Los profesionales del sector consideran que la nueva ley del cine paralizará la producción

La mayoría de los directores y productores de cine consideran que las medidas contempladas en el borrador del real decreto de Ayudas a la Cinematografía presentado el pasado miércoles por el ministro de Cultura, Jorge Semprún, son inconcretas y supondrán la práctica paralización de la producción de películas españolas durante 1989. Los profesionales del sector valoran positivamente algunas de las iniciativas recogidas en el texto legal, como las exenciones fiscales y los créditos a la producción o la informatización del control de taquilla, pero consideran que el conjunto de medidas no saneará el mercado audiovisual.

El director de cine Manuel Gutiérrez Aragón opina que el nuevo decreto es "un golpe en la línea de flotación del cine español", porque "se realizarán menos películas y, sobre todo, perjudicará a los jóvenes, ya que los productores no confiarán en sus posibilidades en taquilla".Gutiérrez Aragón lamenta que el decreto no contemple "la reordenación total del mercado cinematográfico", que continúa generando un dinero que no revierte en su producción y que "al considerar las subvenciones como limosna, castiga a quien las reciba". Para el director de Demonios en el jardín, "hablar de competitividad en un mercado cautivo como el del cine es igual que fomentar el derecho de huelga a los esclavos".

El productor Elías Querejeta declina hacer declaraciones "hasta haber estudiado suficientemente el texto" y, en cualquier caso, cree que "la opinión que importa" es la de las diferentes asociaciones cinematográficas.

Mayores riesgos

El proyecto de decreto mantiene similares cantidades para subvencionar películas pero obliga a los productores a asumir mayores riesgos financieros, ya que en ningún caso podrán recibir más dinero público que el que ellos mismos arriesguen en la producción de la película.Mariano Ozores, que advierte no conocer en profundidad el decreto, considera positivo "tomar medidas que incentiven la producción de películas y volver al productor antiguo, una figura que había desaparecido para convertirse en el director o realizador".

Antonio Gimenez Rico, presidente de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de España, entiende que "la filosofía del decreto es suspender un sistema de financiación de películas inmediata por otro sistema a largo plazo, lo que provocará la paralización de la producción y deja sin concretar las medidas en el futuro". En su opinión, el aspecto más grave de la nueva ley es que "sigue hablándose de ayudas para financiar las películas cuando lo importante es amortizarlas", y se lanza a describir el estado presente del cine español: "Al no regularizar el mercado, pues el control de taquilla no existe, ni se persigue la piratería en vídeo, ningún productor controla lo que produce su película, y, además, la compra de los derechos de antena por RTVE, que no significa una subvención, está también paralizada".

Sobre este particular, fuentes de Televisión Española confirmaron que el Ente Público modificará próximamente los criterios que hasta ahora regían la compra de los derechos de antena de las películas españolas. Las mismas fuentes afirmaron que sólo serán adquiridas aquéllas que "tengan un interés común para RTVE y el Ministerio de Cultura".

Parches

Gimenez Rico insiste en que "si se quiere tratar al cine como una industria, olvidándose de los aspectos culturales, que lo hagan seriamente y no pongan parches con las subvenciones sin resolver antes el mercado"."El decreto no dice nada sobre la recuperación del dinero por el productor y con el nuevo sistema se desincentiva acudir a las subvenciones, cuyo fondo sigue siendo de 2.500 millones de pesetas, cantidad que se ha demostrado insuficiente en estos años", concluye.

Juan Antonio Bardem, presidente de la Asociación de directores y realizadores cinematográficos (ADIRCE) no quiso hacer declaraciones sobre el borrador del decreto hasta que no se discuta entre sus miembros en la asamblea que celebrarán el próximo día 29 del presente mes.