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PÁNICO EN CALIFORNIA

San Francisco sobrevive al terremoto

ENVIADO ESPECIAL, La ciudad de San Francisco, una de las más bellas de Estados Unidos, superó casi indemne el terremoto que la sacudió durante 15 segundos a media tarde del martes (madrugada de ayer en España). El movimiento telúrico tuvo una magnitud de 6,9 grados en la escala de Richter, el más fuerte desde el gran terremoto de 1906 (8,3 grados), que destruyó más de media ciudad. Los recuentos oficiales cifran en torno a 300 los muertos y en más de mil millones de dólares las pérdidas. Todos temían anoche que el seísmo se repitiera.

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Llegar a San Francisco ha sido difícil. La ciudad se halla en pleno estado de emergencia y han sido contados los aviones que pudieron aterrizar ayer en el aeropuerto internacional. Sin embargo, pese a las víctimas mortales provocadas por este latigazo de la Tierra, San Francisco ha sobrevivido al terremoto. La ciudad ha aguantado y sus gentes han reaccionado.Al bajar del avión se aprecian ya los destrozos. La terminal del aeropuerto ofrece las primeras marcas de la tragedia, y la gente llena las terminales en un intento de abandonar la ciudad. En su mayoría son turistas sorprendidos por el terremoto, que ya sólo piensan en salir de aquí lo antes posible. Pero la situación en el aeropuerto no es comparable a lo que está sucediendo en la zona de Oakland, al norte de la ciudad, al otro lado de la bahía de San Francisco.

Allí los bomberos y los equipos de rescate no han podido abrir aún el emparedado de cemento de 1.600 metros que ha atrapado a más de doscientos automovilistas cuando hace menos de 20 horas se dirigían a sus casas. Las víctimas fueron sorprendidas por el movimiento sísmico y enterradas vivas entre las dos carreteras superpuestas que formaban la autopista.

La carretera interestatal 880 es el punto más negro de esta ciudad. Un cementerio para la mayoría de las víctimas que han perecido en este terremoto. Llegar hasta allí resulta casi imposible. La policía de San Francisco ha acordonado la zona y ha cortado todas las vías de entrada. El cielo está lleno de helicópteros y las calles repletas de coches enloquecidos con sus sirenas.

San Francisco es un verdadero caos. Aunque parece como si este caos estuviera controlado, organizado. Todos van de aquí para allá, sin un rumbo aparentemente fijo. Pero quienes pensaron que la tragedia de 1906 era sólo una pesadilla ya olvidada han comprendido ahora que, efectivamente, California, el Estado dorado de la Unión, está pendiente de un hilo. El hilo se llama la falla de San Andrés.

Ahora las aguas de la bahía están completamente calmadas.

Una sola noticia

Decenas de muertos bajo los escombros de San Francisco

El presidente George Bush, que ha sido duramente criticado por no haber reaccionado con la debida rapidez en recientes desastres como el huracán Hugo y la catástrofe ecológica de Alaska, declaró a primeras horas de ayer el estado de emergencia para los siete condados de California afectados por la catástrofe, lo que le permite el envío inmediato de ayuda federal, informa Carlos Mendo.Una misión gubernamental, presidida por el secretario de Transportes, Samuel Skinner, voló a primera hora de ayer a una base militar cercana a San Francisco para realizar sobre el terreno una primera evaluación de los daños. El vicepresidente Dan Quayle, que se encontraba el martes en San Diego, al sur de California, se unió a la misión enviada desde Washington.

Con el fin de evitar posibles saqueos, tropas del Ejército y de la Guardia Nacional de California patrullaban ayer las zonas afectadas por la catástrofe con órdenes severas de mantener el orden a toda costa.

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