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Los pescadores de la flota arrastrera canaria llevan dos semanas en huelga

Los pescadores de la flota arrastrera que opera en el banco canario-sahariano (unos 2.700 trabajadores) protagonizan una huelga, que ha entrado en su segunda semana de duración, para denunciar las condiciones infrahumanas en que desarrollan su actividad laboral. El paro ha supuesto el amarre de alrededor de 130 barcos en Puerto .de la Luz, en Las Palmas de Gran Canaria, como medida de presión para la firma del primer convenio de este colectivo.

Por primera vez, los hombres de la mar se han unido en una acción de gran alcance para exigir sus derechos y poner fin a una práctica laboral que consideran discriminatoria. Por su parte, los armadores están dispuestos, ante las pérdidas que ocasiona el conflicto (50 millones de pesetas diarios), a revisar las condiciones de contratación, al tiempo que anuncian un cierre patronal mientras continúe la paralización.Los representantes de la Asociación Nacional de Buques Arrastreros Congeladores de Cefalópodos (Anacef), que agrupa a los pesqueros afectados por la huelga, han roto unilateralmente las negociaciones con el comité de huelga (al que apoyan CC OO, UGT, el Sindicato Obrero Canario -SOC- y la Intersindical Gallega -INTG-) hasta que las tripulaciones desistan de su actitud. Los pescadores se quejan de desamparo por parte de las autoridades, afirman que sólo reclaman lo que establece el Estatuto de los Trabajadores y acusan a los armadores de beneficiarse de la pasividad de las instancias oficiales para prolongar una situación de esclavitud laboral que se traduce en contratos en blanco, horarios abusivos, despidos en cascada, salarios caprichosos y condiciones inhumanas de vida a bordo.

Quieren un sueldo fijo, vacaciones remuneradas y tener derecho a una jubilación justa. Y estabilidad en el puesto de trabajo. Sus relaciones laborales se vienen rigiendo por una ordenanza de 1976 para buques arrastreros al fresco, que, según señalan, es aplicada parcialmente y de forma arbitraria. "Estamos dispuestos a negociarlo todo si se restablece la normalidad", declaró ayer a este periódico José Ramón Fontán, gerente de Anacef.

Los trabajadores no aprueban el modelo de retribución conocido como "sistema a la parte", que consiste en la participación de los pescadores en el total del valor atribuido por los empresarios a las capturas realizadas en cada marca. Ésta suele durar 90 días, ya que la autonomía de 60 días propia de cada barco se incrementa con el apoyo logístico de buques en alta mar. Justifican su rechazo porque después de una marea, en la que trabajan un promedio de 17 horas diarias, tienen que contentarse, una vez en tierra, con una cantidad que engloba, además del salario, varios conceptos más sin desglose: pagas extras, vacaciones y descanso semanal.

Piden un salario fijo

En su lugar piden que se les equipare con los trabajadores de tierra, reconociéndoseles un salario constante que nunca estuviera por debajo de la suma del salario base mínimo interprofesional, y el citado porcentaje respecto a las capturas. Dicho sueldo, precisan, tendría que ser siempre igual o superior a 110.000 pesetas mensuales, como resultado de multiplicar 11 horas de trabajo (menos de las reales) por su precio en tierra.La última oferta de Anacef, según una nota oficial de esta asociación, se cifraba en unos ingresos anuales de 1.060.324 pesetas y en asumir como base de cotización a la Seguridad Social la cantidad de 95.000 pesetas.

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