Los radicales shiíes anuncian el ahorcamiento de Higgins
La imagen del cuerpo inerte del teniente coronel norteamericano William Higgins, ahorcado ayer por sus secuestradores, tal como habían amenazado el día anterior, quebró las esperanzas de que la propuesta de intercambio de prisioneros efectuada poco antes por Israel trajera un final feliz al embrollado asunto de los rehenes de Líbano. Una macabra cinta de vídeo enviada al diario libanés An Nahar testimoniaba el fatal desenlace. la Organización de los Oprimidos de la Tierra, una de las cuatro etiquetas bajo las que integristas shiíes libaneses mantienen secuestrados a occidentales, pagaba así la negativa israelí a liberar al jeque Abdelkarim Obeid tras su espectacular rapto, el pasado viernes.Después de varios meses de olvido bajo el ruido de las bombas libanesas, el expediente de los secuestros volvía a ponerse sobre la mesa el pasado viernes. De madrugada, un comando helitransportado israelí raptaba en su domicilio de Yibchit, en el sur de Líbano, al jeque shií Abdelkarim Obeid, uno de los dirigentes de Hezbolá (Partido de Dios, proiraní), junto a dos de sus guardaespaldas. Los temores a una represalia de los integristas libaneses sobre los rehenes occidentales, que desde diversas fechas mantienen en su poder, se extendieron con rapidez.
Apenas una hora después de que concluyera el plazo dado por sus secuestradores para la ejecución de Higgins (las dos de la tarde de ayer), las autoridades israelíes rompieron el punto muerto al ofrecer un intercambio total de prisioneros. La propuesta, anunciada por el ministro de Defensa, Isaac Rabin, a la radio militar israelí, parecía abrir el camino a la solución del problema de los rehenes occidentales, si las organizaciones que les mantienen en cautiverio aceptaban. Demasiado tarde. La Organización de los Oprimidos de la Tierra ya había ejecutado su sentencia, según se supo poco después.
De acuerdo con el comunica do que acompañaba al vídeo, "el espía norteamericano Higgins fue ahorcado a las 15.00 horas [14.00, hora peninsular española] dado que la Norteamérica criminal y el enemigo sionista no tomaron en serio nuestra decisión de colgarle, si el jeque Obeid no era liberado antes de que expirara este plazo". El mismo grupo había condenado ya a Higgins en diciembre de 1988, y algunos medios le daban por muerto desde entonces. Nada en la cinta de vídeo hecha pública permite asegurar que la ejecución se produjese efectivamente ayer.
El teniente coronel norteamericano se encontraba destinado en Líbano, como jefe adjunto dela Organización de las Naciones Unidas para la Vigilancia de la Tregua, cuando fue secuestrado el 17 de febrero de 1988. El suceso se produjo pocas horas después de que Higgins, de 44 años, se entrevistase en Tiro, con el responsable político de Amal para la región sur de Líbano. "Sabemos quienes son los responsables" manifestó éste a EL PAÍS pocas semanas después, "pero de momento no podemos hacer nada". El dirigente de Amal se refería sin duda a los hombres de Hezbolá. Amal y Hezbolá son las dos formaciones políticas que en Líbano se disputan la representatividad de los musulmanes shiíes. La primera, que dirige el ministro Nabih Berri, hace tiempo que renunció a la guerra sucia de los secuestros. En cuanto a Hezbolá, sus conexiones con tales actividades han quedado probadas en más de una ocasión.
La actitud de Hezbolá
La relación entre Higgins y el jeque shií retenido por los israelíes ha sido doblemente trágica, no sólo por la fallida propuesta de canje, sino porque el dignatario religioso aplaudió en público el secuestro del norteamericamo. Era la primera vez que un suceso similar recibía un apoyo abierto hasta entonces, los responsables de Hezbolá habían sido más sibilinos. De hecho, nunca han reconocido tales acciones y éstas han sido siempre rubricadas con otra firma. Yihad Islámica, la Organizacón de la Justicia Revolucionaria y la Organización de los Oprimidos de la Tierra, no son, según los observadores, sino distintos continentes para un mismo contenido.
A pesar de las reiteradas negativas de las autoridades de la República Islámica a cualquier implicación en los secuestros, la realidad es que las relaciones entre ellas y los dirigentes shiíes de Líbano son excelentes y casi telepáticas. Al día siguiente del secuestro del jeque Obeid por los israelíes, el primer ministro iraní, Mir Husein Musavi, advertía que el "mutismo general" observado en Occidente al respecto "podría tener repercusiones negativas sobre el destino de los rehenes de Líbano".
Ayer mismo, el titular de Interior, Alí Akbar Molitashemi, llamaba a los combatientes de Hezbolá a que intensifiquen sus ataques contra los intereses israelíes y norteamericanos. No obstante, poco después, las autoridades de la república islámica negaban cualquier relación con la ejecución de Higgins.
[El Gobierno sirio condenó ayer, por su parte, la "muerte" de Higgins, y acusó a Israel de ser responsable, según fuentes oficiales citadas por France Press. El Gobierno egipcio también condenó "la ejecución" del norte americano].
Otros 15 rehenes occidentales permanecen aún retenidos en Líbano: ocho norteamericanos, cuatro británicos, dos germano occidentales y un italiano. Además, seis rehenes (una francesa, sus dos hijos nacidos en cautividad, y tres belgas) se encuentran en manos del grupo palestino de Abu Nidal, desde noviembre de 1987. Un nuevo factor de angustia se producía en la tarde de ayer. Una voz anónima, que decía hablar en nombre de la Organización de los Oprimidos de la Tierra, llamó a una agencia internacional en Nicosia (Chipre) y amenazó con que hoy, a las 15.00, hora de Beirut será ejecutado el británico Terry White "si Obeid y sus familiares no han sido flberados". La Organización de la Justicia Revolucionaria, por su parte, anunció ayer que hoy ejecutará a otro de los rehenes, Joseph James Ciccipio, si Obeid no es liberado.
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