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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Cocaína y poder

Los CHOQUES entre militares en Haití, el último de los cuales acaba de concluir en medio de una gran confusión, no pueden entenderse sin tener en cuenta la implicación de importantes sectores de las fuerzas armadas de aquel país en el tráfico de drogas. La causa determinante del último levantamiento contra el general Avril fue la reciente destitución, a petición de EE UU, de oficiales comprometidos con el tráfico de cocaína. Por eso mismo, el presidente pudo contar, en los momentos más difíciles para él, con la baza decisiva del apoyo de Estados Unidos. El general Avril permanece, pues, al frente del país, pero sobre la base de compromisos -que serán más o menos duraderos- con otros sectores militares.La tragedia del pueblo haitiano, cuyo nivel de vida es el más bajo del hemisferio, parece no tener fin. Desde que, hace poco más de tres años, fue derrocado el dictador Duvalier, se han sucedido un Gobierno provisional militar, unas elecciones frustradas, otras amañadas por los militares, un Gobierno civil títere, una nueva dictadura militar y el derrocamiento del anterior general golpista por el actual presidente.

En cada uno de estos cambios, el militar que toma el poder proclama que va a restablecer la democracia. Palabras y sólo palabras. Estados Unidos, inicialmente, condicionó la reanudación de su ayuda económica -decisiva para un país hundido en la ruina- a la celebración de elecciones democráticas. Ahora ha cambiado de actitud optando por apoyar al general Avril porque le considera el más apto para realizar la política que conviene a EE UU, tanto en el tema de las drogas como en otras cuestiones. Sin embargo, el tráfico de cocaína proporciona sumas superiores a las de la ayuda americana. Y una política que va a fortalecer en el poder a un ejército completamente corrompido -al margen de las condiciones personales que pueda tener el general Avril- difícilmente podrá impedir que Haití siga siendo un pilar del narcotráfico. Por. no hablar del retorno a la democracia, que parece un objetivo olvidado por Washington en este caso.

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