Terror colectivo en Bogotá ante las amenazas de los 'narcos'
Dos periodistas de la cadena de la televisión norteamericana Univisión resultaron heridos el pasado martes durante la nueva jornada de terror vivida en Medellín. Los periodistas estaban cenando en la Bella Época, uno de los restaurantes más antiguos y tradicionales de esa ciudad, cuando estalló una bomba destruyendo parte del local. Éste fue uno de los cuatro atentados que ocurrieron en la noche del martes, pocas horas antes del inicio del toque de queda. Las otras bombas destruyeron sedes bancarias y dejaron ocho heridos, entre ellos, dos niños.La acción del narcoterrorismo está generando un terror colectivo. Los colombianos sienten que en cualquier momento pueden ser víctimas de la acción demencial. Congresos, reuniones, espectáculos y actos de todo tipo han sido suspendidos. El martes en la noche, el alcalde de Bogotá, Andrés Pastrana, prohibió la celebración de manifestaciones y marchas en la capital. Aseguró que si la situación lo exige, no dudará en implantar el toque de queda.
Amenazas telefónicas
El alcalde, que pidió al Gobierno nacional el aumento de refuerzos, tanto del ejército como de la policía, reconoció que Bogotá está amedrentada por el terrorismo telefónico. Las llamadas anunciando bombas en establecimientos públicos, aviones, medios de comunicación y colegios son permanentes.
Ayer, mientras se esperaba la confirmación o no de la extradición a Estados Unidos de Eduardo Martínez Romero, considerado como el jefe de finanzas del cártel de Medellín, las amenazas a los noticieros fueron permanentes: "Si extraditan a Eduardo Martínez Romero los que van a pagar son los noticieros de radio y televisión", dicen quienes hablan a nombre de los extraditables.
Entre las medidas decretadas por el alcalde de Bogotá se estableció reforzar la vigilancia a todos los medios de comunicación, y se prohibió el tránsito nocturno frente a las sedes de los noticieros.
Al temor por lo que pueda pasar el martes se sumó una noticia escalofriante: Ángela Piedad Herrero, una mujer de 30 años, esposa de un coronel fue acribillada por dos sicarios del narcotráfico en Bogotá cuando salía de casa de su madre. Nadie se atribuyó el crimen, pero todos recordaron que hace poco los extraditables anunciaron que no respetarán a las familias de quienes les atacan.
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