Azaña y Lorca, recuperados en dos monólogos

El político Manuel Azaña, presidente de la II República Española, y el escritor Federico García Lorca, dos hombres cuyas vidas fueron profundamente marcadas por la guerra civil española, que les convirtió en dos víctimas de esta contienda, comparten a lo largo de esta semana en Madrid el escenario del teatro María Guerrero, sede del Centro Dramático Nacional (CDN), donde dos consagrados actores, el español José Luis Gómez y el argentino Alfredo Alcón, ofrecerán, en diferentes horarios, dos monólogos en los que Gómez presenta diferentes textos de Azaña, y Alcón, de Lorca.

Ambos monólogos fueron propuestos a Alcón y Gómez por Lluís Pasqual, director del CDN. Pasqual es responsable también de la dirección de Los caminos de Federico, nombre que recibe el espectáculo del actor argentino Alfredo Alcón y musicado por Lluís Llach. Los caminos de Federico fue estrenado el pasado año en Argentina El montaje, una coproducción del teatro General San Martín de Buenos Aires y el CDN, recoge cartas, conferencias, poemas y escenas teatrales de diferentes escritos de Lorca. "No es un recital de poesía", comenta Alcón, "el espectáculo tiene la forma de un monólogo interior y bien podía ser una pieza teatral, prueba de ello es que en Mar del Plata recibió un importante premio teatral".En el espectáculo, ni Pasqual ni Alcón han pretendido ofrecer un Lorca inédito: "Los hombres no se agotan tan fácilmente", comenta Alcón, "y por mucho que se representen o se lean, los grandes creadores son inagotables. Nosotros sólo tratamos de compartir esa pasión que nos produce ese mundo tan cambiante de Lorca". Los caminos de Federico se representará, a partir de mañana, a las 20.30.

Concepto de Estado

Una pasión española recoge textos esparcidos por toda la obra de Azaña, seleccionados por José María Marco, con dramaturgia, dirección e interpretación de José Luis Gómez y música de Alejandro Massó.En estos textos se recoge no sólo la trayectoria de Azaña, sino también su concepto de Estado, de república, la opción política que entonces barajaba con los socialistas, opción que él veía como burguesa y parlamentaria, aunque posteriormente se comprobaría si era democrática o no. Gómez, además, plantea en el montaje una larga entrevista imaginaria a un Azaña después de muerto, en la que se habla de su juventud y se aborda el comienzo de la guerra civil. En otras partes del espectáculo se plantea la concepción del arte y el paisaje español para el político, y se incluyen los tres grandes y patéticos discursos sobre la guerra. El montaje, que se inicia con dos cartas (la de dimisión y un extracto de la que dirigió a Ángel Osorio), finaliza con una descripción del paisaje madrileño.

"Cuando el CDN me propuso presentar un monólogo", comenta Gómez, "pensé siempre en Azaña, pero atravesé un momento de miedo por la dificultad que entraña y planteé hacerlo con César Vallejo. El CDN me insistió en abordar a Azaña y volví a sumergirme en esos hermosos textos". En el proceso, Gómez tuvo que encontrar la poética posible para un recital: "No son escritos primordialmente literarios, pero el recital se convierte, por la palabra de Azaña, en poesía civil, y hay flotando como un ensueño de patria y de democracia".

En el espectáculo no se trata ni se intenta opinar sobre Azaña: "Habla lo suficiente de sí, de manera muy autocrítica, permitiendo que afloren sus contradicciones, y no es necesario exponer nada sobre su personalidad ", comenta Gómez. Una pasión española se representa desde hoy hasta el domingo, a las 22.30.