Desafíos
Están en permanente estado de alerta. Su mente es como una libreta interminable repleta de notas -aunque la mayoría de las veces también la libreta real existe- y en ella se alojan mundos paralelos.Sus ideas pueden surgir al amparo de una reflexión, cotidiana, como en el caso de Rosa Montero, o nacen en forma de desafio; Puértolas decidió a partir de unos cuentos narrados en femenino seguir adelante con una novela; Cristina Peri Rossi deseaba escribir memorias "porque es algo que han abordado poco las mujeres", y Pedraza quiso ver cómo "podía aunar la cultura clásica con el mundo moderno".
A otros, como a Mufloz Molina, la idea prendió en su lápiz leyendo un libro de Gregorio Moran. Grandeza y miseria del partido comunista, en el que se narra la historia de una ejecución por equivocación.
De nuevo la voluntad de saber. Azúa, a partir de un hecho real, arropará su texto con grandes dosis de ficción hasta que la realidad se diluya. Y Llamazares quería contar ese viaje por el río, .que en realidad es un viaje alrededor de mí rnisrno".
Cautos
En la encuesta se mostraron menos locuaces escritores como Félix de Azúa, Soledad Puértolas, Adelaida García Morales o Juan Marsé. No les gusta hablar sobre textos que no saben todavía si acabarán o si, por el contrario, quedarán abandonados en el camino. Soledad es cauta. Marsé es totalmente hermético. Azúa, entre risas y silencios, aventura algunos datos. Y Adelaida es un susurro de sirena. Y los títulos de sus novelas, cuando los dan, son provisionales.
En el caso de los tres primeros la novela está narrada en primera persona por una mujer. Una anciana en el caso de Azúa y mujeres maduras en el caso de Puértolas y García Morales. Entre San Sebastián y Bayona se desarrollará la acción del nuevo trabajo del autor de Diario de un hombre humillado. El eje central será el patriotismo, en el sentido más radical del término. Lleva escritas unas 50 páginas, la misma cantidad que Puértolas, de las que la autora ya ha hecho una cuarta versión. Madrid y Larroque sirven de escenario para una historia de "rr¡ucho amor, bueno, más arnor", matiza cautelosa, "que en mis anteriores novelas". Título y nombre de la protagonista es algo que se reserva.
Adelaida García Morales ha centrado su tema alrededor del vampirismo psíquico. Cuenta poco más, porque piensa que hablar de ello cuando está al comienzo le duele.
"Escribir me gusta, pero en los inicios tiene su sombra. Tiras papeles a la basura constantemente. En definitiva, quiero escribir sin comprometerme. ¿Y si no me gusta, y si no sale como yo quiero?", dice Adelaida García Morales. Elvira es el nombre -también provisional- de su protagonista.
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