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Malestar en los psiquiátricos por la distorsión que pravocan los internos con custodia policial

Milagros Pérez Oliva

El personal de los centros psiquiátricos de Cataluña ha expresado su malestar por la distorsión que representa para los programas terapéuticos la custodia policial de los presos internados por orden judicial. La presencia policial dificulta gravemente la reforma psiquiátrica en curso, centrada en una política de puertas abiertas destinada a resocializar al enfermo.

El problema es extensible a prácticamente toda España, ya que en estos momentos sólo hay en funcionamiento dos psiquiátricos penitenciarios, uno en Madrid y otro en Alicante.Los responsables de la Diputación de Barcelona, organismo del que depende la red de asistencia psiquiátrica pública, ven con preocupación el creciente recelo entre el personal sanitario y los jueces y fiscales por este problema. "Desde hace unos años estamos aplicando una reforma basada en el criterio de que los hospitales psiquiátricos deben ser centros abiertos. El contacto del enfermo con el exterior es un elemento esencial de la terapia que aplicamos, y la presencia policial dificulta seriamente esta terapia", explica Joan Carles Mas, diputado provincial responsable de Sanidad. "La única solución es la construcción de un psiquiátrico penitenciario", afirma.

Parte de los enfermos que ingresan con orden de custodia son presos ya condenados o en prisión preventiva que son transferidos por los servicios médicos de la cárcel; otros proceden de los juzgados de instrucción, y son enviados por los médicos forenses. Durante 1987 se internaron por orden judicial en los centros dependientes de la Diputación 30 enfermos, 17 con custodia y 13 sin ella.

Centros abiertos

"Los hospitales psiquiátricos han ejercido durante muchos años funciones subsidiarias y en algunos casos espúreas, como la de asilo o la de custodia, que nada tienen que ver con el cometido asistencial que les es propio. Desde la administración sanitaria tratamos de aplicar una reforma orientada a que los psiquiátricos ejerzan una función exclusivamente sanitaria, pero ni la sociedad ni el resto de instituciones implicadas han asumido todavía esa reforma, por eso tenemos frecuentes problemas con Servicios Sociales, y por eso la administración de Justicia sigue cargando en los hospitales psiquiátricos la custodia de sus enfermos mentales", explica Rafael Herrera, director del psiquiátrico de Sant Boi (Baix Llobregat).Según el doctor Herrera, la presencia policial impide aplicar una terapia eficaz, para el propio paciente custodiado y además distorsiona gravernente la terapia de los demás enfermos. Cada paciente con custodia debe ir acompañado, a cualquier parte que vaya, por dos agentes de seguridad armados.

"Determinados aspectos del tratamiento que requieren privacidad son absolutamente inabordables porque la policía ha de estar siempre presente. Estos enfermos no pueden participar tampoco en la terapia de grupo, con la que nosotros trabajamos mucho. En estas condiciones, sólo podemos aplicar a los enfermos custodiados un tratamiento farmacológico, que incidirá únicamente en los síntomas, pero no en las causas de la enfermedad", explica el doctor Herrera, "con lo cual se está privando a estos enfermos de un derecho fundamental, cual es el derecho a una asistencia adecuada".

Pero la presencia policial comporta serios problemas para el resto de los enfermos. "En un hospital psiquiátrico es normal que haya pacientes graves que manejan mal su contacto con la realidad. La existencia de agentes a su alrededor provoca en ellos ansiedades persecutorias. Muchos no saben si están en la cárcel o en un psiquiátrico, y se sienten perseguidos".

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