Detenidos en Chile 4 líderes comunistas por "incitar a derrocar al Gobierno"
Cuatro altos dirigentes del Partido Comunista Chileno, entre ellos dos ex ministros de Salvador Allende, fueron detenidos el lunes por la noche (madrugada del martes en España) por orden de un juez, como supuestos infractores de la ley de seguridad interior del Estado, al "incitar a derrocar al Gobierno". El régimen militar inició una cacería judicial contra el PCCh después que los cuatro dirigentes, en una conferencia de prensa en un hotel céntrico de Santiago, dieron a conocer el documento de convocatoria al EP congreso de este partido. El Gobierno entregó a la justicia una lista de otros 22 militantes comunistas para que sean citados ante los tribunales.
Los detenidos son Mireya Baltra, Americo Zorrilla -ex ministros del Trabajo y de Hacienda de la Unidad Popular-, el portavoz del partido y secretario general de Izquierda Unida, José Sanfuentes, y el dirigente de las Juventudes Comunistas, Guillermo Sherping. Tienen cinco días para recurrir la resolución judicial.Las detenciones coincidieron con el 672 aniversario del partido comunista. Un centenar de personas gritó consignas en favor de esta formación y un grupo de simpatizantes prendió velas, en una tarta, cantó Cumpleaños feliz y silbó La internacional en los pasillos del tribunal, mientras los dirigentes eran interrogados.
El régimen lla hecho del anticomunismo una predica y práctica sostenida empujando al partido comunista, que durante décadas respetó en Chile la legalidad burguesa, hacia posiciones más radicales. Después del golpe militar de 1973, varios centenares de comunistas fueron detenidos y desaparecidos por los aparatos represivos, entre ellos 17 miembros del comité central, y el partido está ahora proscrito.
El general Augusto Pinochet declaró en una reciente entrevista a Le Monde que incluso si el partido comunista se pronunciara por una línea moderada en su 152 congreso "no cambiaría nada" su opinión sobre este partido. "Soy como santo Tomás, yo creo lo que veo", agregó Pinochet.
Límites de la apertura
Después de la derrota de Pinochet en el plebiscito de octubre, el partido probó los límites que tiene la apertura del régimen. El llamamiento público a un congreso clandestino y el intento de vender en las calles El Siglo, clausurado diario de este grupo, rebasaron esos márgenes. El Gobierno responsabilizó al partido por las acciones armadas del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) y cerró de hecho las puertas al diálogo con la oposición, al rechazar a uno de sus interlocutores, por representar supuestamente a este partido.El proceso contra los cuatro dirigentes afectará a la discusión interna del 15º congreso, en el que tendencias moderadas y radicales debaten la línea del partido frente a los nuevos espacios electorales, de los que están excluidos. Otro eje de discusión es cómo romper el virtual aislamiento de este partido frente al resto de la oposición.
En la convocatoria al congreso, la dirección del partido hizo una autocrítica por haberse ilusionado con el curso pacífico de la revolución durante el gobierno de Allende, y admitió que la táctica de la rebelión popular, adoptada desde 1980 contra Pinochet provocó discusiones internas. Agregó el documento comunista que en el futuro "la necesidad del levantamiento de masas y de la sublevación nacional puede pasar a primer plano".
El colegio de periodistas hizo un llamamiento "a no dejarse engañar" ante el anuncio del Gobierno en vísperas de año nuevo, sobre el término de los procesos contra periodistas en los tribunales civiles. Un día antes el presidente del colegio de periodistas, Jaime Moreno, había pedido en una cadena de emisoras de la oposición el fin de los juicios pendientes.
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