Singularidad del catalán
Tullio de Mauro, que en 1986 participó con una ponencia en el II Congrès de la Llengua Catalana, es un atento observador de la situación lingüística de esta comunidad. "La situación del catalán es singular, única. Se trata de una lengua de menor difusión que el castellano y que, sin embargo, se encuentra ligada a uno de los polos del desarrollo económico y cultural de España". El investigador añade que por esta característica el catalán ya se aparta de lo que constituye la normalidad europea.
Segunda peculiaridad que De Mauro subraya: el hecho de que la lengua mayoritaria, el castellano, se encontrara, en los pasados años, ligada a los estratos económicamente menos favorecidos. "Y aún hay una tercera cuestión: de las diferentes variedades del latín ibérico, el catalán es precisamente la más abierta a las influencias provenzales, francesas e italianas. Así, una lengua de menor difusión se convierte en el puente entre éste y la Europa lingüística".
Las medidas de orden práctico para conservar un patrimonio tan singular como éste no pasan, a juicio del lingüista, por obligar a los castellanófonos a hablar el catalán e impedir a quien habla catalán de aprender el castellano. "Los intentos de exclusión y de imposición normalmente no han dado buenos resultados" señala De Mauro, quien cita como ejemplo la imposición del francés en la Italia de principios del XIX y que obtuvo como resultado el que la población acabara hablando una lengua que, en esos momentos, se hablaba sólo en la Toscana, un poco en Roma y nada en el resto del territorio. "Ello se produjo a daño de las varías lenguas y dialectos locales. La Historia está llena de estos efectos boomerang".
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