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CONVERSACIONES DE DESARME

Escepticismo en la OTAN ante la oferta soviética de reducir los cohetes nucleares

Dos semanas antes de la cumbre de los líderes de la OTAN, ésta sigue sin superar sus divergencias sobre las armas nucleares de corto alcance, y la última propuesta de reducción unilateral soviética hecha por Mijail Gorbachov no facilita un acuerdo entre aliados occidentales, porque todos, incluso los más moderados, la han acogido con cierto escepticismo. La otra proposición del máximo dirigente de la URSS sobre reducción de armas convencionales ha suscitado, en cambio, una reacción más positiva por parte de la Alianza Atlántica.

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Según explicó ayer el ministro español de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, la propuesta soviética de reducción de armas convencionales supone "un acercamiento a la postura de la OTAN".De regreso de la capital soviética, el secretario de Estado norteamericano, James Baker, dio cuenta en la capital belga a los siete ministros de Asuntos Exteriores que acudieron a la cita de sus encuentros con su homólogo soviético, Edvard Shevardnadze, y con Gorbachov, y se entrevistó a solas con su homólogo alemán Hans-Dietrich Genscher para intentar, una vez más, limar asperezas.

Justo antes de que el jefe de la diplomacia norteamericana abandonase la capital soviética, el Kremlin hizo públicas dos propuestas armamentísticas. Una sobre desarme convencional y otra, acaso más llamativa, sobre desarme nuclear, consistente en retirar este año 500 cabezas nucleares de los países de Europa del Este -284 misiles, 166 proyectiles transportados por aviones y 50 cañones con capacidad nuclear- y, de aquí a 1991, "todas las municiones nucleares siempre y cuando Estados Unidos tome una medida análoga".

Aunque reconoció que era "un paso positivo", James Baker insistió en la "modestia" de la iniciativa de Mijail Gorbachov, comparada con la eliminación por parte de la Alianza Atlántica en los últimos años de 2.400 cabezas nucleares y porque no supone la destrucción de esas armas y ni siquiera su retirada del territorio europeo de la Unión Soviética. "Está concebida, ante todo, en función de la opinión pública", añadió el secretario de Estado norteamericano, James Baker.

Esta opinión sobre la propuesta es, según el secretario de Estado, compartida por sus aliados europeos. "Estamos completamente unidos en este aspecto", afirmó en una conferencia de Prensa, en la que él mismo daba la palabra a los corresponsales que deseaban hacer preguntas y llamaba por su nombre a los periodistas estadounidenses que más conocía.

Superioridad del Este

No fue, desde luego, Francisco Fernández Ordóñez el que le contradijo al señalar que, cuando a finales de año haya sido llevada a cabo la retirada unilateral de cabezas nucleares anunciada por el líder soviético, persistirá aún en Europa central "una aplastante superioridad soviética". La Alianza Atlántica asegura que la Unión Soviética posee una superioridad de 1 a 14 en materia de armas nucleares de corto alcance.Si la decisión unilateral del secretario general del PCUS, Gorbachov, no ha ahondado aparentemente las discrepancias entre aliados, tampoco les ha permitido acercar sus puntos de vista sobre la eventual modernización de los misiles nucleares con un alcance inferior a 500 kilómetros (Lance) ni sobre la eventual apertura de una negociación con la Unión Soviética para reducir las armas nucleares cortas desplegadas en el Viejo Continente, esencialmente en las dos Alemanias y en Checoslovaquia. Sólo el ministro danés, U. Ellemann Jensen, estimó que la concesiónsoviética podía facilitar el inicio de conversaciones.

Washington y Londres son las dos capitales que más preconizan la modernización y rechazan la negociación, mientras Bonn y, con matices, algunos otros gobiernos de la Alianza Atlántica, como el danés o el belga, defienden una postura diametralmente opuesta en vísperas de la cumbre de la OTAN, convocada en Bruselas los días 29 y 30 de mayo.

"No hay un compromiso sobre las fuerzas nucleares cortas", declaró Genscher a su salida del encuentro bilateral que mantuvo con el secretario de Estado norteamericano. "Solamente hemos acordado continuar buscándolo antes de la cumbre de Bruselas. El ministro alemán comprende mejor nuestra postura, pero sigue habiendo diferencias que intentaremos resolver", comentó, por su parte, el secretario de Estado.

Labor mediadora

Algunos países aliados como Holanda, Noruega y, sobre todo, Italia, están llevando a cabo una labor mediadora para acercar los puntos- de vista de Estados Unidos y Alemania Federal. "También nosotros estamos intentando aproximar posiciones", señaló Francisco Fernández Ordóñez, que no dudó en prever que "antes de la cumbre de Bruselas tendrá que haber algún tipo de acuerdo".¿Qué sucederá, sin embargo, si el 29 de mayo los 16 aliados no han logrado un compromiso sobre la respuesta a dar a la oferta soviética de negociar la reducción, o incluso la eliminación, de las armas de corto alcance en Europa?

En una alusión a la situación preelectoral que vive la República Federal Alemana y que impide a su Gobierno aceptar la modernización preconizada por Estados Unidos, el secretario de Estado, James Baker, contestó que "el peor desastre sería permitir un triunfo de la política y comprometer así la seguridad de la Alianza Atlántica'.

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