Los editores españoles acuden a Liber 89 preocupados por la crisis latinoamericana
Federico Ibáñez, presidente de la Federación de Gremios de Editores de España y del comité organizador de Liber 89, define la situación actual del sector editorial por la crisis económica que atraviesan desde hace años los países de Latinoamérica que "ha supuesto la reduccción de la exportación y la importación de libros, columna vertebral de la industria española en los últimos 20 años", y por la incorporación de España al mercado editorial europeo, "lo que no ha representado aumento de ventas ni ventajas debido principalmente a la barrera idiomática".Ibáñez explica que la incorporación a la CE supuso "la desaparición de las ayudas a la exportación por parte de la Administración como las desgravaciones fiscales, que en 1985 fueron de 3.500 millones de pesetas, y los créditos de capital circulante y, por el contrario, introdujo el 6% de IVA, que es un impuesto a la compra".
La situación, que Ibáñez no llega a calificar de alarmante, puede ilustrarse con los datos siguientes. En 1988, España mantuvo su posición líder en cuanto a producción de libros con 40.365 títulos, de los cuales 30.171 fueron primeras ediciones. Esta cifra representa un aumento del 4% respecto de 1987. Sin embargo, las exportaciones cayeron casi en un 15% en el mismo periodo, sobre todo, con Argentina, México y Venezuela. Al mismo tiempo, el mercado interior creció a una tasa anual del 8%, lo que no cubre el bajón producido en la exportaciones, y las tiradas continuaron descendiendo, barajándose la cifra de 3.000 ejemplares de media por título.
El panorama actual de más libros, con unos costes de edición más altos, menores tiradas y precios más caros, es desdramatizada por Ibáñez, que apunta el surgimiento de un nuevo público lector, "muy selectivo y exigente, capaz de simultanear lo especializado con lo masivo".
Otras importantes novedades operadas en los últimos años en el mercado editorial español, señala Milagros del Corral, secretaria general de la Federación del Gremio de Editores, han sido "la internacionalización del sector, por la participación de empresas extranjeras en las editoriales españolas y los procesos de fusión entre estas". Aunque ambos fenómenos no entrañan, en su opinión, "riesgos inminentes" para la industria española, sí pueden suponer a largo plazo la usurpación del mercado latinoamericano por empresas extranjeras, la concentración de las decisiones editoriales fuera de España y la desaparición de las editoriales pequeñas que no podrán competir con los grandes grupos de comunicación.
Ante semejante desafío, Federico Ibáñez propone que la Administración debe diseñar una estrategia de relación con latinoamérica, que es el verdadero espacio cultural común, desarrollar los diplomas de español en el extrajero, la creación ayudas indirectas a la edición como existen en Francia y en el Reino Unido, el IVA cero para los libros y el incremento de las bibliotecas". Respecto de Liber 89, Ibáñez destaca la participación por primera vez de libreros españoles y que en esta ocasión sea abierta al público.
Para él, el objetivo de la feria debe ser "el desarrollo del comercio exterior e interior del libro español y el acceso del público a la información bibliográfica". Por su parte, Milagros del Corral, destaca que, también por primera vez, "los editores extranjeros acuden con caseta propia y no como antes que venían de forma colectiva con una caseta nacional". Los buenos augurios que preceden a la muestra de este año tienen que ver, según Evelyn L'Epine, directora de Liber 89 junto con Claudio Meffert, con el adelantamiento de su celebración, que tradicionalmente era en otoño, "demasiado próxima en el tiempo a la de Francfort, por lo que muchos editores no acudían, y muy mala época para los libreros que se encontraban ya ocupados con los libros de texto". "Esta vez", añade L'Epine, "los editores estarán fisicamente presentes y no ocurrirá como en ocasiones anteriores en las que el comprador se encontraba solamente con una azafata en el stand.
La organización de Liber 89 ha costado unos 130 millones de pesetas y el precio por caseta, cuyo tamaño medio son nueve metros cuadrados, es de 12.000 pesetas el metro cuadrado. Los organizadores confian en esta edición no sólo se compren derechos de edición, sino que también los editores españoles vendan. Milagros del Corral concluye: "Liber 89 debe ser el principio de los contactos y Francfort el remate de los negocios".
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