupos más corruptos del régimen, los reformistas no parecen tener dificultades en eliminarlo.
La posibilidad de una oleada de juicios por corrupción, abuso de poder y malversación de fondos, que parecía lejana cuando Erich Honecker fue relevado tras agradecérsele los servicios prestados, es ya prácticamente una cer teza.
"Mittag y sugrupo son ya carne de los tribunales", señala un destacado miembro del partido, aún bajo los efectos de las revelaciones ante la Asamblea Popular de las irregularidades financieras de todo tipo. "Mittag falsificaba personalmente los datos económicos", según ha revelado la radio oficial de la RDA.
Günther Mittag, máximo responsable de economía del régimen, disponía (le toda una red de colaboradores, conocida como "el grupo de Mittag", que ha sido " una auténtica mafia que ha falsificado, malversado y mentido constantemente.
Mittag tiene la mala suerte de que sus delitos se pueden demostrar en cifras", señala la citada fuente. "A otros quizá igual de responsables de la trágica situación en que estamos, como el jefe de propaganda Joachim Herrmann, será más difícil demostrarles los crímenes cometidos contra el partido, el Estado y el pueblo".
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